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Deporte y política

A Bértoli le gustaría ser diputado

Fue el protagonista del ascenso de Patronato a Primera División. De allí pasó a una banca en el Concejo por el FPV. Asumió que se entusiasmó con la política y que se anota para 2017. Defendió a Etienot.

La oficina del concejal Sebastián Bértoli es pulcra, prolija, despojada. Sólo resalta un cuadro de encendidos colores que representa un tramo de la Bajada Los Vascos. “Lo pintó mi mamá”, dice orgulloso. Luego, en la biblioteca, fotografías sonrientes de él con su familia: su señora y sus dos hijos pequeños.

Bértoli llegó de grande al fútbol de Primera División. Tiene el record de debutante tardío. También llegó de grande a la política. Sin militancia partidaria previa, en diciembre del año pasado fue electo concejal de Paraná por el Frente Para la Victoria.

Por ahora divide sus días en dos: un tiempo para el entrenamiento con el equipo de Patronato, otro tiempo en reuniones de comisiones y trabajo con su equipo asesor.

Dice que seguirá en el fútbol mientras sienta que es útil y pueda aportar algo. En junio del año que viene vence su contrato con el club. Por otro lado, se afianza en la idea de continuar con su carrera política y admite que le entusiasma una diputación nacional.
Paso a paso, sentencia, es la forma de llegar. De chico quería jugar en el fútbol de Primera. Y cumplió su objetivo.

El concejal

-¿Cómo fue el ofrecimiento de la candidatura a concejal?
-La propuesta me la acercó el espacio, el ministro de Gobierno actual (Mauro Urribarri). Nos conocíamos por el tema del fútbol, por el apoyo que las gestiones anteriores hicieron al deporte. Hay que reconocer eso, porque Entre Ríos en lo deportivo ha crecido mucho, no sólo en fútbol sino también en básquet y otras disciplinas. Por eso hemos hecho una relación, por intermedio del club. Sin ningún fin, sólo el de ayudar, yo siempre iba a los barrios. Esa es una posibilidad que me da el fútbol, ya que me abrían las puertas. Seguramente, esa popularidad o el ver lo que generaba cuando iba a algún barrio, despertó un interés en el ambiente político.

-¿Y qué fue lo primero que pensaste cuando te lo propusieron?
-Me tomó totalmente de sorpresa. Lo analicé, lo consulté, antes de dar el sí. Pregunté en el entorno, a mi familia, a distintos asesores. Para que en el caso de poder ingresar, pudiera hacerlo con un equipo serio.

-¿Tu familia cómo lo tomó?
-Al igual que yo, lo pensaron un tiempo. De verdad, yo venía haciendo distintas actividades sociales, algo que me sale naturalmente. Ellos conocen esa faceta mía, porque hace mucho tiempo que trato de ayudar desde el lugar que puedo. Por eso lo entendieron.

-¿Cuál era tu relación con la política previa a eso? ¿Qué imagen tenías de la política o los políticos?
-Y hay un montón de análisis para hacer, como los hace cualquier ciudadano…

-¿Pero tenías interés? En el diario, ¿leías las noticias que tenían que ver con la política?
-Sí, por una cuestión de información, porque no me gusta vivir dentro de un frasco, pero siempre estuve leyendo, interiorizándome como cualquier ciudadano que está interesado en el destino de su país.

-¿Tu familia paterna tiene un origen radical?
-No, mi madre, y es la única de la familia. Mi papá no, mi hermano tampoco. Ella hace muchísimos años tuvo una militancia durante una gestión, hace más de 15 años creo, no recuerdo bien. Pero después no continuó.

-Es decir que no se te planteó ningún conflicto con el ofrecimiento de ser concejal por el Frente Para la Victoria…
-No. Yo nunca milité para el radicalismo ni nada que me vincule con eso. De hecho, siempre tuve una visión mucho más cercana al espacio al que represento. Siempre quise estar en los barrios, junto a la gente que más lo necesita.

-¿Cómo te sentís entre los políticos?
-(Se ríe). Raro. Hay veces que me siento una persona distinta, otras no. Pero es raro. Es un ambiente totalmente distinto al que estaba acostumbrado. Tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Lo que más valoro es que te da la posibilidad, si te involucrás, de hacer algo para lograr un cambio. Ese es mi principal objetivo poder generar algo, involucrándome. Porque si no te involucrás es muy difícil, ya que las cosas no se solucionan desde afuera.

-¿Y en el recinto? ¿Te sentís cómodo?
-Yo tengo un perfil bajo, totalmente constructivo. Me he dedicado todo el año legislativo, junto con mi equipo, a presentar proyectos, sin confrontación, para que sume a la ciudadanía.

-Pero justo, durante un período en el que el Concejo ha vivido fuertes confrontaciones internas…
-Sí. En el espacio nuestro hay compañeros de bancada que ya tienen experiencia y defienden las gestiones anteriores, tienen mucho conocimiento de lo anterior. Yo estoy acompañándolos a ellos pero con un perfil de generar proyectos. Hemos presentado 54 proyectos en el año.

-Cuando suceden cosas como las que ocurrieron algunas sesiones atrás, que desde la presidencia se dice una cosa y se discute fuertemente con concejales, ¿cómo te sentís?
-Fue una situación bastante incómoda, pero entendí a la presidencia porque se ve y se nota que está haciendo una gestión ordenada. Su malestar fue con su propio bloque por no sentirse acompañada en poder hacer algo para lo que trabajó todo el año. Pero bueno, esas son diferencias que las deben solucionar ellos. Nosotros, desde nuestro lugar solo nos quedó observar la situación. Pedimos poder aprobar ese día un proyecto que preveía una partida para comprar un inmueble que era necesario para el Concejo y dejar de alquilar. Ese ahorro que hizo la presidencia era justamente para comprar un inmueble y dejar de alquilar oficinas como ésta en la que yo estoy.

2017

-¿Te gustaría ser diputado nacional?
-¿Si me gustaría ser diputado nacional, me preguntás? Sí, me gustaría. El trabajo legislativo me gusta pero soy muy respetuoso del espacio y la gente que lo compone. Son decisiones que no las puedo manejar yo.

-Pero reconocés que serías un buen candidato…
-Yo vengo trabajando en el Concejo con un perfil similar al del gobernador (Gustavo) Bordet, en el del consenso, la construcción. En este año he aprendido mucho, tengo un gran equipo de trabajo y eso es fundamental. La verdad que entiendo la situación del Gobernador, en el momento que está la provincia, el marco político en el que le toca gobernar. Y bueno, yo en el Concejo tengo un perfil parecido.

El arco y la banca

-¿Cómo coordinas los horarios de las tareas del Concejo con los horarios de los entrenamiento del equipo de Patronato?
-Yo no modifico en nada los horarios del equipo. Vengo temprano a la mañana a la oficina, me reúno con mi equipo de trabajo. Si tengo que entrenar a la mañana me voy y vuelvo a la oficina al mediodía. Si entreno a la tarde, estoy toda la mañana en la oficina o en las reuniones de comisión. Las reuniones del espacio u otro tipo de actividad las voy dejando para la noche.

-Te queda poco tiempo para estar con tu familia…
-Es fundamental que ellos me entiendan, en este momento. Que es un tiempo de esfuerzo máximo y después tendré más tiempo.

-¿Cuándo te retirás del fútbol?
-Cuando me deje de sentir útil. Mientras me sienta útil y me dé el cuerpo voy a seguir jugando. La verdad es que siento que ayudo al equipo, me siento bien. Seguramente el mismo cuerpo me lo va a decir.

-¿Y ahora cómo te sentís?
-Me siento bien. Tengo contrato hasta junio, veremos después si sigo o no.

-¿Y si la política te demandara funciones más importantes, qué harías?
-Y tendría que dejar de jugar. Pero hasta junio tengo contrato. Ahí veremos cómo sigue todo.
El sueño del pibe

-¿Qué querías ser de chico?
-Quería ser jugador de Primera División. A los 15 años lo soñé cuando fui a probarme a Newell’s y vi la diferencia entre mi clubcito de barrio en el cual me tiraba a la tierra todo el tiempo. Fue llegar a Rosario, entrar a la cancha y verla todo verde, los jugadores vestidos todos iguales. Tenía 14 o 15 años. Siempre quise ser jugador de Primera, por eso siempre busqué trabajos que me permitieran coordinar horarios para poder jugar al fútbol. Poder pensar en un futuro con el fútbol me tocó de grande. Hasta llegar a ese momento tuve que coordinar muchos horarios para no dejar de jugar.

-¿Qué tipo de trabajos tenías?
-Trabajé en un patio de comidas en el que era cajero, también en la administración. Después fui taxista, porque era lo que me permitía jugar al fútbol. Tres años estudié en Ramírez. De ahí viajaba a Villa Libertador a jugar al fútbol y trabajaba en el taxi los fines de semana. Tenía una vida muy activa. Bueno, como ahora.

-Siempre con el objetivo de llegar a Primera…
-Sí y por suerte, 23 años después se me cumplió. Se cumplió cuando ya era grande pero por suerte se me cumplió.
-Eso no le pasa a todo el mundo…
-La verdad que no.

-¿Cuál es el secreto?
-Creo que va en las ganas de ser lo que querés ser. No bajar los brazos. Cuando tenía 30 años estaba muy lejos de mi presente y viví en búsqueda de mi sueño. También sé que hago un deporte en conjunto. No juego al tenis. El tenista sabe que depende de él. Pero al ser un deporte en conjunto siempre fue importante el club en el que estuve, que quiso más, con planteles que siempre quiso ser más y eso me posibilitó cumplir mi sueño. No es lo mismo un club donde no hay aspiraciones de crecimiento. En Patronato siempre supimos que era subir de a un escalón y lo fuimos concretando. De jugar en la Liga llegamos a Primera División.

-¿Tuviste ofrecimientos de otros clubes?
-Ahora ya no (se ríe). Pero en su momento los tuve, pero hay cosas que no las cambio por irme.

-¿Por ejemplo, qué cosas?
-Mi familia, mis hijos. Mi señora es profesional, tiene su trabajo y no lo iba a dejar. Me tenía que ir solo. No iba a levantar a mis hijos todos los días, llevarlos al colegio, como lo sigo haciendo. Tengo un vínculo muy cercano con ellos.

-Pero si siguieras en la carrera política también te cambiaría esas cosas. Por ejemplo, tal vez te demandaría irte a Buenos Aires.
-Pero ellos estarán más grandes. No es lo mismo irte cuando son chicos. De hecho, ya son grandes. A uno hoy le pasaron la Bandera.

-¿Y estás presente en esos momentos?
-Hoy no pude. En otros momentos sí he estado. El fútbol, y también esta actividad, me han quitado muchos momentos. Pero más que nada el fútbol. Por ahí, la gente no sabe. Piensa que son 90 minutos que se patea la pelota. Pero hay horarios. Hace años que no tengo fines de semana ordenados. A veces, viajamos dos días antes de jugar. El fútbol me ha hecho perder muchos momentos que no puedo volver a recuperar, pero también me ha dado muchas cosas.

-¿Qué dicen los hinchas de que sos concejal?
-En la cancha me gritan y me piden algún contrato, pero en broma (se ríe).

-¿Viene mucha gente a pedir ayuda o plata?
-Sí, es otra de las cosas que no se entienden. Porque nosotros no manejamos dinero. Estamos en una tarea legislativa, debemos generar proyectos. Tenemos algo para pagarles a los asesores que trabajan en nuestro equipo pero estamos lejos de poder generar otras cosas. Por lo menos desde mi lugar.
Con gloria y sin pena

-¿Sos de River?
-Era.

-¿Ya no?
-Si no lo enfrento, prefiero que gane River. Pero quedó demostrado que cada vez que lo enfrenté, le grité goles, le atajé penales.

-¿Qué sentiste cuando le hiciste el gol?
-Fue una felicidad enorme porque fue mi primer gol en Primera, en un partido muy importante.

-¿No hubo nada de pena?
-¡No! El salto que pegué fue impresionante. Lo más importante para mí es Patronato. Lo poco que soy se lo debo al club, a los hinchas, a los dirigentes que confiaron en mí, a mis compañeros. Es mi club, es mi ciudad. Me da mucho orgullo haber llevado a Paraná al primer plano nacional, que se la nombre en todos los canales.

-¿Vos sos la figura?
-No, la figura es el equipo. He tenido momentos que han marcado la historia del club, de eso soy consciente. No puedo decirte que no. Me ha tocado participar en momentos de extremo estrés, donde las cosas han salido bien y he sido partícipe. Pero no me creo figura ni mucho menos.

-¿Y económicamente cómo te fue con el fútbol?
-De grande empecé a hacer un peso más. Hasta el tercer año del Nacional B vivía mes a mes. Hasta el año en que le ganamos a River en Colón.

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