Un grupo de referentes barriales, con mayoría del Movimiento Evita, se dio cita a modo de plenario en Casa Encendida, una cooperativa cultural naciente que convoca a artistas que no suelen estar contemplados en la agenda estatal o en el circuito que el paranaense que consume cultura está habituado.
Ese lugar, casi en la esquina de San Juan y Andrés Pazos, congregó a militantes, emprendedores y lo que se conoce como trabajadores de la economía popular. La contracara a lo que se habla por estas horas: una “solución de mercado” que propone Luis Caputo para desarmar las Leliq.
Sin distinciones, cualquiera podía tomar el micrófono y hacer uso de la palabra. Así lo hicieron varios de los presentes. Jóvenes y no tanto.
Primó la bronca generalizada por lo ocurrido el domingo con el triunfo de Javier Milei, también la advertencia por los anuncios que estaban sucediendo en simultáneo, y las discriminatorias palabras de un asesor del presidente electo que dijo que le revolvía el estómago ver a dos hombres besándose.
En los discursos no faltaron las críticas al gobierno actual. Por el contrario. “La gente hace mucho tiempo que la está pasando muy mal. Muy mal es no tener para comer”, dijo una de las mujeres que tomó la palabra. Ese cuadro se puso de relieve en varias voces que se amplificaron por el micrófono.
Quien hizo la primera propuesta fue el referente del espacio, Emiliano Gómez Tutau. Se dirigió, básicamente, a quienes narraban con dolor cómo vecinos que son habitué de los merenderos festejaban el domingo el triunfo del neoliberalismo explícito. Llamó a “no enojarse con el vecino que votó a Milei” porque “realmente había una voluntad de cambio en el pueblo, en el territorio”. “No nos tenemos que enojar. Tenemos que entender que si hay algo que entró, fue la consigna de Milei, que teniendo siempre a los mismos no vamos a esperar resultados distintos. Esto nosotros lo venimos viendo hace un tiempo en el mano a mano. Ustedes lo vienen escuchando. Es momento de repensar”, les dijo a los que estaban allí cuando los sitios daban cuenta de la notable injerencia de ex funcionarios de Mauricio Macri en el gabinete libertario.
“No nos enojemos, no dejemos que nos invada el odio. Nos ha costado mucho construir comunidad y muchos de ustedes son compañeros que conducen pequeñas partes de esa comunidad, entonces tenemos que defender a nuestros dirigentes comunitarios, porque vienen a romper esto”, advirtió.
Hubo un breve repaso sobre el modelo económico: “El programa que se viene consiste en sacar la plata de la calle, le va a ir mal al quiosquero de la esquina, a la despensa. Somos nosotros, los sectores populares, los que consumimos y generamos demanda y producción. Ese vecino que el domingo festejó, quizás lo entienda después”.
No todo fueron pálidas. Se celebró el trabajo territorial y las caminatas durante la campaña electoral en Paraná. “Hemos contribuido para que Rosario Romero sea intendenta y nuestro compañero Emiliano concejal”, dijo una militante y retumbaron los aplausos.
Cooperativistas y cocineras que revuelven la olla para el del al lado hicieron autocrítica, reflexionaron y celebraron en una “mesa chica” que prometieron ampliar. Como aún no lo han hecho los que perdieron.
Fuente: Página Política