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Castrillón, las recusaciones y el cruce entre Moia y Kisser

El presidente de la Sala Civil y Comercial del STJ presentó una nota en el Senado en la que despeja la polémica en torno a la idoneidad de un concursante que viene de litigar como abogado. El postulante tuvo un cruce con el senador.

A Miguel Ángel Moia no le ha sido fácil ingresar al Poder Judicial, pese a tener en su haber una destacada participación en el Consejo de la Magistratura, organismo que evalúa a pretendientes funcionarios judiciales. El abogado de Paraná, la vez que se sometió a concurso, integró una terna. Hace unos años el gobierno provincial le negó la asunción al Juzgado de Concursos y Quiebras de Paraná luego de haber quedado en el primer lugar en el orden de mérito en el concurso 79. El conflicto se judicializó. Moia interpuso un amparo cuyo fallo le fue favorable, pero el Poder Ejecutivo a cargo de Sergio Urribarri no lo designó.

Finalmente se le daría a Moia su anhelo de formar parte de la Justicia. Esta semana fue aprobado su pliego para hacerse cargo del Juzgado Civil y Comercial Nº9 de Paraná. El visto bueno del Senado tuvo una disidencia, la de Raymundo Kisser, quien advirtió en un dictamen de minoría que el postulante tenía “falencias éticas” insalvables, porque en ese juzgado, que pretende integrar, habría un sinnúmero de causas en trámite en las que intervino. El senador de Cambiemos enumeró el concurso de quiebra de Waigel y Cotapa, entre otros casos resonantes. “No voy a discutir su idoneidad técnica, pero pesan muchos factores en la designación de juez. Moia hasta ejerció la profesión como matriculado en juzgados en los que se presentó. Además, asesoró a contadores y síndicos. Se matriculó en 2003. No sólo se evalúan las condiciones técnicas para ser juez, sino también las condiciones morales”, sostuvo el legislador.

Esta polémica encontró una respuesta del presidente de la Sala Civil y Comercial del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Emilio Castrillón, quien envió una nota a la Comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdo para despejar dudas sobre lo dicho. En su misiva, a la que tuvo acceso Página Judicial, sostuvo que el órgano de justicia que preside “no tiene objeción alguna la designación de ningún juez candidato a juez, en tanto se ha respetado el sistema constitucional de designación, privilegiándose el sistema de concursos abiertos, igualitarios y trasparentes (…) Ante las versiones sobre la afectación que la tramitación del presente pliego provocaría alteraciones en la prestación del servicio de justicia, es necesario considerar que ello no es así. Las eventuales excusaciones o recusaciones que se pueden plantear ante un caso concreto resultan consecuencia natural de la especialidad valorada en el concurso respectivo. Es que la especialidad que pondera la Constitución para el desempeño del cargo reputa el haber transitado procesos judiciales de la materia en la que concursó, lo que en el caso particular de este expediente implica haber litigado en el único juzgado especializado que hay en la jurisdicción”.

Para el vocal, “de ahí a considerar las eventuales excusaciones como un obstativo para la designación como juez marginaría del concurso a los abogados en ejercicio de la profesión liberal, que paradojamente, litigan ante estos estados especializándose en la materia”.

Qué dijo Moia

El postulante, en audiencia pública del 21 de marzo pasado, fue consultado sobre esta cuestión. Obviamente fue Kisser el que quiso saber sobre su actuación en casos puntuales, pero también lo interpeló acerca de la idoneidad de alguien que, en casos sensibles, ahora estará del otro lado.

Moia explicó cada uno de los casos de quiebras en los que actuó y los explicó largamente. En un momento de la respuesta- según consta en la versión taquigráfica a la que tuvo acceso Página Judicial – el postulante le respondió al radical: “Usted es abogado y ha participado de concursos. Una cosa es la interpretación del expediente, (pero) que se ponga en tela de juicio la ética profesional es otra. Le repito, usted estuvo asesorando en concursos que terminaron en quiebra”. “No voy a entrar en este tipo de conversaciones”, retrucó el radical.

Las recusaciones, previstas en el sistema judicial, no deberían por qué incomodar a las partes. Este debate tuvo un primer capítulo cuando en el Consejo de la Magistratura, en el concurso Nº 147 para las tres vocalías de la Cámara de Casación Penal – Sala Paraná, el entonces prsdiente del organismo y secretario de Justicia, Rubén Virué, le preguntó a una postulante acerca de una relación íntima con un alto funcionario del Poder Judicial que, de existir, complicaría procedimientos penales al tener que excusarse. El final fue diferente.

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