En la sesión del martes ocurrirán dos hechos que pondrán en aprietos al bloque oficialista, que impone su mayoría por el mínimo.
El bloque de Cambiemos presentará una declaración de repudio al hecho vandálico cometido en el estudio jurídico de Rubén Pagliotto y compañía, quienes impulsan una denuncia por enriquecimiento ilícito contra Sergio Urribarri y buena parte de su familia, entre ellos el ministro de Gobierno, Mauro Urribarri. Pedirían la adhesión de todo el Senado.
El otro hecho es que se da por sentado que ingresará el pliego de José Luis Panozzo, presidente del Consejo General de Educación (CGE). Sobre el ex intendente de Chajarí pesa una denuncia por concejales de su ciudad por la “venta directa” de terrenos municipales en el predio del parque termal a familiares y amigos de funcionarios de la Municipalidad a precios irrisorios. Fue imputado. De esa etapa penal a la de procesado se está a un paso. Panozzo ya ha sido centro de los repudios por el sindicalismo entrerriano. Y la oposición adelantó que votaría en contra.
Según supo Página Política, por lo menos cuatro senadores del Frente para la Victoria iniciaron una ronda de consultas para cuando el pliego ingrese a la Cámara alta. Hace ocho años que ese cuerpo legislativo ratifica la decisión política del gobernador. Los últimos cuatro años ni siquiera hubo una voz disonante. Los tiempos han cambiado y el escenario también. Cambiemos tiene ocho de los 17 integrantes. Senadores del oficialismo, si pudieran votar a conciencia, no aprobarían el pliego que deberá enviar Gustavo Bordet. El costo político sería muy grande, más aún con la agenda que planteó el mismísimo mandatario de reformular el régimen de suplencias. Algunos se esperanzan con que se dé marcha atrás. Incluso hasta se animan a lanzar el nombre de Blanca Osuna, sumida a un silencio absoluto, para salir de la incómoda situación.
El pliego de Mercedes Solanas para continuar al frente del Copnaf también deberá ser refrendado por el Senado. El organismo que atiende la problemática de menores padece una crisis crónica y de años, que se fue profundizando con Raúl Solanas y luego con su hija. Este diagnóstico lo reconocen los trabajadores y en la Justicia, poder que interactúa permanentemente. Los senadores deberán levantar la mano para ratificar la dinastía familiar, que surgió de un acuerdo político durante un gobierno en el que Bordet era intendente.
