Lucio Guberman es licenciado en Ciencia Política de la UNR y master en Investigación Social de la UBA. De activa participación en campañas no solo en su provincia, Santa Fe, el consultor político ha trabajado para candidatos de todas las fuerzas políticas. Lo hizo para Jorge Obeid, Omar Perotti en 2010 antes de su primer intento por ser el candidato a gobernador, Agustín Rossi y Diego Giuliano. Su última clienta fue la radical Carolina Losada, de Juntos por el Cambio, que se impuso el año pasado en la vecina provincia. Ha trabajado y trabaja hace años en Entre Ríos, donde también es docente en la UNER.

El socio de la consultora Eco Go, cuya directora ejecutiva es Marina Dal Poggetto, acaba de publicar un libro: Flor de Posicionamiento: popularidad y jugadas políticas en campañas electorales, donde expone una metodología de trabajo que sistematizó a lo largo de su carrera como consultor político.

En una charla con Página Política sobre la actualidad política y el comienzo de un escenario preelectoral, el especialista dejó algunos elementos para empezar a leer el devenir hacia las elecciones de 2023.

-¿Cómo ves el escenario nacional desde la óptica electoral?

-El escenario nacional es de incertidumbre, pero con algunos elementos que empiezan a despejarse. Por ejemplo el oficialismo tiene la certeza que no hay espacio para alguna fractura. Esto se vio en el acto de Cristina donde aparece una narrativa dirigida a golpear a la oposición: por lo que hicieron, por lo que dejaron, la deuda que condicionó cualquier despegue. Ya no hay críticas notorias hacia adentro. El oficialismo busca la unidad del FDT y desde el gobierno es más manejable. El kirchnerismo recostado en provincia de Buenos Aires y los gobernadores todos apoyando el plan de Massa. En la oposición empiezan a verse los problemas de la interna a cielo abierto y no hubo una buena capitalización de la victoria electoral del año pasado, que fue contundente. A partir de allí se agudizaron los enfrentamientos entre halcones y palomas que aturden al electorado en lugar de ofrecerle una alternativa. De todas maneras hoy Juntos por el Cambio está arriba según todas las encuestas. Habrá que ver qué sucede con el efecto Milei que le recorta “por derecha” a Juntos.

-Bueno, esa era la pregunta siguiente. ¿El crecimiento de Milei se sostiene hasta el final o el sistema, digamos el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, tienen los fierros para desinflarlo?

-Lo que ocurre con Milei es interesante, porque además de aparecer como novedad hace mella en el electorado de Juntos. Milei golpea en el sector de Macri y Bullrich y empuja a toda la coalición hacia un extremo, esto hace que Juntos empiece a perder el centro o, peor,  que se lo regale al oficialismo. ¿Cuál es la diferencia entre Massa y Larreta? Son los referentes del centro, pero además hay un elemento a tener en cuenta y que es que no estamos ante ese escenario en que la oposición definitivamente se uniría ante un kirchnerismo que va por todo, como ocurrió en 2013. La gente ya no visualiza en la figura de la ex presidenta un peligro que vaya por todo, al contrario, la ve debilitada. Esto dificulta una unidad a ciegas del electorado en una única propuesta de la oposición. De todas maneras el devenir del gobierno y la situación económica es fundamental: si la “táctica Massa” de reservas en el Banco Central y plata en los bolsillos se logra durante los meses preelectorales, el oficialismo se torna competitivo.

-¿Un desdoblamiento en Entre Ríos impacta en la percepción del elector respecto al cuadro de situación general?

-El gobierno nacional hoy está peor en las encuestas que el peronismo de varias provincias. Cuando la preocupación es de carácter económico no es muy verosímil desconectar vía un desdoblamiento la percepción de lo nacional y lo provincial, sobre todo cuando el gobernador no tiene reelección como ocurre en las tres provincias de la Región Centro. El plan de Massa claramente fue pensado en un primer paso para estabilizar la economía y después darle aire a la gente con plata en el bolsillo. Massa, a diferencia de Larreta por citar un competidor, lo que puede garantizar es además de muy buenas ganancias para los empresarios, como las vienen obteniendo, es un piso de gobernabilidad que es lo que garantiza el peronismo. En las provincias, por caso en Entre Ríos, el único que puede imprimir algún tema de agenda por fuera de ese cuadro es el Gobernador.

-¿Qué capacidad tiene Bordet de interferir en una agenda?

-El Gobernador y los intendentes que tienen buena imagen pueden instalar una agenda o, añadir, a los temas que ya están. Pero siempre va a estar por debajo del escenario nacional, por eso la apuesta peronista es a que el gobierno logre moderar la inflación, dar oxígeno a los sectores más retrasados respecto de la inflación, especialmente los trabajadores del sector informal. En ese plano es que se define si las elecciones se hacen adelantadas en las provincias o se pegan con las nacionales.

-¿Los medios de comunicación aparecen como la plataforma, ya casi única, en la que se discute la política?

-Una vez lo dijo (Julio) Blank (fallecido editor de Política en Clarín): “hicimos periodismo de guerra”. Se refería a una guerra contra el kirchnerismo. Los medios, lo que el oficialismo llama la corpo, no deja de ser una burbuja que se retroalimenta e impacta en esos círculos con hechos de coyuntura. Recuerdo que el año pasado discutí con un candidato que quería hacer hincapié en la vacunación, el vacunatorio VIP y la supuesta demora de vacunas por cuestiones ideológicas como no comprarle a Pfizer. Se veía que el Gobierno estaba vacunando y que la gente expresaba otro ánimo cuando salía de vacunarse, me parecía que el tema vacuna, como tema de campaña, era favorable al Gobierno aún a pesar del vacunatorio VIP.

 

(Fotos: Alan Monzón /Rosario3)

Fuente: Página Política