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Justicia y política

García va contra Bordet 

El procurador mira un futuro político cercano, al que ve propicio para cobrarse una cuenta, según su perspectiva. Los mensajes que ha dejado. 

Los acontecimientos políticos de los últimos días, alguno de ellos anticipados por Página Política como la imputación por supuesto enriquecimiento a Sergio Urribarri, hay que entenderlos desde la política. Lo jurídico es, apenas, el móvil. 

El Ministerio Público Fiscal avanzó en una imputación cuyo delito fue denunciado en 2015 y el llamado a indagatoria en el que se leerán los hechos por los que se los imputa será el 14 de junio, día en que la atención pública debería estar monopolizada por quiénes serán los candidatos para las próximas elecciones. 

Que la Procuración General haya actuado de oficio cuando Urribarri entregó el mando a Gustavo Bordet obedece a una tradición: no se investiga al que está, sino al que se fue.  

Jorge Amilcar Luciano García ha respetado ese modus operandi a rajatabla. Fue el hombre de Urribarri gobernador en el Poder Judicial junto con la vocal Claudia Mizawak. Todo lo que pidieron, el mandatario de entonces se los dio. El procurador le sacó una fenomenal suma de presupuesto para su organismo y la vocal nada menos que la Ley de Enganche.  

Las actuaciones de oficio y las investigaciones contra Urribarri se inician con la misma celeridad con que se archivó la denuncia contra Bordet por las licitaciones del proyecto de energía Cierre Norte. Otro ejemplo de tradición. 

El devenir judicial del ex mandatario, coincidente con el cronograma electoral, no le hace tanto daño al involucrado como a Bordet. No solo le empaña una campaña ya lanzada, sino que opera como mensaje. El próximo sos vos. Veamos. 

Al procurador se le ha escuchado decir en su intimidad, y no tanto, que se la tiene jurada al mandatario. Le endilga la autoría de la destitución de su segunda, Cecilia Goyeneche. 

Las noticias sobre las fechorías del ex gobernador, por el que pesa una condena de prisión efectiva que será ratificada en tiempo record, baja en el ranking de visitas de los portales. Ya no se viralizan en redes ni llegan a los celulares como en otros tiempos. El lector, con razón, ya no se interesa por el futuro de alguien del que cree que está frito. Y lo está. 

La procuradora adjunta se sigue dando porrazos con la realidad. Dice que desde que fue destituida no se investiga más la corrupción, mientras que el organismo al que pertenecía ya no sabe a quién más imputar. 

Cuando todo esto ocurre, García empieza a imaginar el futuro. Mira a Bordet. 

Su grupo boicotea al Consejo de la Magistratura por desprolijidades que se hacían antes, pero los autores eran los integrantes del MPF con Goyeneche a la cabeza. La historia del organismo no registra un sorteo de jurados con presencia de los involucrados, por ejemplo. 

El trasfondo de toda esta historia, en rigor, es la designación del fiscal anticorrupción. García quiere que sea tarea del próximo gobierno, que supone a Rogelio Frigerio al frente. El procurador tiene un nombre para la fiscalía especializada: José Costa, fiscal coordinador en Concordia.  

Ese escenario, con Bordet afuera de Casa de Gobierno y Frigerio en el sillón de Urquiza, García lo ansía. Al imputar al empresario paraguayo Diego Cardona Herreros, se está metiendo con Hugo Ballay. El ministro de Economía viene de la gestión anterior, cuando Urribarri y Cardona Herreros se conocieron. En las contrataciones entre el Estado urribarrista y la empresa Relevamientos Catastrales, de Cardona Herreros, estuvo Ballay. 

Pero además, el procurador se jacta “de tener a todos” en la causa contratos truchos, donde la persecución penal sólo alcanzó en buena parte al lumpenaje de una estructura fenomenal por la que se fraguaba fondos públicos. ¿Hasta dónde llegaría una supuesta causa contratos II? 

Como García no se suelta de una rama sin prenderse de otra, estableció una buena relación con Adán Bahl, el otro nombre que puede gobernar la provincia. 

La única preocupación de García pasa, precisamente, por la Legislatura. En la Cámara de Diputados se aborda un proyecto para que el procurador, en caso de ser denunciado, sea en el Jurado de Enjuiciamiento y no en el instituto de juicio político, donde el jefe de los fiscales se siente cómodo. Ya le han rechazado in limine denuncias en su contra.

A diferencia de Urribarri, en Google no se registra una sola foto de García con Bordet. 

Fuente: Página Política
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