La familia Cresto está hoy en el centro de la escena política. Desde su cuna, Concordia, mueven el avispero de un peronismo desconcertado acostumbrado a otra conducción.
Juan Carlos Cresto no tiene cargo institucional en ninguna estructura de gobierno. Preside la Departamental del PJ y, desde esa plataforma, dispara. Ante de las PASO y en medio de una agenda tribunalicia con funcionarios y ex funcionarios peronistas convocados por fiscales, el ex intendente advirtió sobre una persecución judicial. Un relato que debía escucharse de un kirchnerista.
Tras los resultados de las PASO, no dudó en alzar su voz en favor de incorporar a Jorge Barreto en la Lista 2 y cuestionar a Gustavo Bordet como mandamás del peronismo entrerriano. El diputado nacional aguarda un dictamen de la Junta Electoral. A la posición de Cresto padre se sumó Augusto Alasino. Insólito, la defensa de la representación kirchnerista en Somos Entre Ríos quedó a manos de lo más tradicional y añejo del partido del General en esta comarca.
Las posiciones duras del soldado malo las minimiza el soldado bueno. Enrique Tomás le pidió públicamente a su padre que “no siembre discordia”. En el ejército de los Cresto hay de todo.
Hace dos semanas, el Intendente y presidente del PJ concordiense se comieron un asado en la casa de Alejandro Bahler. El diputado del Frente Renovador tiene el megáfono abierto permanentemente si de petardear a Sergio Urribarri y Jorge Busti se trata. En el peronismo todos reciben de un lado y del otro, menos Enrique Cresto que, si vuelve a perder en la ciudad, no podrá meter la excusa de que trabajó para las 10 listas.
Mayda Cresto es candidata en segundo término. La presidenta del Instituto Becario está más preocupada por la maratón que organiza su organismo que por octubre. Lo bien que hace. Dirá que trabajen los funcionarios que no lo hicieron en agosto y que el Gobernador encomió a ponerse las botas, sino quedarán afuera del bordetismo.
Como si fuera poco, se inauguró en Concordia una sede de Unidad Ciudadana con la imagen de Cristina Fernández de Kirchner en el frente. Esa iniciativa se la endilgan a Marcelo Cresto, quien pretende quedarse con la K no en el peronismo, sino en la familia.
