¿Por qué odian? es la pregunta que se hace, con el título, el libro de Estela Díaz. Se trata de un compilado de artículos que tienen como simiente una serie de encuentros, “diálogos feministas en tiempos de ultraderecha”.
La autora es la ministra de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual del gobierno de Axel Kicillof. Funcionaria, referente de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Estela Díaz estuvo en Paraná para presentar el trabajo y reunirse con militantes de la organización en la provincia.
“¿Por qué odian? es un material militante para el debate, para el encuentro. Surge de una serie de encuentros que tuvimos el año pasado y que reflejan la percepción que estábamos teniendo ante un cambio de época marcado por el crecimiento de las derechas, con los discursos de odio”, presenta el libro Díaz en entrevista con Página Política. En el marco de esos encuentros, del año pasado, “hablábamos de la necesidad de entender este periodo, comprender que se trataba de un fenómeno que iba más allá de algo coyuntural”. “Este período empezó a crecer con la pandemia, se fue consolidando y después lo vimos, tristemente, en la segunda vuelta electoral que define a Javier Milei como presidente, llevando todo esto al extremo. Siempre con los feminismos y la diversidad como un contradictor permanente”, señala y resume: “Es una herramienta militante”
–¿Qué es ser un militante en la Argentina de hoy?
–Necesitamos aunar la militancia más tradicional que conocimos, con una militancia que pueda dar cuenta de que hay nuevas tecnologías, nuevos modos de comunicación y, sobre todo, que privilegie la interacción con las juventudes. Me parece que la militancia se ha retirado de la escena más tradicional, esa que tiene que ver con debatir, con compartir ideas, contar lo que se hace, discutir entre compañeros y compañeras. Creo que eso fue pasando, hubo un cierto proceso de burocratización de la militancia que se agudizó con la pandemia. Una parte de la militancia siguió porque la tarea social fue muy importante en los barrios frente a la situación del encierro. Pero creo que la militancia política tal como la conocimos dejó de hablar, de dialogar con lo que estaba pasando.
–Rita Segato critica a los denominados “socialismos del siglo XXI”. Afirma que llegaron a la gestión del Estado, se dedicaron a impulsar políticas públicas desde ahí, pero hubo un abandono de “la comunidad”, un abandono del vínculo directo con la gente.
–Lo hemos charlado con Rita. Dice algo más duro que eso. Dice que tenemos demasiada fe estatal. Y lo remarca que eso se da en un contexto en el que en la etapa del capitalismo a escala global en la que estamos, te encontras con empresas que tienen mucho más poder que muchos estados y tenés, además, los paraestados como el narcotráfico. Ahí hay algo que debatir. Para nosotros hay una clave ahí. Porque es la primera vez que llegamos a lugares tan importantes del Estado, pero eso tiene que articular fuerte con el movimiento, tiene que dialogar, tiene que seguir dialogando.
–Y eso se rompió
–Y ahí algo se rompió. Vuelvo a la pandemia. Hubo un quiebre fuerte, eso desmovilizó. Además, para el feminismo haber logrado el aborto legal fue un punto muy fuerte de inflexión porque nos articulamos como movimiento, por más de 15 años, a nivel federal, en torno a la Campaña (del Aborto Legal, Seguro y Gratuito). Entonces, hubo que repensar cómo rediseñamos la agenda. El sindicalismo tiene un peso, un papel importante, pero no alcanza. Otros decían que la agenda es el abuso, la violencia. Es propio de los movimientos, no tienes alzas de las olas todo el tiempo, también hay repliegues. Tiempos de reflexión, de nuevas articulaciones, se gestan otros procesos. Capaz que hoy pasa por el movimiento estudiantil, universitario. Resalto que la feminización gigantesca de la universidad y la presidencia de los centros de estudiantes y las federaciones están en cabezas femeninas, no es causal eso. La Federación en La Plata, la FUA, hay nuevos territorios de lucha que van apareciendo porque la coyuntura te ubica también en otros escenarios. Pero además, las mujeres somos las que más lo resistimos a Milei.
–Le costó a Milei hacerse del voto de las mujeres.
–Exactamente. Y hoy ves los estudios de opinión pública y la inmensa mayoría de las mujeres no acompaña el tono violento del mensaje oficial. Hemos construido un proceso social tan fuerte, tan potente de las mujeres, que hasta lo citaría en los 40 años de democracia. Si queres, en la resistencia a la dictadura en clave femenina, con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Y de ahí para acá, hay una marca muy fuerte de una politicidad femenina que podemos marcar con hitos, pero que ha hecho que la despolitización general de la sociedad no nos llegó tanto a nosotras.
–O se apostó a una politicidad diferente. ¿Qué características tendría?
–En efecto, una política de la vida cotidiana.
–Como la que reclama Rita Segato.
–Tal como lo recomendó Rita.
Roles y culpas
Si la derrota es tiempo de debate y de revisión, Estela Díaz rechaza las mochilas que puedan cargarse al feminismo en el proceso político que atraviesa el país.
“Te dicen ‘las feministas se pasaron tres pueblos’, ‘se pasaron de rosca’. O te dicen que el feminismo no es peronismo. Dos cosas contesto: si hubiésemos votado solo las mujeres, Milei no sería presidente. No es aceptable que nos carguen de responsabilidad a quienes venimos resistiendo. Sería interesante que piensen los varones que les ha pasado para darle el voto mayoritario a Milei. Al revés, estamos las mujeres con más nivel de conciencia política y de defensa antineoliberal.
–¿Cómo es este debate en el peronismo?
–¿En el peronismo? ¿Cuántos pueblos se pasó Evita? Pensemos en cada tiempo. Pensemos en el voto femenimo, en una hija natural, artista, que se casa con Perón. Una mujer que no solo pide el voto, pide organizar a las mujeres y armar el partido peronista femenino. Perón gana con el voto de las mujeres en esa reelección. Pero además impulsa la política de tercios en las listas que tuvimos que venir a fin de siglo para que aparezca el cupo y la paridad. ¿Cuántos pueblos se pasó Evita? Es muy peronista eso.
–¿Eso de pasarse pueblos?
–Por supuesto, pasarse pueblos. Porque es ampliación de los derechos. La democracia real para el peronismo es la de las mayorías.
–¿Cómo es que el peronismo atraviesa este contexto tan complejo en una situación insólita: una interna del PJ?
–Es muy doloroso este tiempo. El pueblo está sufriendo mucho. Y las que tenemos experiencia, las que no tenemos canas solo porque se tiñen, ya sabemos lo que son las políticas de ajuste en términos del sufrimiento del pueblo. Milei es el mismo ajuste ortodoxo de siempre, además lo hace con los mismos de siempre, favoreciendo la patria financiera, sacándonos la riqueza, pero de manera más veloz, más feroz, más violenta. Sabemos que trae muchísimo dolor y que recomponer será tarea de una propuesta peronista, nacional, popular. Le va a tocar a esta propuesta y va a ser muy difícil, pero necesitamos en este tiempo mucha templanza y mucha responsabilidad histórica. Yo lo digo por lo que nos toca en el gobierno de la provincia de Buenos Aires: estamos gobernando el 40% de la Argentina. y no hay que perder de vista que en ese 40% de la Argentina, Milei no ganó en ninguna de las tres instancias, y que Axel Kicillof está haciendo un gobierno que está en las antípodas del de Milei. No podemos perder de vista que tenemos un movimiento sindical que se moviliza, un movimiento estudiantil que defiende la educación pública y que hay mucho para recomponer el campo popular. Pero tenemos que reponernos de una derrota muy fuerte y eso va a requerir en nuestro campo tensiones, discusión. Es lógico transitar esto.
Darle forma al futuro
–¿Este proceso de internas, es intrascendente o define algo importante?
–Me parece que es una instancia que no es la fundamental. No lo fue nunca. Perón decía: primero la Patria, segundo el movimiento y tercero los hombres y las mujeres. Y el partido en general ha sido un instrumento electoral. Lo importante es el movimiento y ahí, en el movimiento y en el proyecto del movimiento, es lo que tenemos que recomponer. Eso tiene que recomponer una clave para que nuestro pueblo sienta que es por ahí. Hoy está alejado de eso. Milei, cada día, hace peor la vida de la inmensa mayoría, pero todavía no está claro que sea por nuestro lado que va a venir la recomposición. Y nosotros sentimos que tenemos que demostrar que es por ahí, que la esperanza es por ahí. No alcanza con lo que hicimos hasta ahora.
–¿No alcanza o lo que sucede es que deberá ser una expresión política distinta?
–No alcanza porque tiene que ser una construcción con una perspectiva más de futuro, más esperanzadora, para adelante. No hay duda de lo que significó Evita, no hay dudas de lo que significó Cristina, pero para ir para adelante no alcanza con eso.
–En este estallido de los partidos que tuvo su punto culminante con el triunfo de Milei, no se abren para el peronismo nuevas configuraciones, nuevas alianzas?
—Creo que estamos frente a una amenaza democrática muy profunda. Milei vino a destruir el Estado y la democracia, por eso ejerce semejantes niveles de violencia política. Necesitamos realmente que haya articulaciones que no son necesariamente electorales, pero sí articulaciones que son necesarias para defender el Estado de derecho. Axel no tuvo ningún reparo en ir todo el tiempo a colaborar con otras provincias. Milei quiere destruir el federalismo, nosotros decidimos darnos una mano en lo que haga falta: helicópteros si hay incendios, ambulancias si hay crisis sanitaria, patrulleros porque lo que le pasa con el narcotráfico a provincias fronterizas es también mi problema. De igual modo con políticas de género. Urgente necesitamos armar un escudo democrático porque es muy duro lo que viene. Esta derecha va a entregar nuestro patrimonio, se está llevando el oro, algo físico. Todo esto que ocurre está planeado. Es la miseria planificada. Eso necesitamos, un escudo democrático. Cómo eso se exprese después electoralmente veremos, pero no es el centro del problema que tenemos. Tenemos una derecha que no tiene reparos en lo que se viene a llevar puesto en la Argentina. El negacionismo del Terrorismo de Estado, el negacionismo de los derechos de las mujeres. Todo lo que conquistamos en 40 años de democracia está puesto en cuestión.
Un busto, un guiño
–¿Qué impacto tiene el guiño de Victoria Villarruel al peronismo, con la visita a Isabel Martínez de Perón?
–Es conservadurismo oligarca lo que expresa Villarruel. En río revuelto ella tira por ahí. Creo que puede jugar más en una reconstrucción de la derecha, en alianza con Mauricio Macri que otra cosa. En el peronismo no cala, mayoritariamente. El peronismo está en una crisis muy fuerte. La derrota ha sido muy fuerte. El peronismo necesita un proceso de recomposición fuerte.
Fuente: Página Política