Cristina Kirchner, en los festejos por su arrasador triunfo en las primarias de agosto. Foto: Archivo «Es como si estuvieses perdiendo 6 a 0 en un partido de fútbol. No te vas de la cancha por eso». «Imaginate que es la última fecha del torneo y el primer equipo tiene 60 puntos y los tres siguientes, diez: lo mismo pasa en estas elecciones».

Especialistas en comunicación política apelan a situaciones ajenas a las urnas para explicar el «atípico» escenario que dejaron las elecciones primarias , con una brecha de casi cuarenta puntos de distancia entre el primer candidato presidencial y el segundo. Casi desconcertados, un tanto aburridos y hasta con cierto humor asumen que la campaña de cara al 23 de octubre deja poco margen a la estrategia en la lucha por llegar al sillón de Rivadavia.

Lo que queda, para la oposición, será la pelea por el segundo lugar y la búsqueda del voto legislativo, mientras que a la Presidenta y candidata por la reelección, Cristina Kirchner, le bastará con mirar la lucha desde el costado de la arena.

«La estrategia de los opositores es sacarle los votos a los otros opositores. Ya ninguno apunta al segmento que votó a Cristina. Lo que buscan es quedar lo menos mal posible y que ésta no sea su última elección», resumió la directora de Management & Fit, Mariel Fornoni.

A 32 días de las elecciones generales, los especialistas consultados coincidieron en que las nuevas campañas deben demostrar que los candidatos aprendieron una lección de los desalentadores resultados de agosto. «Es fundamental ver qué mensaje está faltando, de lo contrario, no se explica por qué ninguno pudo captar más que una pequeña porción. Tienen que saber qué perfil de votantes quieren y pueden captar», expresó el sociólogo y analista Manuel Mora y Araujo. En ese sentido, ejemplificó el caso de los candidatos Eduardo Duhalde (Unión Federal), Alberto Rodriguez Saá (Compromiso Federal) y Elisa Carrió (Coalición Cívica): «Están en una situación un poco rara, porque aparecieron como candidatos para la clase media alta, que no es su base electoral natural.»

Por su parte, el director del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano, Orlando D'Adamo, fue tajante respecto de las definiciones que marcarán los comicios generales. «Duhalde, [el candidato de la Unión para el Desarrollo Social, Ricardo] Alfonsín y Rodríguez Saá a lo máximo que pueden apuntar son objetivos de supervivencia», sentenció, y contrapuso: «En el caso de [el candidato del Frente Amplio Progresista, Hermes] Binner se juega la posibilidad de construir una opción con un perfil más nacional con vistas a las elecciones intermedias de 2013».

Una estrategia clara

El mensaje más claro, concordaron los analistas, es el de Hermes Binner, que sigue escalando posiciones en las encuestas, y pretende llegar al segundo lugar , a pesar de haber quedado cuarto en las primarias. La estrategia comunicacional previa a esa instancia y los resultados obtenidos le permitieron al gobernador santafecino superar el umbral del posicionamiento local y ahora tiene en la mira el mote del referente de la oposición.

«Binner está mostrando que su espacio es el único que puede captar el voto progresista, en un espacio coherente, que tiene multiplicidad de personalidades en las cuales confluyen distintas cosas», sostuvo Fornoni. En este sentido, aventuró que a pesar de tener «un nivel de desconocimiento muy alto, le va a sacar votos a Alfonsín y los que quedaron de Pino Solanas, cuyo espacio no podrá competir en octubre». En tanto, D'Adamo opinó que también puede conseguir votos que fueron a Duhalde si «trata de cosechar el desaliento de los votantes» de los dos candidatos que disputaron el segundo lugar en agosto.

Si algo distinguió al candidato socialista fue su pedido público de un encuentro con la Presidenta. «Binner está planteándose corregir las cosas que el Gobierno ha hecho mal y aceptando las cosas que ha hecho bien, se quiere mostrar dialoguista sobre los problemas del país», destacó el consultor Hugo Haime. En tanto, Fornoni expresó que esta actitud «genera dudas» respecto del futuro comportamiento de su bloque en el Congreso.

El radicalismo y peronismo disidente: a todo o nada

El candidato de Udeso también aprovechó las primarias para extender su imagen a nivel nacional, más allá de la asociación con su padre, el ex presidente Raúl Alfonsín. «Ahora Alfonsín ha tomado la política de empezar a hablar propuestas «, remarcó Haime, pero reparó: «Lo que tiene es un problema de construcción de liderazgo político: desde el punto de visto técnico, la campaña de Alfonsín parece adecuada, pero pareciera que no puede consolidar su propia fuerza».

En ese sentido, cuestionó la alianza con Francisco de Narváez , que hizo tambalear incluso la base electoral del radicalismo. «Después de 2009, pensaron que la solución era juntar a los opositores, pero eso pasa en tanto tengan ideas similares, que no es el caso», indicó.

Por su parte, D'Adamo pronosticó un profundo cambio en la Unión Cívica Radical después de octubre.

La misma suerte le auguran al Peronismo Federal, que se quebró antes de llegar a las primarias, con el fracaso de las internas partidarias y posterior bifurcación ente las candidaturas de Rodríguez Saá y Duhalde, ahora enfrentados . «Si la oposición quiere seducir al electorado, tiene que haber un recambio de figuras importante; no puede repetir perdedores», insistió el especialista de la UB.

Respecto de los dirigentes del peronismo disidente, Haime diferenció: «Rodriguez Saá está en una discusión sobre el liderazgo en el peronismo, desafiando quién puede juntar más peronismo opositor, pero reconociendo que el Gobierno es justicialista. Duhalde, en cambio, dice que lo que hace el oficialismo está todo mal».

Carrió y Altamira apuestan al Congreso

En los últimos lugares del escrutinio quedaron dos datos interesantes. En primer lugar, los resultados de Carrió, sustancialmente más bajos que en las últimas elecciones presidenciales: en 2007 obtuvo el 23% de los votos y en las primarias, 3,22%. Quizás anticipándose a esta situación, la CC fue la fuerza que más claro apostó a sus legisladores, y continúa con esta estrategia. «Los legisladores de la oposición en Capital tienen mucha más chance que en los otros distritos, porque hay un 30 por ciento de votos contra el Gobierno», señaló D'Adamo, mientras que todos los analistas aseguraron que es «recomendable» apuntar la campaña hacia las elecciones legislativas.

El mismo objetivo perseguirá la campaña del Frente de Izquierda, encabezado por Jorge Altamira, quien basó su campaña previa a las primarias a conseguir los votos necesarios para superar el piso de 1,5% de los votos y ahora busca tener un bloque propio en el Congreso. Con 2,46% en el escrutinio final, D'Adamo resaltó: «Creo que la campaña estuvo muy bien pensada porque tuvo solidaridad de gente que no coincide con él al cien por cien pero quería darle el derecho a competir. Pero una cosa es votar a Altamira cuando sabés que no va a acceder a una instancia de poder y otra cuando podés instalarlo en algún lugar».

Cristina, con perfil bajo

«Es una situación ideal», coinciden los especialistas. La mitad de los votos de las elecciones primarias dejaron a la Presidenta en un camino llano en el que debe andar con perfil bajo. «Cristina tiene que seguir haciendo lo que está haciendo: mostrar gestión y no entrar en discusión. Además, ¿para qué confrontar con alguien que va 40 puntos por debajo de vos?», señaló D'Adamo.

El enfrentamiento que el ministro del Interior mantuvo con los medios el día que anunció los resultados definitivos de las primarias pareciera ir en contra de esa estrategia. Sin embargo, Mora y Araujo indicó: «A la Presidenta le resulta funcional que algunos colaboradores sean muy duros, así ella capitaliza por contraste sus diferencias».