El encuentro se dio en horas incómodas. Mauricio Macri relanzó el PRO con buenos augurios y apoyo irrestricto a Javier Milei. Antes, Rogelio Frigerio se había reunido con la hermana presidencial, Karina, la destinataria de los dardos del ex presidente.
El Gobernador empezó a delinear su hoja de ruta de cara a las elecciones del año que viene que, para Entre Ríos y Nación, son cruciales. Ese fue el tema que se abordó el jueves entre el mandatario y la secretaria general de la Presidencia.
La provincia renueva senadores y los libertarios necesitan tener una herramienta electoral en todo el país que, para su legalización, requiere de la constitución del partido en cinco distritos.
En el cónclave Karina le ratificó que tenía el mandato de armar el partido en Entre Ríos. Frigerio, por su parte, le dio su opinión sobre el panorama político que tiene como eje un dato duro: el electorado de Juntos por el Cambio y la Libertad Avanza -según las encuestas que maneja- son compartidos, lo que implica que ir separados dividiría el voto y le devolvería al peronismo los dos senadores que hoy están en manos de la coalición y complicaría al Ejecutivo en el Congreso. La hermana presidencial escuchó los argumentos y tomó nota.
La foto más nítida del planteo de Frigerio es la elección del año pasado, cuya unificación de los comicios provincial y nacional lo hizo transpirar para quedarse con la Gobernación.
Las PASO aparecen como una alternativa. Los votos en el Congreso para eliminarlas no están.
Sucede que para ir a una primaria entre Juntos y la Libertad Avanza deberían conformar un mismo frente. Hoy pareciera difícil que eso suceda si se escucha a un sector de la dirigencia radical. El centenario partido, de todas maneras, ha dado muestras de su versatilidad para acomodarse a los contextos. En términos históricos: a que se doble antes de que se rompa.
Frigerio está obligado al equilibrio permanente con la Casa Rosada y su frente, Juntos por el Cambio. Estuvo en el relanzamiento de Macri y con Karina.
El ex presidente volvió a escena con la presidencia del PRO luego de estropear la carrera de Horacio Rodríguez Larreta, convertir a Patricia Bullrich en funcionaria y ahora correrla del partido por no obedecerlo. Quienes se apresuraron a enfrentarlo no tuvieron el mejor destino. El camino de Frigerio parece inverso. Una vez terminado el gobierno de Cambiemos, Macri cuestionó a su ministro del Interior por haber sido demasiado amigable con el peronismo. Hoy lo pondera, pese al poco tiempo que permite la televisión.
