Lo Último

Emergencia

Bordet, con el frente político controlado

Entre Ríos ofrece un escenario político más estable que la Nación. La interna peronista no ha salido a superficie y en la oposición domina la moderación. La asistencia que llega a la provincia calma los nervios de Bordet y de los intendentes, aunque quisieran más. Pero ese auxilio no puede ser eterno y nadie sabe qué pasará cuando se acabe.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

El escenario político nacional no se replica en Entre Ríos. Aquí, en la provincia, no se han hecho visibles las grietas hacia el interior de las dos coaliciones mayoritarias. El gobernador Gustavo Bordet no tiene que lidiar, como el presidente Alberto Fernández, con un doble frente: el del ala dura de la oposición y el de la propia interna.

Bordet no tiene enfrente a una oposición que juegue a su desgaste, porque Cambiemos de Entre Ríos no tiene halcones. No hay aquí el equivalente provincial a una Patricia Bullrich, un Miguel Angel Pichetto o un Fernando Iglesias. No hay un Mauricio Macri. Algunos son más ásperos en los términos y alcances de sus críticas (por caso, Esteban Vitor en el PRO, Eduardo Solari en la UCR). Pero, al final del día, todos los actores políticos de la oposición con representación parlamentaria terminan siendo dialoguistas.
Vitor
En general, en Entre Ríos no hubo una oposición dura. Ha sido más bien amable con Bordet. Tuvo que venir una ley de emergencia para que, de un modo más explícito, despierte al conjunto de los legisladores en su rol opositor.


El Gobernador tampoco tiene un frente interno tan difícil como el del Presidente. De hecho, su legitimidad de origen es otra: nadie lo nominó como candidato, no tiene la jefa del espacio como vice, y fue votado el año pasado con un porcentaje histórico. Pero ya no cuenta con reelección y, naturalmente, su poder se irá debilitando a medida que se consuma su último mandato.

Por ahora, no hay dudas que Bordet es quien manda en el peronismo entrerriano. Lo demostraron los legisladores del PJ que, a pesar de los pataleos internos, terminaron compartiendo, con su voto, el costo de una ley de emergencia que puso a todo el arco gremial provincial en contra del oficialismo. Que contaminó la alianza política que buena parte de esa dirigencia gremial tiene con el peronismo.

El par de abstenciones kirchneristas pretendieron ser testimoniales, pero no aportaron más que confusión ¿Qué significa abstenerse en un caso como este y sólo en el voto en particular? Y el ajuste contó con el voto positivo hasta del principal referente de La Cámpora, el diputado Juan Huss, a quien ni siquiera pudo persuadir su propio padre, Mario, un viejo referente de la lucha de los pasivos estatales que se vieron afectados con la ley de emergencia.
solanas.jpg
En Entre Ríos, no hay un jefe o jefa kirchnerista. Quien ocupaba ese espacio, el ex gobernador Sergio Urribarri, ya había perdido predicamento en el peronismo (y votos en el electorado) por su enorme desgaste derivado de sus causas por corrupción. Premiado con la Embajada en Israel, ahora ni siquiera está en el país. El diputado provincial Julio Solanas pasó –sin escalas- de diputado nacional que no respondía a Bordet y virtual candidato a gobernador kirchnerista, a acompañar con rigurosa disciplina las políticas del Gobernador en la Legislatura. Hace tres semanas, puso la cara en el debate legislativo por la Emergencia Solidaria.

El kirhchenrismo no tiene tanto peso en Entre Ríos. Quedó demostrado en las cuatro elecciones del año pasado: Bordet compartió una buena porción del electorado con Macri. Uno ganó la elección provincial, el otro la nacional. No obstante, los kirchneristas fueron los que quedaron al frente de las delegaciones entrerrianas de los entes nacionales. Y para el armado de las listas legislativas de 2021 aspiran a tener el rol protagónico del que carecieron en las elecciones de 2019.

Estable, por ahora

Al menos por lo que se observa en la superficie, Bordet ha logrado mantener el curso sin mayores sobresaltos políticos. Lo ayuda un inédito contexto de crisis que iguala a todos los gobernantes, en todos sus niveles y colores políticos, y una restricción sanitaria que anula a la calle como escenario de reclamos.
Bordet Alberto.jpg
Pero sobre todo lo ayuda el extraordinario auxilio financiero que viene recibiendo de la Nación y que ha hecho que en mayo la provincia revirtiera su déficit para alcanzar un superávit de unos 50 millones de pesos, en medio de un brutal derrumbe de la recaudación.

Por eso es que la oposición ve a un Bordet “cómodo” con la pandemia. Porque ha reducido los gastos de un Estado que funciona a media máquina (más allá de que hayan subido los gastos para atender la emergencia, básicamente en Salud y Seguridad); le permite comprar por contratación directa; ajustar salarios por inflación y suspender todo dispositivo de actualización de haberes distinto al que se acuerde en las paritarias (el artículo 10 de la emergencia), como oportunamente explicó Página Política en la siguiente nota:


Según números de la oposición, la provincia recibió en los últimos cuatro meses Aportes del Tesoro Nacional (ATN) por 7.400 millones de pesos. Por eso dicen que los 300 millones que distribuyó entre los municipios está por debajo del 16% que debería coparticiparles. Siempre por analogía con los recursos ordinarios, ya que los ATN no se coparticipan.

La queja de los intendentes se mantiene, aunque bajó los decibeles que tenía al inicio de la cuarentena. En general, los municipios presentan cuentas más equilibradas que la provincia y por eso pueden hacer frente a la emergencia, a pesar de recibir menos ayuda de la única fuente posible hoy en el país: la emisión. Dicen que deberían recibir al menos el triple de lo que les ha convidado Bordet (el 16% de 7.400 es 1.184).

El problema de Bordet no es -por ahora- el frente político. Habrá que ver que pasa el día que deje de llegar el auxilio financiero de la Nación. La emisión tiene un límite.

Muchos creen que la razón principal de una ley de emergencia que no alcanzará a recaudar en 12 meses (2.200 millones) lo que cayó la recaudación del primer semestre de 2020 (3.300 millones), fue más política que económica: enviar una suerte de mensaje al presidente Fernández para que vea que en Entre Ríos se intentó todo y que la resistencia al ajuste no permite hacer más nada desde el Ejecutivo provincial. Que estamos a merced del auxilio nacional.

Notas más
leidas
© 2024 Página Política
Términos y Condiciones
Política de Privacidad