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2021

Otra razón para que Frigerio juegue en Entre Ríos

La eventual postulación de Vidal en la ciudad de Buenos Aires suma un argumento para que Frigerio descarte ese territorio de su futuro político. Nunca fue el primero en la lista para suceder a Larreta. Pero mantiene abierta la incógnita.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

La exgobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal sacudió esta semana la interna del distrito electoral más grande del país cuando no descartó suceder a Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad de Buenos Aires, para las elecciones de 2023.

La especulación tiene efectos también en la interna de Cambiemos de Entre Ríos, donde resulta central saber si jugará el ex ministro del Interior Rogelio Frigerio. Si Vidal escoge para su futuro político a la ciudad de Buenos Aires estaría agregando una razón más (la más contundente de todas) para que el nombre de Frigerio se tache definitivamente de la listas de posibles sucesores de Larreta, en la que desde principios de año están anotados Martín Lousteau por la UCR y Patricia Bullrich por el PRO, entre otros dirigentes de más bajo perfil.
Frigerio Vidal
El escenario de 2023 se define en 2021, no ya por el resultado de la elección intermedia, sino por la opción que tomen los candidatos. Si quiere suceder a Larreta, Vidal se postulará como diputada por la ciudad de Buenos Aires. Si quiere suceder a Gustavo Bordet en la gobernación, Frigerio competirá como diputado por Entre Ríos en las elecciones de 2021. Para ambos, que están hoy en el llano, la postulación legislativa es un paso necesario de instalación para la candidatura ejecutiva.

Vidal y Frigerio forman parte del ala dialoguista del PRO, que tiene a Larreta como aspirante a la presidencia de la Nación. Los dos han sido integrados (con dirigentes que le responden) al equipo del alcalde de Buenos Aires. Y en esta nueva etapa, han acercado posiciones, después de haber estado enfrentados en la interna.

Frigerio es parte del ala dialoguista más identificada con el peronismo, que tiene como figura política destacada al expresidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó, anotado ya expresamente en la carrera para la gobernación de la provincia de Buenos Aires.
Monzó
Monzó -que es socio de Frigerio y Nicolás Massot en la consultora Symfonia- cultiva un estilo más frontal a la hora de fijar posiciones políticas. No sólo porque ya ha definido qué quiere ser en 2023, sino porque no tiene pelos en la lengua a la hora de los diagnósticos y las críticas. Esta semana, en un extenso reportaje que publicó Infobae, dijo que “Cristina y Macri tienen que ser una etapa terminada” y planteó la necesidad de una nueva construcción política. “Creo que hoy la salida de esta situación es que Martín Lousteau, Horacio Rodríguez Larreta, Juan Manuel Urtubey, María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Rogelio Frigerio, Rodrigo de Loredo y Pablo Javkin se desprendan del macrismo, del PRO, de Juntos por el Cambio y de todos esos nombres son parte del siglo pasado”, opinó.

El estilo de Monzó es claramente diferente al de su socio Frigerio. El referente de Cambiemos de Entre Ríos no sólo es más ambiguo en sus posiciones públicas, sino que tiene por costumbre demorar todo lo que pueda sus definiciones. La última vez que eso hizo fue para dar su apoyo a la candidatura a gobernador de Atilio Benedetti en 2019, después de alimentar la posibilidad de que los postulantes fueran otros radicales, como Pedro Galimberti, Darío Schneider y hasta Jorge Lacoste.
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En el sector interno que integra Benedetti siempre vieron con recelo a esa jugada que, objetivamente, lo terminó debilitando como postulante, no sólo porque le restó tiempo de campaña, sino porque el propio Frigerio llegó a fogonear cuestionamientos de parte de los intendentes radicales a quien luego terminaría siendo el candidato único.
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La sospecha fue la de siempre en el radicalismo: que todo haya sido para beneficiar la reelección de Bordet. Claro que esa supuesta jugada a favor del peronismo no hubiera resultado si Benedetti, con un poco más de carácter, no hubiese esperado el apoyo de Frigerio para iniciar su campaña.

Esta vez, la indefinición de Frigerio sobre su futuro tiene más lógica. No sólo porque falta más tiempo y el escenario es muy cambiante, sino porque si hoy descartara disputar la gobernación de Entre Ríos estaría dilapidando su construcción política de los últimos cuatro años en la provincia.

Llegado el caso, Frigerio podría evaluar que -con Vidal en la Ciudad y Monzó en la Provincia de Buenos Aires- resultaría más útil para el armado nacional de Larreta con una postulación a gobernador de Entre Ríos. Si así se dieran las cosas, habrá que ver hasta qué punto Frigerio se identifica con las definiciones de Monzó. Si, finalmente, el hombre que supo militar junto a Jorge Busti en Entre Ríos (antes de convertirse en el principal referente de PRO de la provincia) termina construyendo junto a algunas franjas del peronismo que hoy no están dentro de Cambiemos.

En cualquier caso, Frigerio parece tener claro que cualquier movimiento que dé deberá, ante todo, preservar la unidad. Los últimos procesos electorales, cada vez más polarizados, han dejado para la política argentina un aprendizaje: el que se divide pierde.

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