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Urribarri, con una inédita mayoría en Diputados

Con la definitiva disolución del bustismo en la Cámara baja, el gobernador Urribarri suma una inédita mayoría, equivalente a la de un gobierno que gana las elecciones con más del 73% de los votos.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

Ya contaba con una mayoría fuera de lo común cuando en 2011 asumió su segundo mandato. El triunfo en todos los departamentos de la provincia le había dado un Senado monocolor y el 56 por ciento de los votos que obtuvo para su reelección permitió que el gobernador Sergio Urribarri inicie su segundo período consecutivo con una mayoría más abultada en Diputados que la mitad más uno de las bancas que la Constitución le garantiza al partido que gana las elecciones, con independencia del porcentaje obtenido. Con sólo ganar por un voto hubiera obtenido 18 diputados (sobre 34), pero el amplio caudal de votos a favor del oficialismo le agregó uno más.

Con 19 diputados sobre 34 y con 17 senadores sobre 17, el Poder Ejecutivo tuvo el camino libre en la Legislatura entrerriana para aprobar las leyes que consideró necesarias, empezando por varias que habían quedado trabadas en el primer mandato de Urribarri, cuando su antecesor Jorge Busti presidía la Cámara de Diputados.

Pero esa cómoda mayoría se vio abultada a mediados de 2012 cuando se precipitó la diáspora que había golpeado al Frente Entrerriano Federal (FEF) tras las elecciones de 2011, hasta alcanzar los espacios institucionales de poder que le habían dado las urnas. Fue así que el partido que creó Busti para enfrentar a Urribarri perdió a los cinco intendentes que decidieron volver al PJ cuando el gobernador, como presidente del partido, anunció –allá por septiembre de 2012- que se levantarían las sanciones aplicadas por el congreso partidario de diciembre de 2011 a los dirigentes que compitieron en contra del PJ en las elecciones de ese año.

Fue en ese contexto que el bloque del FEF, inicialmente de seis miembros, sufrió la fuga de cuatro diputados, que se organizaron en dos bloques: Hugo Vásquez y Rubén Almará, por un lado, y Diego Lara y Juan Carlos Almada, por otro.

Medio año después y cuando finalmente Urribarri concretó su anuncio de levantar las sanciones aplicadas en el PJ en 2011, se terminó este lunes de diluir la última representación que el bustismo tenía en la Legislatura: Fabián Flores y Rosario Romero, que habían quedado sosteniendo la bancada del FEF, se separaron de Busti y conformaron un bloque aparte.

Representación

En rigor, ninguno de los seis diputados que fueron electos en las listas del FEF se terminaron sumando formalmente al bloque del Frente para la Victoria. Eso hubiese representado un ruido interno para el urribarrismo, particularmente en algún caso, como el del diputado Vásquez, por el rol que ha jugado el ex jefe de los municipales como principal enemigo de la gestión de Blanca Osuna en Paraná. Una cosa es afectar al FEF y otra sumar problemas internos en el PJ, en este caso en el de Paraná.

Pero en concreto, los cuatro diputados que rompieron el año pasado con el FEF han venido votando con el oficialismo. Queda por ver cuál será de aquí en más el desempeño legislativo del Romero y Flores, aunque la foto que se tomó este último junto al gobernador al anunciar su regreso al PJ ya dice mucho al respecto.

Si a los 19 diputados del Frente para la Victoria se suman los seis que fueron electos por el FEF, se presenta en Diputados una inédita relación de fuerzas favorable al oficialismo en Entre Ríos: 25 votos sobre un total de 34, más que dos tercios.

Para garantizarse 25 votos en Diputados, Urribarri hubiera tenido que ganar la elección de 2011 con algo así como un 73,5% de los votos.

Diferencias

No es la primera vez que el peronismo se presenta dividido a elecciones y luego se reunifica. Ya ocurrió en 2007, cuando el candidato a gobernador del PJ fue Urribarri, con el apoyo de Busti, y la fórmula Julio Solanas-Enrique Cresto lo enfrentó por afuera del partido con la Lista 100.

Ocurrió que, tras aquellas elecciones provinciales de marzo de 2007, el entonces gobernador Busti consiguió, en sólo un par de semanas, reunificar al peronismo y obtener de ese modo los votos necesarios en la Legislatura para que le aprueben el presupuesto del año anterior y la necesidad de la reforma constitucional que terminaría permitiendo la reelección de Urribarri.

Pero aquella fractura y reunificación peronista de 2007 fue, si se quiere, menos contradictoria en términos políticos, porque el Grupo Talleres que sostuvo la lista 100 marcó, ante todo, diferencias con la decisión de Busti de nominar a Urribarri como su sucesor. No obstante, la lista que encabezó la fórmula Solanas-Cresto se alineó nacionalmente con el kirchnerismo. De hecho, Solanas juntó votos para Néstor Kirchner ya para las elecciones del 27 de abril de 2003 y cuando, cuatro años después, compitió por la gobernación llevó el nombre Frente para la Victoria y la Justicia Social.

En cambio el FEF, en su conformación de 2011, se presentó al electorado como algo más que una mera aventura electoral de una pelea personal de Busti con su sucesor. Se plantó ante el electorado como una fuerza opositora al kirchnerismo, que se empezó a gestar luego del traspié electoral de Cristina en junio de 2009, cuando en el país se organizó el peronismo opositor.

Vásquez, Almará, Almada, Lara, Romero y Flores hicieron campaña en 2011 avalando la idea de que el kirchnerismo era la “deformación trágica” del peronismo, como lo definió Busti. Ahora, al parecer, han cambiado de opinión.

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