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El camino de la cooperativa

El titular del Inaes vino a Paraná en un plan político y de gestión. Dejó definiciones para un sector económico y político. Coordenadas para una alternativa de organización productiva y social.

Esta semana estuvo en Entre Ríos Alexandre Roig, un francés que llegó a la Argentina para estudiar el fenómeno piquetero en los días finales del siglo pasado y en plena crisis, está al frente del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes).

En el plano de la política se sumó al Movimiento Evita y, a partir de esa plataforma, comenzó a inmiscuirse en la temática que hoy promueve. De frondoso recorrido académico como sociólogo, con doctorados y maestrías, fue decano y co- director del Centro de Estudios Sociales de la Economía de la Universidad de San Martín.

Tras el fallecimiento de Mario Cafiero, el primer titular del organismo con un perfil más político que técnico, asumió Roig. Su visita, de gestión y política, también sirvió para poner oficialmente en funciones a Emiliano Gómez Tutau en la delegación entrerriana.

En una charla con Página Política, el funcionario nacional desplegó en tono didáctico el proyecto de gestión que está en marcha desde el organismo que conduce.

“Nuestro objetivo es pasar de la política social, a la laboral y productiva”, es la primera consigna que deja Roig cuando se le pregunta por los objetivos del organismo que tiene un presupuesto anual de 3 mil millones de pesos y está en carpeta una línea de crédito por 80 mil millones. En su visita, que contó con un encuentro con el gobernador Gustavo Bordet,  destinó 20 millones de pesos a la textil Del Centro; y 7 millones al Frigorífico LTA, ambos emprendimientos de Paraná.

El Inaes viene a ser la herramienta por la cual se organiza el cooperativismo para la “producción popular”, define el titular del Inaes mientras repasa las ya conocidas asociaciones como la Sociedad Anónima.

“La cooperativa no es sólo la manera más adaptada, sino la más deseada. Es la que organiza el colectivo y la subjetividad del laburante que está afuera del proceso productivo. Ese colectivo cooperativista empuja y permite abrir la cabeza y revalorizar actividades que el proceso económico no visualiza, pero la sociedad sí”, dice y pone como ejemplo el trabajo del cuidado, la producción local y las transformaciones socio urbanas.

Los cambios de paradigmas Roig los entiende como un proceso de correlación de fuerzas. Se le pregunta por la actividad agropecuaria.

“Hay una idea de reemplazar un camino por el otro que no es el conveniente, sino que hay que dar cuenta que hay otros caminos que pueden ser transitados. Es heterogénea la cosa, no se trata de reemplazar una homogeneidad por otra. En principio porque no dan las relaciones de fuerza para sustituir la producción masiva por la agroecológica. Se trata de reconocer primero que hay otras formas, en este caso más sanas, de producir y potenciarlas”, responde.

Y agrega: “La transformación social se da en un marco de relaciones de fuerzas concretas, no de deseos. Queremos más producción agroecológica, bueno, pongamos la fuerza ahí para disputar. En la Argentina hay espacio suficiente para que coexistan ambos. Desde ese punto de coexistencia hay que empezar a discutir las proporciones y empezar a empujar las fronteras. Ese es el camino ante la ansiedad sustitutiva. La historia no es sustitutiva, sino un proceso de desplazamientos organizados en torno a las relaciones de fuerza”.

Hace dos semanas hubo un hecho en que los medios más grandes de Capital Federal debieron por lo menos registrar en fotografía, por la cantidad espacio público que ocupó. Se dio en llamar “pescadazo”. Centenares de pescadores artesanales vendieron 12 toneladas a un valor de 100 pesos el kilo. Cuadras y cuadras se poblaron de consumidores. Las crónicas en medios alternativos, por caso la revista Crisis, dejaron al descubierto la trama de intermediadora que hace que un producto se venda al público entre seis y siete veces más caro que lo que recibe el productor.

Roig dice que “se trata de organizar un circuito propio que coexistan con los actuales”. A renglón seguido se explaya y pone dos ejemplos: “Lo que se crea son proveedurías mutuales, que existen en todo el país. Hay dos ejemplos muy concretos: uno en Bahía Blanca, que tiene más de 130 supers con precios más baratos que los del mercado con una distribución dominante en la sur de la provincia de Buenos Aires. El otro caso es en Rosario, donde el Sindicato de Empleados de Comercio creo un sistema similar con precios que están un 20 por ciento por debajo del mercado de los alimentos. Es un mecanismo de gestión para ofrecer productos cooperativos, regionales y locales que, a la vez, deja que el dinero circule en la zona y no, como las grandes cadenas, que ingresa la plata al circuito financiero”.

Cuestiona a Mauricio Macri, gobierno al que le endilga haberse dedicado a “destruir el tejido social y productivo para ir a un régimen de acumulación financiera. No estamos hablando de una consecuencia, sino de una dedicación. Fue un proyecto, concreto. Lo hicieron”, asegura y utiliza esa definición para advertir: “Frente a eso no tenemos que mentirnos. No habrá una reconstrucción rápida”.

 

Rebrote económico  

Los números de reactivación económica empiezan a aparecer en los papers de los especialistas y en el optimismo oficialista. La obra pública y la industria empiezan a mostrar el crecimiento alentador. ¿Por qué no llega a los de abajo?, se le pregunta.

“Esa reactivación muy heterogénea que aparece en la obra pública y sectores industriales que se ve en el consumo energético que volvió a ubicarse en el lugar de la prepandemia es positiva y optimista. Es la imagen de la máquina que empieza a funcionar, pero no creo en el derrame a secas, sino en un derrame inducido, que es el que hay que provocar al corto plazo con los actores del tejido, que son los trabajadores y productores. A ese sector le falta la herramienta jurídica y por eso pensamos que la matrícula sea parte de un derecho productivo (cooperativismo) como proceso para formalizar a los trabajadores de la economía popular que hoy muchos están en el Renatep (Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular), pero hay otros tantos que están trabajando de manera cooperativa de facto y no tienen los papeles”, explica.

Para Roig es fundamental “el crédito productivo, como una nueva institucionalidad en el plano de un nuevo sistema financiero”. Y traza el problema: “El crédito bancario hoy es de un 80 por ciento personal y para consumo. Ahí tenemos un problema estructural. No hay crédito productivo. Por eso lo primero que hay que organizar es los saberes productivos a nivel nacional, por ahí se empieza a trabajar de abajo hacia arriba y de la periferia hacia el centro. Barrio por barrio, provincia por provincia”.

-¿Por qué ha costado tanto promulgar una nueva ley de entidades financieras y cambiar la que está desde la dictadura neoliberal?

-Nosotros estamos acostumbrados a pensar el desempleo, porque venimos de ahí y en la Argentina fue una política voluntaria para debilitar las relaciones de fuerza y establecer la flexibilización laboral con mano de obra barata, es decir el ejército de reserva. Con los productores ocurrió algo similar, para debilitarlos se les sacó el crédito. El desempleo es al mundo del trabajo lo que el crédito productivo al mundo de la producción. A eso se llegó porque los productores tampoco están organizados, si lo estarían, la correlación de fuerzas para sacar una ley de estas características sería otro marco.

Roig se reunió con desarrolladores de la cooperativa Vicoer en el marco de una capacitación y luego viajó a Gualeguaychú donde se reunió con el intendente Martín Piaggio. Un tramo intenso de la visita fue a 30 kilómetros de Maciá, departamento Tala, donde se está gestando una colonia productiva con gente del lugar en una porción de tierra otorgada por el Estado. Funcionarios nacionales y provinciales se hicieron presentes para observar, de primera mano, lo que puede llegar a ser un modelo alternativo político, social y cultural. Pero eso merece otra crónica.

Fuente: Página Política
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