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La declaración secreta de Rodríguez Signes y Urribarri

El fiscal de Estado amplió su explicación sobre los spots de la Cumbre del Mercosur ante tres fiscales. La noticia se mantuvo en la más estricta reserva. Su enfrentamiento con Pedro Báez, el principal sospechoso por la contratación de publicidad por 28 millones, no tiene retorno. Qué hipótesis sobrevuela en la Procuración General.

Julio Rodríguez Signes pasó a tener relevancia en las causas que tienen a Sergio Urribarri bajo la lupa judicial en los casos de corrupción que se están investigando.

El nombre del fiscal de Estado fue inscripto en los legajos por Pedro Báez. Dos hombres de extrema confianza del ex gobernador durante sus gestiones al frente del Poder Ejecutivo. La película se pone electrizante.

El ex ministro de Cultura y Comunicación declaró en la causa de la Cumbre del Mercosur. En esa oportunidad dijo que fue el fiscal de Estado el que sugirió cómo podía ser la contratación de publicidad destinada al evento diplomático que se desarrolló en diciembre de 2014. Lo que se está investigando es un contrato por 28 millones de pesos para poner al aire de canales nacionales cuatro spots que – según sospecha la Justicia – fueron utilizados como propaganda para la campaña presidencial de Urribarri. Aparte del exuberante costo de los mismos.

Como reveló Página Judicial oportunamente, Báez contó ante el fiscal Santiago Brugo que había sido Rodríguez Signes el que propuso que las cuestiones propagandísticas se canalizaran a través de la Unidad Operativa Cumbre del Mercosur (UOCM), creada por la ley 10.027. “Para mí fue una decisión que me provocó un gran alivio, por lo que rápidamente le enviamos una nota a la Unidad Operativa (…) poniendo en conocimiento de la misma la existencia de unos spot que podían servir para la campaña demandada”, contó el ahora diputado provincial.

Tras conocerse su indagatoria, el fiscal de Estado presentó un escrito con el objetivo de aclarar que no tuvo ninguna intervención respecto a la contratación de publicidad y mucho menos en el contrato con la empresa Nelly Entertainment SA, propiedad de Jorge Corcho Rodríguez y Facundo De Vido, hijo del ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido; por la cual están imputados Báez y Urribarri.

Pero la aclaración del funcionario no quedó allí. Según supo Página Judicial, hace unos días Rodríguez Signes se presentó para dar testimonio de lo actuado. No fue en carácter de testigo ni en el marco de una llamado a indagatoria. Ante los fiscales Brugo, Alejandro Cánepa y Patricia Yedro amplió su explicación. Estaba también Gonzalo Badano, el sabueso de la unidad fiscal, cariñosamente llamado Gonzalito. No se supo nada de esa jornada.

La pelea entre Rodríguez Signes y Báez no tiene retorno. El primero corre, si se quiere, con una ventaja. Con el procurador de la provincia, Jorge García, se estiman mucho.

¿Urribarri, sin vuelta atrás?

El ex gobernador se hizo un tiempito el martes pasado por la noche, entre la sesión de la Cámara de Diputados y la reunión con Gustavo Bordet, para presentarse en los tribunales y dejar sus escritos en las tres causas por las que había sido citado, entre ellas la de la Cumbre. Estaba convocado para el jueves a la mañana, pero adelantó su indagatoria apenas un día antes. En un escrito presentado por Marcos Rodríguez Allende el lunes al mediodía adujo cuestiones laborales impostergables, según reconstruyó Página Judicial. La respuesta no se hizo esperar. Se abrieron las puertas de la fiscalía pese a ser un día inhábil para el Poder Judicial.

La única explicación ante la ductilidad para modificar el cronograma la dio García. En una entrevista en el programa En el dos mil también, que se emite por FM Litoral, dijo: “Como nosotros no tenemos feriado y se atiende hasta los domingos, cuando nos manifestaron este pedido a mí y a la doctora (Cecilia) Goyeneche dijimos que sí, que no había ningún problema porque todo el mundo estaba trabajando. Para la justicia penal los inhábiles son propicios para adelantar trabajo. Esto lo puede pedir cualquiera porque la indagatoria es un derecho”. A la maniobra, que se leyó como sospechosa hace una semana, la enmarcó “en la desformalización que tiene el Ministerio Público Fiscal”. Bienvenida , si todo es para mejorar el servicio.

Hay una hipótesis, en rigor un argumento, que sobrevuela y limpiaría el recelo que se instaló con el adelanto de la indagatoria que fue visto como una gauchada al ex mandatario. Es que al presentarse, Urribarri no tiene vuelta atrás. Le será difícil volver sobre sus pasos. Si bien aún puede recurrir a sus fueros, estos quedaron menguados. Le pintaron los dedos, para ser gráfico.

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