El cuadro de vulnerabilidad que ofrece el gobierno nacional de Cambiemos a raíz de la crisis financiera de los últimos días hizo que en la provincia se bajaran los niveles de confrontación internos.
Las permanentes diferencias entre macristas y radicales se habían combinado a fines de marzo con la vieja interna radical para generar la peor crisis que vio la alianza en Entre Ríos, expresada en el congreso radical del 17 de marzo donde se votó la separación del PRO en la legislatura.
Luego de una intensa actividad del ministro del Interior Rogelio Frigerio para retrotraer la situación, sólo los radicales enrolados en la corriente Illia, que lidera el postulante a la gobernación Atilio Benedetti, acataron la resolución del congreso partidario y formaron el bloque UCR en Cambiemos. No pasó lo mismo en el Senado, ni hubo las réplicas que se podían esperar en los concejos deliberantes de la provincia.
En los días siguientes algunos radicales se montaron sobre este quiebre para intentar esmerilar a Benedetti. Y hasta dieron los primeros pasos para el armado de una alternativa, con base en un grupo de intendentes.
Pero ese nuevo espacio sufrió la semana pasada un fuerte golpe con los allanamientos sobre la municipalidad y la vivienda personal del intendente de Paraná Sergio Varisco, el aspirante a la gobernación de mayor peso dentro de esa nueva construcción.
En este contexto se llegó a la reunión del viernes pasado cuando, después de tres años de existencia, la alianza se decidió a conformar su mesa de conducción política. El gesto importante fue la integración de los diputados de la Illia.
Pero este lunes, el jefe del bloque de senadores de Cambiemos, Francisco Morchio, reveló que Benedetti se había comprometido a buscar la reunificación del bloque en la legislatura.
Por lo que pudo averiguar Página Política, Benedetti tiene otra versión del encuentro con Frigerio y Marcos Peña, que dará a conocer en las próximas horas.
De cualquier modo, la idea sigue siendo bajar al mínimo posible los niveles de confrontación internos y, efectivamente, apuntar a la reunificación.
Pero, para los que no conocen la dinámica de la UCR, hay que decir que nada nuevo va a ocurrir en la legislatura en los próximos días, semanas y posiblemente meses.
En la UCR, cualquier decisión que adopta un congreso sólo puede revisarse por otro congreso. Mucho más en este caso, donde ya hubo notificación del Comité Provincial a los legisladores y denuncias para que el Tribunal de Disciplina del partido tome cartas en el asunto con los afiliados que no acataron la resolución del máximo órgano partidario.
Está claro que Benedetti por sí solo no puede cambiar nada. Mucho menos en un año electoral para la UCR, que en octubre renueva su conducción. Pasar por encima de los órganos partidarios implicaría un costo interno.
La elección interna es en octubre, pero se ha especulado con la posibilidad de adelantarla, para no superponerla con el proceso electoral provincial, para el caso de que el gobernador Gustavo Bordet decida convocar a elecciones para mayo o junio del año que viene.
Una cosa va atada a la otra. Podrían adelantarse la interna si se convocan a elecciones provinciales; pero de acuerdo con el proyecto de reforma política, Bordet tendría tiempo hasta fin de año para efectuar el llamado a elecciones. Para aumentar la incertidumbre, el efecto de la crisis sobre la imagen del Presidente hizo replantear los beneficios de un desdoblamiento para el peronismo. Un mes atrás, las mediciones arrojaban un escenario en el que Macri ganaba en primera vuelta. Hoy ya no.
