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Interna partidaria

Los radicales volverían a votar en años impares

La extensión de la cuarentana complica la interna para la renovación de autoridades en la UCR de Entre Ríos. Se habla de prorrogar los mandatos que vencen en octubre. Las elecciones se convocarían para marzo o abril de 2021.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

Desde 1983, en Argentina se ha votado cada dos años. Los años impares han sido los electorales. Dentro de ese proceso de reapertura democrática, la primera elección de autoridades partidarias en la UCR de Entre Ríos fue también en 1983. Como los mandatos partidarios duran dos años, en la siguiente década los radicales renovaron su conducción en años impares. Años de elecciones generales.

Eso fue así hasta 1994, cuando la UCR de Entre Ríos fue intervenida nacionalmente, en virtud de la oposición del caudillo Sergio Montiel al Pacto de Olivos que firmara el ex presidente Raúl Alfonsín con el entonces presidente Carlos Menem para declarar la necesidad de la reforma de la Constitución Nacional. Esa anomalía hizo que se alterara el calendario de renovación de autoridades y, con la normalización partidaria, las elecciones internas pasaran a los años pares.

De este modo, la discusión por la conducción del partido, una instancia importante para la tradición radical, se ha dado en las últimas dos décadas en los años no electorales. Al final de cada año par, los radicales de Entre Ríos renovaron sus autoridades partidarias por elecciones o por consenso.

En los hechos, esas nuevas autoridades empezaban a actuar a principios del año impar, el año electoral. Pero todo el año no electoral –el año par- se ocupaba para dirimir los liderazgos internos. A diferencia de lo que ocurre en otras fuerzas políticas, el control del partido siempre fue importante para resolver quién o qué grupo manda entre los radicales. Los procesos internos, así como los congresos partidarios, fueron instancias clave para definir poder.

Este es un rasgo que distingue a la UCR de los demás partidos políticos de Entre Ríos. Con todos sus defectos (sea por falta de renovación de dirigentes, sea por haber resignado definiciones importantes y arriado banderas históricas en su alianza con el PRO), la vida institucional que pervive en el radicalismo de Entre Ríos resulta ser lo más parecido a un partido político que se puede hallar en la provincia.

Prórroga

Parece que ahora, la fuerza de los hechos hará que los radicales entrerrianos vuelvan a sus internas partidarias en los años impares. Es que la pandemia no cede y la extensión de la cuarentena hará imposible la renovación de autoridades para los mandatos que vencen a fines de octubre de este 2020. Dos meses antes habría que presentar listas, lo que implica todo un movimiento de reuniones, asambleas, negociaciones, trámites que se complican con el modo virtual. Y, si finalmente hay elecciones porque no se acuerda una lista de consenso, habrá campaña y acto electoral. Ahí sí, necesariamente presencial.

La carta orgánica de la UCR ordena convocar a elecciones 90 días antes. Por razones excepcionales, que cabría invocar en razón de la extensión de la cuarentena, podrían convocarse 60 días antes.

Lo que se está evaluando informalmente entre la dirigencia radical es prorrogar los mandatos hasta marzo del 2021. Pero fijando en la misma resolución (con aval de los distintos sectores internos y la mesa del congreso partidario) una fecha de elecciones.

Podría pasar que el cuadro sanitario mejore notablemente y se levante la cuarentena de tal modo que –“nueva normalidad” mediante- los tiempos alcancen con lo justo para renovar autoridades partidarias a fines de octubre. Pero los defensores de la prórroga argumentan que, después del freno a la actividad política que impuso la cuarentena, un proceso electoral acotado terminaría favoreciendo a las estructuras políticas más fuertes.

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