«Todo puede ser modificado. Algunas autorizaciones pueden llegar a retrotraerse», adelantó el intendente de Chajarí, Pedro Galimberti tras confirmarse el primer caso de coronavirus en esa ciudad. «Si por los vínculos estrechos, en algunos días tenemos varios casos, esto nos obligará a retroceder. Hay que ir monitoreándolo día a día. Si la situación se complica nos obligará a rever las habilitaciones que se fueron consiguiendo», advirtió.
La noticia tiene relevancia política porque Galimberti ha sido uno de los intendentes de Cambiemos con mayor perfil político que más ha venido reclamando la apertura de la cuarentena en su ciudad. La aparición de un caso en Chajarí ocurre, además, al cabo de una semana en la que fue noticia la decisión de otro intendente importante de Cambiemos, Darío Schneider, de habilitar en Crespo actividades no permitidas por el gobierno provincial, como las reuniones sociales o familiares de hasta 15 personas.
Galimberti y Schneider tienen algo en común: son dos dirigentes de Cambiemos con aspiraciones de suceder al gobernador Gustavo Bordet en 2023. Y por ahora son los únicos anotados en las filas opositoras. La manera como atraviesen la actual crisis sanitaria en sus ciudades será clave para la suerte de sus proyecciones políticas.
Galimberti ratificó este domingo que se «controlarán exhaustivamente» los ingresos a Chajarí. «La salud es una cuestión primordial», dijo y puso énfasis en «las medidas preventivas» que deben adoptar todos los ciudadanos.
Asimismo, ratificó que se aplicarán multas, aislamiento y retención preventiva de vehículos a todos los que pretendan ingresar a la ciudad, por cualquier acceso, sin Certificado de Circulación.
Galimberti buscó transmitir «calma», porque «la situación sanitaria en Entre Ríos es buena». Habrá que «trabajar un poco más en los intercambios que tenemos» con las zonas donde hay circulación comunitaria del virus, como lo es Buenos Aires.
