Por Silvina García (*)

Por primera vez, cientos de mujeres ocuparemos roles importantes y trascendentes en los destinos de cada comuna, junta de gobierno, municipio y nuestra provincia.

Hay que decir también que no fue fácil lograrlo. En el pasado, muchas de nosotras no pudimos tener ni siquiera una oportunidad. Esa oportunidad que tantas veces reclamamos, no sólo a la política sino también a distintos estamentos de conducción de la sociedad. Por ello, lo que logramos no es solo un derecho establecido por ley, sino también el reconocimiento ganado por nuestro valor, nuestros méritos.

La semana pasada, sin demasiada difusión, pero con mucho entusiasmo, compromiso y organización, desde el Movimiento Provincial de Mujeres Rogelianas (espacio referenciado en la dirigente Vilma Vázquez y que impulsa a Rogelio Frigerio para la Gobernación), participamos de un encuentro en Gualeguaychú, más de 400 mujeres entrerrianas con liderazgo, conducción y fundamentalmente con vocación de servicio. Cualidad esta última que, lamentablemente, escasea en los actuales gobernantes.

Dicho encuentro se destaca en la realidad política entrerriana porque en este año de elaboración de propuestas y proyectos, las mujeres tenemos que participar más que nunca aportando nuestra capacidad y fortaleza para dar vuelta la triste realidad de nuestra provincia conducida desde hace 20 años por gobiernos del mismo color político.

Este espacio es una luz de esperanza que demuestra no solo participación sino también compromiso. Compromiso con la cosa pública.

En ese entendimiento, en mi discurso afirmé la importancia de involucrarnos en este desafío que nos convoca porque cuando hablamos de la Mujer en Política, no hablamos sólo de paridad, igualdad o equidad. Hablamos de algo más profundo y que tanto necesita la dirigencia: humanizar la actividad por la cual buscamos el bien común.

La mujer en la arena política aporta empatía y confiabilidad, valores que tanto reclama la sociedad. Más aún en este tiempo donde muchos vecinos están sufriendo y somos nosotras, quienes estamos construyendo un liderazgo más cercano y más sensible.

Es tiempo de estar con quienes más lo necesitan: acercarnos, escuchar y acompañar.

Acercándonos a las familias que hoy padecen los efectos de esta crisis económica terminal; abrazando a los que más sufren física o espiritualmente, dando lo mejor de nosotras para mejorar su situación; acompañando al sector productivo y a los emprendedores que a diario deben soportar una presión tributaria nunca vista; escuchando a todos para construir juntos una propuesta transformadora, realista, integradora, solidaria. Y en todos, sembrar la esperanza de que con objetivos claros y trabajando juntos las cosas van a mejorar porque tenemos el potencial.

La Ley de Paridad Integral sancionada en el año 2020 marcará un hito en Entre Ríos, pero como dice la canción «se hace camino al andar». Es por ello que, mujeres entrerrianas participamos de espacios de construcción colectiva, promovemos el debate de temas de agenda y organizamos actividades que aborden políticas públicas en beneficio de la ciudadanía en su conjunto.

Este tipo de organizaciones y movimientos reflejan un ensanchamiento del sistema político y como dijera la ex presidente de Chile, Michelle Bachelet: “Cuando una mujer entra en política, cambia la mujer. Cuando entran muchas, cambia la política”. Eso es lo que Entre Ríos está teniendo: muchas mujeres participando para la transformación de la provincia.

Estoy convencida de que el cambio, es posible. ¡El momento es ahora!

(*) Abogada, precandidata a Intendente de Paraná, Juntos x Entre Ríos