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Derechos Humanos

Una marcha que se pareció un poco a las de los 90

Otra vez fue mucha la gente que en Paraná, como hace un mes atrás, reclamó por la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Ecos de las marchas de Derechos Humanos que caracterizaron los 90. Lo que cambió.
Crédito Gustavo Roger Cabral
Luz Alcain
Por: Luz Alcain
@luzalcain

“Ahora, ahora / resulta indispensable / aparición con vida y castigo a los culpables”. El cántico, reeditado tantos años después por una gruesa columna de manifestantes, frente al edificio de Gendarmería, exhorta a las comparaciones y a revisar el contexto en que se sitúa, hoy, el reclamo por la desaparición forzada de Santiago Maldonado.

Pese a ser domingo, pese a que el tiempo diluye inexorablemente algunas consignas, fue una convocatoria importante la que sostuvo el reclamo por las calles céntricas de Paraná. Estuvo garantizada la presencia de gente, estuvo también asegurada la unidad y el respeto entre los distintos sectores que manifestaron y que lograron una síntesis en un documento único.

Volvieron a marchar los organismos de Derechos Humanos, las fuerzas de la izquierda en su amplia gama de expresiones, el peronismo en su versión kirchnerista, algunas organizaciones gremiales, el movimiento feminista, la gente de la cultura y la comunidad universitaria que engrosa las filas de cada encuentro convocado para exigir garantías a los Derechos Humanos.

Como antes

Los ecos de los noventa no tienen que ver sólo con el cántico que pide “aparición con vida y castigo a los culpables”. Como en los noventa, mientras duró la vigencia de las leyes de impunidad, se vuelve a exigir respeto a los Derechos Humanos ante el Estado que los violenta.

Otra vez, como en los 90, la llegada de una manifestación, en Buenos Aires, frente a los edificios públicos supuso encontrarse ante un vallado, o una puerta cerrada, cuando no una intervención represiva de las fuerzas de seguridad como el 1 de septiembre en Plaza de Mayo. O en Paraná, este domingo, con la convocatoria a agentes de seguridad de civil tal como se advirtió entre los manifestantes.

Otra vez, hubo un palco modesto, improvisado, montado en una esquina nueva para cierre de manifestaciones ya que, hasta ahora, Gendarmería no había concitado una marcha de repudio. Otra vez el movimiento de Derechos Humanos en sus distintas expresiones le reclama al Estado, responsabiliza al presidente, a un ministro, a sus fuerzas de seguridad.

Lo que cambió

Sin embargo, no es igual el contexto actual al de las manifestaciones en reclamo por Memoria, Verdad y Justicia que se repitieron sin pausa en los 90.

Entre medio pasaron las gestiones kirchneristas y una fortísima política desde el Estado en materia de Derechos Humanos que tuvo como contrapartida el intento de imponer la perspectiva oficial como única posible.

Entre 2003 y 2015, los organismos de Derechos Humanos que marcharon hasta un edificio del Estado tuvieron la puerta abierta y, más que eso, fueron parte de la definición de políticas públicas. Hubo derogación de las leyes de impunidad y los indultos, hubo juicios, hubo promoción de un debate sobre el pasado reciente de la Argentina y un aporte decisivo desde los medios de comunicación y desde las políticas educativas.

Así las cosas, con las diferencias a cuestas que trae el balance del período K, pasó un tiempo en la Argentina que ha dejado como saldo que la marcha de este domingo en Paraná no sea exactamente igual a la de los 90.

Hay una nueva generación de ciudadanos y una ampliación de los sectores que se sienten convocados a manifestarse ante la violación de los Derechos Humanos por parte del Estado.

Hay también la presencia de columnas identificadas con el peronismo que en los noventa, en plena década menemista y después, se reducía a la presencia de algunos dirigentes -muy pocos- dispersos bajo banderas ajenas.

Otra diferencia es la ausencia del radicalismo que en los noventa participaba en el reclamo por justicia por los delitos de lesa humanidad, desde el alfonsinismo y aun cargando la mochila de las leyes de obediencia debida y punto final.

Párrafo aparte, vale otra comparación: hay ahora una cuerda de tambores, que antes no había y que hoy está a disposición, siempre, ante cada acto de este tipo.

Rotundo cambio de época. Hoy, expulsados del Estado, los Derechos Humanos y sus banderas vuelven a su sitio natural, a reclamar ante un edificio público. Vuelve a pedirse a las autoridades por la aparición con vida de un ciudadano. En el medio hubo un paréntesis que dejó sus huellas bien marcadas, visibles a simple vista en una nueva marcha por Santiago Maldonado.

Banderas

En la manifestación, se hicieron notar las banderas de Hijos, La Solapa, Descamisados, La Cámpora, Resistiendo con Aguante, Partido Comunista, Comité por la Libertad de Milagro Sala, Barrios de Pie, Partido Comunista Revolucionario, Martín Fierro, Patria Grande, Luche y Vuelve, Movimiento Socialista de los Trabajadores, Indignados, Corriente Clasista y Combativa.

Entre los dirigentes presentes estaban la ex intendenta Blanca Osuna, el diputado nacional Juan Manuel Huss, el diputado provincial Pedro Báez, el integrante de la lista de Somos Entre Ríos, Emiliano Gómez Tutau, los candidatos del MST, Nadia Burgos y Luis Meiners; el dirigente del PCR-PTP, Carlos Retamoza.

Encabezaban la columna, llevando la bandera que pide por “la aparición con vida de Santiago Maldonado”, Isabel Basualdo (madre de Martín Basualdo, desaparecido en democracia en Entre Ríos); Luz Piérola (Afader), referentes de la agrupación de ex presos políticos, La Solapa; los dirigentes de Agmer, Manuel Gómez (comisión directiva central) y Claudio Puntel (Agmer Paraná); Burgos del MST, Daniela Vera, del PTP y candidata del Encuentro Social.

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