El gobernador Sergio Urribarri definió ayer como “histórica” a la jornada en la que juró para seguir por cuatro años más al frente del Poder Ejecutivo Provincial. Se refería al hecho de que era el primer gobernador en repetir mandato, luego de que en 2008 se introdujera en la Constitución entrerriana el instituto de la reelección. Pero, en clave política, puede considerarse también como histórica la posición que fijó en su discurso de asunción, asegurando que el que va de diciembre de 2011 a diciembre de 2015 será su segundo y “último” mandato.
Esto es, ni más ni menos, que lo que ordena la Constitución: ningún entrerriano podrá gobernar la provincia más de dos veces en su vida. Pero la Carta Magna puede reformarse y Urribarri asume con una comodísima mayoría en la Legislatura que, en teoría, le haría muy sencillo declarar la necesidad de su reforma. Lo histórico de esta definición política pasa porque todos los gobernadores que le precedieron, que no tenían reelección, buscaron generar expectativas de continuidad –planteando reformas constitucionales- con el claro propósito de no licuar su poder en las pujas intestinas por la sucesión.
Ayer, Urribarri fue por demás explícito: “lo digo con la mayor convicción y seguridad: en este, mi segundo y último mandato, que absolutamente nadie se haga los rulos que pasa por mi cabeza eternizarme en el poder”.
Ayer, Urribarri, en su reasunción, abrió -usando la misma frase de la presidenta Cristina Fernández para desestimar su continuidad en el poder-
el proceso de sucesión, que se desarrollará en el seno del oficialismo en los próximos cuatro años.
Minorías
En la afirmación de su idea sobre el ejercicio del poder fue incluso un poco más allá. Aseguró que no sólo no usará el Senado monocolor y la mayoría absoluta en Diputados para buscar su reelección, sino que se ocupará particularmente de buscar el consenso de las minorías.
“Entiendo que el poder no da más derecho, cada una de mis decisiones van a estar amparadas por la mayor razonabilidad, prudencia y respeto de todos aquellos que no me votaron el día 23 de octubre”, remarcó, en sintonía con el discurso que había pronunciado la misma noche de la jornada electoral.
La vida
“En este, mi segundo y último mandato, me va la vida y lo van a ver en cada rincón de la provincia”, prometió Urribarri. Dijo que profundizará su idea de que su despacho no está en la sede gubernamental sino “en cada pueblo, donde diariamente voy a ver las cosas sin que me la cuenten”.
“Estos cuatro años van a ser igual, de mayor transformación, equidad, tolerancia, respeto, buscando la unidad de todos”, afirmó.
Y cerró su discurso convocando a “hacer la Entre Ríos que soñaron nuestros viejos, que vinieron de distintos lugares del mundo soñando hacer el lugar más importante de la Argentina” y a “trabajar por los que todavía sufren, esperan de los que gobernamos una mano tendida”.