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El gesto de Romero y la interna 

La disputa por la Municipalidad de Paraná requiere ser observada para puntear los errores en los que parece haber evitado subsanar el peronismo. 

Fernando Quinodoz era el primer concejal de la lista de Gustavo Guzmán en la interna del oficialismo en Paraná. 

El hombre venía de participar de los encuentros cuyo principal orador era Sergio Urribarri, hasta que el ex gobernador decidió desaparecer del mapa hasta que pasen las elecciones. Entendió, aparentemente, que lo mejor que le puede suceder es que el peronismo mantenga el gobierno. El último fallo judicial en el que la Cámara de Casación rechazó la impugnación extraordinaria por la pena de 8 años que le pesa lo debe haber asustado. Si no fuese un ex  mandatario se le podría haber pedido la detención. Ese temor se escuchó de boca de unos de los abogados que siguen sus causas . 

Volvamos a Quinodoz, que por estas horas se siente ofendido porque no ha tenido un “gesto” por parte de Rosario Romero, que se impuso en la interna. El abogado fue integrado en la lista de concejales en el lugar 9°, uno después de los entrables, siempre que el peronismo gane la elección. No está escrito, pero en caso que así suceda, Luisina Minni y Enrique Ríos asumirían cargos en el Ejecutivo, por lo que se produciría un corrimiento que consagraría en concejales a Quinodoz y Florencia Busti. Es decir a un urribarrista y al Frente Entrerriano Federal (FEF). 

Los pedidos de “gestos” intentan en realidad tapar la negativa a una foto de unidad. La Ley Castrillón sigue vigente y la carta orgánica no se tocó, pero tampoco se pidió, masivamente, que haya cambios en el orden normativo electoral. Hubo airados reclamos por parte del Movimiento Evita, el PJ de Gualeguaychú y un sector del peronismo de Victoria. Punto. 

Romero intentó, en un principio, una lista de unidad que contenga a todos. Como lo pidió Adán Bahl y la tuvo. Pero fue el propio Gustavo Bordet quien decidió que el solanismo juegue para ver qué tiene. Guzmán venía de tratar de pusilánime al Gobernador. Al proyecto de Guzmán, es decir el de Julio Solanas, se sumó Blanca Osuna. 

Osuna estuvo en la Unión Árabe la semana pasada, una tribuna a la que le quiso poner un aire de “unidad”, pero sin suerte. De esa unidad depende, quizás, su futuro laboral.   

El peronismo de Paraná está ante un escenario interesante. Después de 20 años, el candidato a gobernador es de la capital provincial, pero la plataforma en la que se paró para convencer a toda la provincia, la gestión, se puede llegar a quedar sin continuidad. Emanuel Gainza tiene posibilidades de ganar la elección. De hecho, hoy, la está ganando según los números a los que accedió Página Política. Una foto de la historia: Jorge Busti gobernador sin reelección, con un intendente de Paraná de la oposición. 

Bahl se reunió con Osuna, Solanas y Guzmán luego de las PASO, pero no los pudo llevar al Club Paraná para el acto en el que se mostró con Romero. 

El candidato a gobernador tiene gestos con Lucia Varisco, que puede convertirse en verdugo de Gainza, pero también de Rogelio Frigerio a quien no goleó el 13 de agosto en su comarca, Paraná. Le quiere poner a un tramo de la Circunvalación el nombre de su padre, Sergio Fausto. 

La interna peronista de Paraná tiene historias recientes de haber impedido continuidades. Ocurrió en 2015, sin ir más lejos. Luego de la crisis de 2001, cuando comenzó a refundarse un nuevo proceso político, el radicalismo experimentó ese internismo a ultranza en el que prevalecía un interés sectorial por sobre el proyecto de ser gobierno. 

 

Fuente: Página Política
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