La pesadilla tal vez empezó antes, pero el 21 de mayo fue un golpazo para los medios públicos y para LT14 en particular.
En el Instagram de la emisora local se ve el último posteo, el de ese día: “Los medios públicos se encuentran en un proceso de reorganización que tiene como objetivo mejorar la producción, realización y difusión de los contenidos que se generan”, se expresaba entonces como último mensaje ya que se notifica allí la decisión del Estado nacional de “pausar temporalmente todos los contenidos de las redes sociales y páginas web de los medios públicos. Esta medida abarca a las redes sociales, sitios web de la televisión pública, radio nacional, las emisoras del interior, FM Clásica, FM Rock, FM Folclórica, Paka Paka y Canal Encuentro”, se hizo saber en una publicación ilustrada con el escudo nacional.
Fue sacar a la radio pública entrerriana del cauce habitual por el que circula hoy masivamente la información: link compartidos con alguna nota, publicaciones en redes sociales, enlaces desde distintas aplicaciones a una página web, a una transmisión en vivo, material que se comparte en un grupo de Whatsapp. Nada de eso ha quedado en pie desde el 21 de mayo. El “proceso de reorganización” (expresión con deja vu) sigue en curso porque las redes han pasado a ser canal vedado para contacto con el oyente y la página web -que hay que rastrear desde la web de Radio Nacimiento- solo tiene un reproductor con programación nacional.
LT14 hoy es solo accesible como antes, como siempre, como en los tiempos de Guillermo Marconi y como siguió siendo durante todo el siglo XX: hay que tener una radio, AM, y buscar el 1260 del dial: “Si hacemos una nota, nadie se entera, tenés que agarrarla en vivo o se pierde en el éter. No estará subida a ningún lado, no la podrás escuchar”, graficó un empleado de la radio.
Otro golpe ya se veía venir. Fue el 8 de julio cuando la programación pasó a concentrarse en Buenos Aires. El horario fuerte de la mañana pasó a ser producido por Radio Nacional. Diego Ramos, conductor de “Ramos Generales”, de 7 a 10, de lunes a viernes, fue contenido impuesto para todas las emisoras del país. Incluidas, por supuesto, LT14, LT11 de Concepción del Uruguay y Radio Nacional Gualeguaychú.
“Nos sacan la voz a nosotros. Pero en definitiva le sacan la voz al oyente”, resume el panorama una trabajadora. Son 61 empleados de la radio mirándose las caras, cada vez menos expectantes, sosteniendo unos restos de programación y los informativos cada media hora. No hay interventores del gobierno nacional y la coordinación se referencia con el periodista Simón Volcoff, jefe de Informativos; y Sergio Campillay, en el área comercial.
La primera mañana sigue con el programa rural tradicional, “Campo en acción”. Sigue Ramos desde Buenos Aires; entre 10 y 12 hay un programa local con Claudia Martínez, Claudio Belotti, Facundo Galanti, un móvil y un productor en funciones. Hay informativos cada media hora y un panorama central, desde Buenos Aires, a las 12 y a las 20, cada día.
Se comenta, mientras tanto, que “habrá programación nueva” pero no termina de plasmarse una propuesta. Se habla del retorno de Cristian Bello, se menciona la posibilidad de que haga su programa Horacio Moglia, pero al momento no hay mayores novedades.
El desasosiego y la incertidumbre marcan el ritmo. Las opciones de transmitir en redes sociales personales o de cuentas amigas se fueron desestimando. La zanahoria no tienta. Retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas. El comentario es que podrían gestionarse retiros por algún puñado de millones de pesos (16 millones es una cifra que se pone a circular) sin mucha distinción entre trabajadores con muchos años de antigüedad de los más nuevos.
La foto de estos días es gris. En LT14 y en las emisoras de todo el país. No se avizoran proyectos distintos por parte del gobierno nacional. La voluntad del presidente Javier Milei quedó expresa en el proyecto de Ley Bases: la privatización lisa y llana de los medios públicos. Solo la pulseada con las bancadas opositoras dejó de lado esa cláusula del texto aprobado por el Congreso de la Nación. Sin embargo, la política del “topo” que destruye el Estado desde adentro no parece tener otro plan para la red de medios públicos.
Fuente: Página Política