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El kirchnerismo sigue buscando la unidad con Bordet

En un marco de profundo hermetismo, no asoma la interna como alternativa. La continuidad de Urribarri al frente de Diputados como condición de base. Las cartas del mundo K en la negociación.
Luz Alcain
Por: Luz Alcain
@luzalcain

Julio Solanas encabezó un acto el sábado y volvió a hablar de “unidad”. Unidad, con todos los condimentos que requiere un discurso kirchnerista que se precie de tal: “unidad con contenido” y con miras a fortalecer “el proyecto nacional”.

Era ya de noche. El palco se montó en Blas Parera, a metros de Churruarín. Solanas habló de unidad, de recuperar para el peronismo la ciudad de Paraná, sin alusiones a la gestión de Gustavo Bordet. Es en los hechos quien hace las veces de candidato a gobernador del espacio, pero no está formalmente lanzado ni habla como tal.

El kirchnerismo, reunido en Unidad Ciudadana, sigue buscando la unidad. No la interna en el PJ. La unidad en un acuerdo que contemple listas comunes en todo el territorio provincial. Otro plan, el Plan B, no es otro que ir por fuera.

Además de no confiar en las reglas de juego partidarias, se estima que una interna no daría tiempo de recomponer al peronismo para la general. Por los términos durísimos que atravesarían el discurso de campaña de los sectores en pugna: los posicionamientos distintos ante el gobierno de Macri, las lecturas diferentes ante la década kirchnerista, las votaciones divididas siempre ante cada presupuesto nacional, ante la reforma previsional, el pacto fiscal, el acuerdo con los fondos buitre.

A nivel provincial, para el oficialismo, el eje vertebrador de un discurso para la interna sería la diferenciación de los gobiernos anteriores de Sergio Urribarri, machacar con las causas por corrupción que tramitan en su contra y, por si faltaba algo, compartiendo palco con Jorge Busti

“Desconfianza”

Pero las negociaciones están empantanadas. Se asume desde el kirchnerismo una “profunda desconfianza” ante propuestas que “más que permitir un acuerdo pretenden ser una anulación de nuestra fuerza”, se quejó un dirigente que se niega a dar detalles pero ocupa lugar importante en la cocina.

“Pareciera que la única política planteada es la de ‘dormir el nene”, agregó en su crítica a la postura de la Casa Gris.

Mientras, llega un día decisivo. Y el peronismo está en stand by a la espera de ver cómo termina el conteo de porotos para la sesión preparatoria del jueves que decidirá si Sergio Urribarri continúa o no al frente de la Cámara de Diputados. Por cuestiones políticas y de financiamiento, la cuestión es decisiva.

En rigor, el asunto deberá resolverse antes, el miércoles, cuando vence el plazo para inscribir las alianzas. Allí, el kirchnerismo tendrá que inscribir la suya si finalmente la unidad se frustra y va por afuera del PJ.

“Se busca la unidad. Pero no se parece a la unidad que Urribarri no siga en la Presidencia de la Cámara”, advirtió otro dirigente que transmite lo que “se discute en una mesa muy chiquita” de la que aclara que no forma parte.

Las cartas en la partida

Contrarreloj, el kirchnerismo pone a jugar sus cartas en la negociación con la Casa Gris.

Mostró el viernes una foto. La de Julio Solanas con Cristina Fernández de Kirchner. Y un video, un saludo a la militancia de Gualeguay que abrió la sede de Unidad Ciudadana en la ciudad. “Seguramente nos vamos a ver muy pronto”, cerró su video la referente opositora más importante.

Nada trascendió del encuentro. Sólo lo que venía bien al kirchnerismo divulgar: que Cristina afirma como certeza que la división del peronismo es alentada por el gobierno de Mauricio Macri de diversas formas y en cada distrito del país.

Cierto es que de modo creciente ha circulado la versión de acuerdos de Cristina con los gobernadores del PJ. Al respecto, el consultado por Página Política replica: “Podrá ser cierto pero la foto de Cristina la tiene Julio. Y si Cristina viene a hacer campaña, nosotros subimos cinco o seis puntos de un día para el otro”, advierte sobre los riesgos de la fractura.

Fundamenta la necesidad de acuerdos también en los municipios. Y marca la presencia del kirchnerismo “por afuera” como un riesgo para algunas intendencias gobernadas por el peronismo o en localidades con expectativas de triunfo como Paraná.

“El kirchnerismo ha crecido mucho en los últimos tiempos. Está organizado”, señala el consultado y propone pensar los resultados de un peronismo dividido en Gualeguaychú, Concordia, Concepción del Uruguay. “Martín Piaggio (intendente de Gualeguaychú) tiene que ir en la boleta de Bordet, si. Pero todos sus funcionarios y su militancia es kirchnerista”, pone como ejemplo.

Por estas horas, casi todos los movimientos del peronismo se concentran en la Cámara de Diputados. Se juega allí la suerte de Urribarri pero también los caminos que tomará el mundo K. En 48 horas, 72 horas a más tardar, el asunto estará resuelto.

Mientras las horas pasan, en la Casa Gris hay quienes confían en que salga cara o ceca, no habría riesgos para el PJ y para la reelección de Bordet en la elección desdoblada. Y esta confianza impone los términos de una negociación empantanada.

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