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Mauro Urribarri

Mauro, el Máximo de Urribarri

El hijo del gobernador conduce un grupo de jóvenes que ocupan lugares en el Estado. Su nombre podría estar en un lugar preponderante en la propuesta electoral. El crecimiento de una camada y el paralelismo con el escenario nacional. Re

Algunas promesas buscan asidero por estos días. Una de ellas es que Sergio Urribarri les habría dicho a todos los precandidatos para sucederlo que caminen la provincia y que las PASO serán las que determinen quien representará al oficialismo. Esa idea se está pidiendo con insistencia por algunos pretendientes, lo que hace presuponer que no se estaría tan seguro de que se cumpla la promesa.

La otra es que los legisladores repetirían mandato. Esa afirmación la repiten muchos de los que ocupan bancas en las Legislatura y que tienen intenciones de repetir. Aseguran que el gobernador lo dijo. Los días corren y algunos quieren escucharlo de nuevo.

Las especulaciones acerca de cómo organizará Urribarri su salida del gobierno son muchas. No todas coinciden. Quienes se pasan horas tratando de dilucidar qué hará el gobernador para sobrevivir después de diciembre los empieza a preocupar. En muchos casos por la sencilla razón que los incumbe. “Armará las listas de diputados para conservar poder”, es una de las hipótesis más escuchadas. ¿Ahora, con quién, con los que están? Algunos de ellos estuvieron con Jorge Busti buena parte del período en que el ex gobernador presidió la Cámara de Diputados, por caso José Allende. Otros, incluso, llegaron a sentarse en ese cuerpo legislativo por haberse ubicado en los primeros lugares de la nómina del Frente Entrerriano Federal (FEF). Rubén Almará y Hugo Vásquez ya izan la bandera naranja de Daniel Scioli. Pablo Mendoza ingresó a la Legislatura por el verticalismo camporista que bajó de la Casa Rosada. Hoy volantea en las calles por la precandidatura del bonaerense. Juan José Albornoz es urribarrista en la provincia, pero apoya a Jorge Taiana en la Nación. Emilce Pross y Martín Uranga son soldados de Julio Solanas, sus diputaciones se dieron en el marco de un acuerdo con el ex intendente de Paraná que ahora, como en 2007, quiere ser gobernador. Laura Stratta sería una fiel urribarrista.

No hay nombres que representen una nueva camada en la actual Legislatura. La mayoría se constituyó en dirigente cuando Busti era el mandamás. Sin embargo, por fuera de ese cuerpo, se ha gestado un grupo de jóvenes que surgió al calor del urribarrismo, en el segundo mandato. Al frente de ellos está Mauro, el hijo del gobernador que ha explicitado sus ambiciones en la política. Es la primera vez, desde la restauración democrática en la provincia, que un gobernador tiene a su hijo como heredero real y directo. Cuando la Constitución se lo impedía en 2007, Busti vio su proyección en su esposa, Cristina Cremer. Fue finalmente Urribarri. No hubo en el ex gobernador un grupo de jóvenes con decidida vocación política para ocupar cargos importantes en el Estado. Sí supo rodearse de juventud en lugares técnicos. Cuando presidió Diputados tuvo a su hijo Patricio, a José Reviriego y a Gamal Taleb como asesores. De esos tres abogados, los dos últimos se convirtieron en juez y fiscal. El diamantino no tuvo suerte electoral en 2011 cuando se presentó como candidato a intendente.

Entre quienes dieron los primeros pasos con Urribarri están Carlos Ramos, premiado con el ministerio de Salud (ya tenía Desarrollo Social); Guillermo Smaldone, pasó por el Ministerio de Trabajo y ahora reposará en el Tribunal de Cuentas; y Sergio Granetto (secretario de Gobierno de la Municipalidad de Paraná). Un poco más para abajo: Nicolás Pierini como secretario de la Cámara de Diputados; Juan Pablo Aguilera en la Casa de Entre Ríos.

La elección pasada pudo haber sido un aviso. La mayoría de quienes ingresaron al Congreso son claros exponentes del urribarrismo: Jorge Barreto, Carolina Gaillard y Lautaro Gervasoni. Otra debutante en esas lides fue Sigrid Kunath.

Una anécdota: hace tres años, cuando Mauro era apenas el secretario del Senado, Gervasoni fue entrevistado por Página Política. En esa oportunidad se ilusionó con una candidatura del hijo del gobernador. Tras la publicación hubo enojos con el joven Gervasoni que se desempeñaba en la Secretaría de la Juventud. El destino hizo que el candidato sea el joven peronista de Tala.

Máximo Kirchner – si vale trazar un paralelismo y salvando las distancias – pasó de ser un asesor en las sombras al conductor de una nueva camada de kirchneristas duros que avanzaron en lugares preponderantes del gobierno y hasta podría ser candidato. Con un plus insoslayable, ser el heredero no solo político, sino sanguíneo. Como el hijo de la presidenta, el hijo del gobernador podría empujar con el apellido la boleta del oficialismo.

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