Los procesos de juicio político que se sustanciaron en la Legislatura ventilaron fechorías, abusos de poder y arbitrariedades respecto a los gastos de representación que tienen destinados los funcionarios del Poder Judicial. Pero también permitieron revelar injusticias.
Cualquier ciudadano pudo ver por los medios en las últimas semanas los miles y millones (porque se habló y se probó que fueron millones) los pesos que se evaporan en el seno del Poder Judicial en carácter de viáticos. Sea para dar clases, participar de congresos, o viajes al exterior para representar a la jurisdicción. Dos mil setecientos pesos por día tiene un magistrado si viaja, por ejemplo, un día a Buenos Aires.
Pero no todas las reparticiones del Estado gozan de esas cifras. Hay, incluso, áreas de mayor sensibilidad que el valor está muy por debajo. Un caso concreto es el Consejo Provincial del Menor, el Copnaf.
Una comisión en el ámbito provincial con una salida a las 8 y regreso a las 16 le corresponde un viatico de 98 pesos. Estaba en 171.50 antes de un decreto de diciembre pasado. Con ese monto el comisionado debe hacer frente al almuerzo y cualquier otro gasto intermedio que no sea traslado. Si el regreso es la salida es a las 20, el viático es de 245 (era de $294,00). Y así sucesivamente: una comisión que demande un día y medio de tiempo, es de 735 pesos (antes era de 980). Con ese importe, el comisionado no solo debe hacer frente a los gastos de 3 comidas, sino también al alojamiento.
Durante los últimos días diciembre, los choferes pertenecientes a la División Automotores del Copnaf enviaron una nota al director de administración Carlos Pignalberi – a la que tuvo acceso Página Política – haciéndole saber que los montos establecidos “son absolutamente insuficientes para cubrir necesidades básicas en condiciones de dignidad, más aun cuando muchos de los traslados en el organismo son a localidades totalmente alejadas, e inhóspitas, con el consecuente aumento de los costos tanto en alimentación como en alojamiento”.
Pero el dato no menor, por el contrario, el principal, es que a quienes se trasladan en esos viajes en la mayoría de los casos son niños, niñas y adolescentes. En algunos casos, empleados tuvieron que sacar de sus propios bolsillos para costear un viaje a fin de año para trasladar a un joven para que pase alguna de las fiestas con su familia. Lo que luego se convierte en una odisea el reembolso.
En el Copnaf quieren rever el decreto Nº 3.736, del 2 de diciembre del año pasado, referido al régimen de viáticos de la provincia que cambió los montos que se explicó anteriormente.
La gestión de Gustavo Bordet, con ese decreto, centralizó y acotó el otorgamiento de viáticos. No está mal. Como tampoco sería desacertado afinar el criterio para fijar montos.