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Frigerio

¿Por qué tanto lío por un interbloque?

Parece un asunto menor para explicar semejante revuelo en Cambiemos. Y lo es. A nadie importa que en Entre Ríos se adopte un funcionamiento legislativo como el que tiene la coalición en el Congreso de la Nación. Lo que molesta es que se le rebele la tropa a Frigerio.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

Cambiemos atraviesa en Entre Ríos por una de sus peores crisis desde su constitución, hace ya tres años, cuando la Convención Nacional de la UCR aprobó en Gualeguaychú el acuerdo con el PRO.

¿Por qué? Porque los radicales, a través de su máximo órgano partidario, resolvieron que sería mejor empezar a funcionar en la legislatura provincial con un bloque propio de la UCR, separado del PRO, pero unido en un interbloque de Cambiemos.

En otras palabras, la UCR entrerriana resolvió -de manera inobjetablemente orgánica- adoptar en la provincia el mismo modelo de funcionamiento legislativo que tiene Cambiemos en el Congreso de la Nación.

Así dicho, nadie debería escandalizarse. Salvo que entienda que Cambiemos está quebrado en el Congreso, o que el mecanismo del interbloque no le ha servido al presidente Macri.

En la práctica, la conformación de un interbloque en la legislatura no debería acarrear modificaciones en el funcionamiento político de Cambiemos, como no sea algún tipo de adecuación administrativa.

Pero la resolución del congreso radical del 17 de marzo de 2018 pasará a la historia como la primera rebelión de importancia en el radicalismo entrerriano hacia el modo de conducción política del mandamás de Cambiemos en la provincia: el ministro del Interior Rogelio Frigerio. De eso se trata.

Contexto

La novela del bendito interbloque sólo se puede entender en la lógica de la pulseada política que se libró, hacia el interior de Cambiemos y del radicalismo, con la renovación de autoridades en el bloque de diputados, tomando en cuenta que el desplazado Sergio Kneeteman es un hombre de confianza del precandidato a gobernador Atilio Benedetti y que 2019 está, adelantamiento electoral mediante, a la vuelta de la esquina.

En público, Frigerio declara que no le dedica un segundo de su tiempo a otra cosa que no sea la gestión. Pero se sabe que el hombre fuerte de Cambiemos en Entre Ríos se molestó muchísimo con la resolución del congreso radical; que lo tomó por sorpresa y que inmediatamente empezó a operar en su contra.

Es que, en definitiva, lo que ocurrió el sábado en Paraná es un movimiento que escapó a su control. Frigerio está acostumbrado a manejar todo en Entre Ríos, desde mantener intervenido su propio partido por casi cuatro años, hasta tener la última palabra en el armado electoral de Cambiemos. Se ha vuelto un experto en jugar con las miserias internas del radicalismo.

Es más, desde que ocupa un lugar tan importante de poder, el ministro no sólo manda en Cambiemos. Basta echar un vistazo rápido por el peronismo para comprobar el costo interno que a diario debe pagar el gobernador Gustavo Bordet por la tremenda dependencia financiera de la provincia con la Nación.

Visto rápidamente desde Buenos Aires, la rebelión de una parte del radicalismo –tan importante como para controlar el congreso- no debe haber dejado bien parado al ministro. Resulta que en una semana se rompe el bloque de concejales de la capital provincial y los radicales quieren hacer rancho aparte en la legislatura. Aunque un hecho sea independiente del otro, su cercanía temporal impacta.

Eso explica que Frigerio haya dejado de lado su cargada agenda para venir a poner orden en su territorio. Los radicales se quejaban porque en sus últimas visitas a la provincia el ministro prefería a los peronistas. Y muchas veces ni siquiera tenía la delicadeza de avisar.

Pero ahora les dio para que tengan: en los cinco días más movidos de la última semana, tres se los pasó en Entre Ríos (el sábado en Maciá, el martes y miércoles en San Benito y Paraná) y se fotografió con cuanto radical se le cruzara por la calle. Quizá para aventar los resquemores que generó esa foto casi íntima con el diputado peronista Daniel Koch, que fue tomada en el mismo momento en que sesionaba el congreso radical.

No es que Koch sea tan importante. Basta con su condición de peronista. En la UCR no son pocos los que desconfían de las verdaderas intenciones de quien fue en 2013 un aliado del ex gobernador Jorge Busti.

Frigerio siempre se llevó bien con los peronistas y siempre ha querido fortalecer la “pata peronista” de Cambiemos. Pero algunos temen para esta etapa un cambio de aliados en la provincia. El fantasma de un velado acuerdo Macri – Bordet no deja de sobrevolar la casa radical. Y tampoco la peronista.

Verticalismo

La rebelión radical, está claro, tiene sus límites. Si Bordet, con todo lo peronista que es, muchas veces se ve obligado a morderse la lengua, cuánto más un intendente de Cambiemos, que –igual o más que el Gobernador- necesita como el agua de un buen vínculo con la Nación, pero además es parte del mismo espacio político.

Los intendentes de Cambiemos son los principales aliados de Frigerio en la UCR. De los 29 jefes comunales de la coalición, 27 son radicales. Saben mejor que nadie lo que piensan las bases del partido que le aporta territorialidad a Cambiemos en Entre Ríos. Saben de las molestias por el modo en el que PRO (Frigerio) hace y deshace en una coalición que nunca quiso institucionalizar, lo que hubiera supuesto conformar una conducción compartida para la toma de decisiones.

¿Dónde se resuelve que a Bordet hay que tratarlo casi como a un aliado? ¿En qué ámbito se acuerda una vista a Concordia, una reunión con el intendente peronista Enrique Cresto de la que el radicalismo se desayuna por los medios? ¿En qué espacio se define que no es necesario avisar a los socios radicales de las visitas de funcionarios nacionales o ministros a distintos puntos del territorio?

Hábil, el intendente de Paraná, Sergio Varisco, supo hacer equilibrio en el congreso partidario cuando se disciplinó al desalentar la conformación de interbloques y, en el mismo movimiento, pidió que de una vez empiece a funcionar una mesa de conducción política de Cambiemos en la provincia.

Dicen que Frigerio, en la reunión que mantuvo el martes a la tardecita con los presidentes de los partidos de la coalición, tomó nota de esa carencia.









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