
“Sale antes de fin de año”, pronostica un senador del oficialismo, cuando Página Política le pregunta por la suerte del proyecto del Poder Ejecutivo que el 26 de noviembre alcanzó media sanción en Diputados, pero sólo con el voto de los legisladores oficialistas y sus aliados libertarios.
En estas dos semanas, la reforma política tuvo sólo una instancia formal en el Senado. El martes 4 de diciembre fue abordada por primera vez por la comisión de Legislación General. Y en la sesión de este miércoles, los senadores giraron la iniciativa a una segunda comisión, la de Asuntos Constitucionales y Acuerdos, tal como lo había solicitado el peronismo.
Basta con echar un vistazo al calendario para concluir que la aprobación antes de fin de año parece difícil. Si al cabo de ocho reuniones de comisión en Diputados, que insumieron los meses de septiembre, octubre y noviembre, no fue posible alcanzar un dictamen común ¿por qué sería posible ahora, con tan poco tiempo?
Salvo que sean intensas y fructíferas las pocas reuniones de las dos comisiones del Senado. Podría ser. Aquí no se parte de cero, sino que se retoma el proceso iniciado en Diputados, que para los legisladores del oficialismo dejó en claro que las diferencias con el peronismo son mínimas y que si no hubo dictamen común fue porque se metió la interna del PJ, que nunca terminó de ponerse de acuerdo para fijar una posición orgánica frente a la iniciativa de Frigerio. O tal vez sólo en un punto: no apresurarse en conceder al gobernador, que hace un año los sacó del poder, un éxito en medio de tantas dificultades de gestión.
A diferencia de lo que ocurre en Diputados, un entendimiento con el peronismo es una condición necesaria para un oficialismo que es minoría en el Senado. Pero además, todo el mundo está de acuerdo en que la modificación de las reglas de juego para el acceso al poder requiere del mayor de los consensos. No quedaría bien, a los ojos de la institucionalidad, que un cambio de esta magnitud histórica se apruebe con el principal partido de Entre Ríos en contra.
El Senado tiene tres asuntos en sus manos: Presupuesto 2025, Ley de Agroquímicos y Reforma Política. Los tres tienen media sanción de Diputados, pero el más discutido y trascendente es el que, entre otros múltiples cambios, introduce un nuevo sistema electoral en Entre Ríos. Las diferencias a negociar son pocas y fueron resumidas por Página Política en la siguiente nota:
Con las sesiones ordinarias prorrogadas por todo el verano -hasta el inicio del próximo período el 15 de febrero- la reforma podría votarse antes, entre o después de las Fiestas. Pero Frigerio quiere que sea antes de que empiece el año electoral, para preservar la asepsia de la cirugía a las leyes provinciales de la misma materia. No importa que esta sea una norma que se aplicará recién en 2027, en el oficialismo creen que el riesgo de infección sigue siendo alto: “Una vez que pase Navidad, Año Nuevo y Reyes, el 7 de enero, los que quieren ser diputados nacionales ya van a estar armando”, advierte un senador frigerista.
Voluntad
En el oficialismo observan voluntad de “no entorpecer” en el peronismo. Pero además creen que la principal fuerza opositora no tiene mucho margen para oponerse a un cambio que “es reclamado por la sociedad”, como la boleta única de papel (BUP).
En la sesión de Diputados del 26 de noviembre, los peronistas repitieron hasta el cansancio que no estaban en contra de la BUP. Nunca lo habían dicho de ese modo en el debate en comisión.
Por estas horas, los senadores peronistas dan muestras de estar en plena negociación, directamente con el Ejecutivo.
Cuando se les pregunta, dicen que están dispuestos a votar la reforma antes de fin de año, siempre que el oficialismo atienda sus planteos centrales.
Si, como vienen diciendo en el oficialismo, no son muchas las diferencias, habría entonces un acuerdo que se estaría cerrando la semana que viene.
Fuente: Página Política