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El peronismo lo volvió a hacer

Una vez más, un peronista que es electo como opositor se suma al oficialismo. Una historia repetida en Entre Ríos, que permite conformar mayorías ajenas a la representación popular.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

No es la primera vez que pasa en Entre Ríos. El peronismo va dividido a las elecciones y luego se reunifica, obteniendo en el poder una mayoría legislativa que no expresa la voluntad popular.

En el período anterior el movimiento fue brutal: los diputados que habían sido electos en las listas del peronismo opositor (no kirchnerista) que propuso al electorado el ex gobernador Jorge Busti, terminaron sumándose sin más a las filas del entonces gobernador Sergio Urribarri, otorgándole una aplastante mayoría en la Cámara de Diputados que no reflejaba lo que se había votado en las elecciones de 2011. De ese modo, en 2012 los diputados Diego Lara, Rosario Romero, Hugo Vásquez, Rubén Almará, Carlos Almada y Fabián Flores pasaron a votar junto al oficialismo, cuando habían sido electos para desempeñar un rol de oposición en la Legislatura.

En este período ha ocurrido algo similar, aunque a menor escala. Las elecciones de 2015 le dieron al gobierno de Gustavo Bordet una representación de ocho bancas en la Cámara de Senadores. Resultó empatado en igual número con los senadores de Cambiemos. La banca restante fue para el Frente Renovador, alineado nacionalmente con Sergio Massa.

Pero esa no es la actual relación de fuerzas en la Cámara Alta.

Todos unidos

Hace un año, al mismo momento de asumir el nuevo gobierno en la provincia, otra vez una facción del peronismo que se había ofrecido al electorado como opositor acudió presuroso en auxilio del vencedor.

El senador por Villaguay, Mario Torres, que había sido electo por las listas del massismo, se sumó al bloque del Frente para la Victoria. Fue la consecuencia del movimiento que dio su jefe político, Adrián Fuertes, que de postularse como candidato a gobernador por el Frente Renovador (con Busti como compañero de fórmula) pasó a integrar el gabinete de Bordet como ministro de Turismo.

El cambio de opinión de Fuertes le dio a Bordet la tranquilidad de contar con mayoría -aunque ajustada- en el Senado, la cámara de la Legislatura provincial que se compone por la suma de resultados de elecciones departamentales, a diferencia de Diputados, donde la Constitución garantiza al gobernador que gana las elecciones la mitad más uno de las bancas.

Ahora, el alineamiento con el oficialismo de Héctor Blanco, el senador de Cambiemos que en noviembre se había separado de su bloque, le otorga al Gobierno una mayoría más desahogada.

El Frente para la Victoria ganó las elecciones en ocho de los 17 departamentos de la provincia. La vuelta del Fuertes al PJ le sumó un voto. Y la defección de Blanco le agregó otro.

En definitiva, del empate en ocho votos entre el FpV y Cambiemos que arrojó la voluntad popular del conjunto de los entrerrianos, el Senado pasó a ser controlado por el oficialismo en una proporción de 10 votos a siete.

Torres y Blanco, los dos senadores que fueron votados por un electorado opositor pero resolvieron volverse oficialistas tienen algo en común: son peronistas que alguna vez estuvieron con Massa. En el caso de Blanco, terminó encontrando en Cambiemos el camino para acceder al Senado.

Partidos

En medio de planteos de juicios políticos a miembros del Superior Tribunal de Justicia, denuncias de “entrega” de la tarjeta Sidecreer, o debates por quién paga las modificaciones al impuesto a las Ganancias, el pase de un senador opositor al oficialismo puede sonar a tema menor.

Sin embargo, implica una abierta violación a la voluntad popular, con toda la gravedad que eso supone para el sistema democrático; aunque de Eduardo Lorenzo Borocotó a esta parte haya quedado claro que el transfugismo paga cada vez menos costo político.

Todo el repudio social al acto de cambiar de caballo a mitad del río parece haber recaído sobre aquel mediático médico infantil que en 2005, tras ser electo diputado nacional por el macrismo, se pasó al kirchnerismo.

En cualquier caso, los borocotazos de Torres y Blanco y, antes, los de distinguidos legisladores como Romero o Lara, son una muestra de las dificultades que presenta la construcción de una fuerza política nueva y de la necesidad de contar con partidos políticos consolidados ideológica y orgánicamente, capaces de ofrecer al electorado una propuesta clara de gobierno y de controlar el respeto a ese programa luego de las elecciones.

La brevedad del comunicado con el que el bloque de Cambiemos expresó su repudio a Blanco parece dar cuenta de esta batalla perdida: “La desvinculación del senador Héctor Blanco (dpto. Tala) del bloque de senadores de Cambiemos se debió a una decisión personal y a su falta de compromiso con el cargo para el cual fue elegido y su manifiesta deslealtad con el frente Cambiemos, y la traición a la voluntad del pueblo talense que lo acompaño con su voto. Por la presente, damos por cerrado cualquier tipo de controversia sobre el particular”, escribió el senador Raymundo Kisser, presidente del bloque, ahora de siete miembros.

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