En este caso, el discurso del presidente de la UCR, Martín Lousteau, expone el republicanismo de cotillón de macristas y radicales, dispuestos a avalar un instrumento inconstitucional ¿No eran republicanos? ¿O es que sólo lo eran para enfrentar al kirchnerismo? ¿Nos hablaron en serio todos estos años cuando salían en defensa de las libertades individuales y a oponerse a los abusos del poder político, o a defender el federalismo?
Es conmovedor observar al senador José Mayans (hombre del emperador formoseño Gildo Insfrán) apurar desde el republicanismo a Juntos por el Cambio. Pero ningún senador de Juntos por el Cambio que haya apoyado un DNU inconstitucional tiene autoridad para reprocharle a Mayans su contradicción. Todo el PRO y la mayoría de la UCR está avalando a otro emperador, con igual o mayor caudal autoritario y más violento, que no gobierna una provincia sino todo un país. Eso sí, lo hace en nombre de la libertad.
El discurso de Lousteau reclama respeto por las reglas y por la política. Como la amplia mayoría de la dirigencia de JxC, el senador porteño está de acuerdo con el norte de las reformas que plantea Milei. Pero se opone a la imposición y a la violación de la Constitución. Hasta la vicepresidenta Victoria Villarruel, que reivindica la última dictadura militar, planteó que “no hay gobierno sin institucionalidad” y, en ese sentido, se diferenció del manejo del Senado que tenía Cristina Fernández.
En otras palabras, hasta Villarruel le pide a macristas y radicales que no hagan lo mismo que criticaron del kirchnerismo. Probablemente, Alfredo de Angeli, como todos los macristas, no se sienta muy interpelado. Pero ¿qué sentirá, en su fuero íntimo, una histórica dirigente de la UCR como Stella Olalla?
La política, claro está, tiene dos planos: el del relato y el de la práctica. Un senador porteño de la UCR tiene, claramente, la lengua más suelta que un gobernador radical, que necesita de la Nación para financiar su gestión ¿Qué hubiera dicho Lousteau si hoy fuese el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires?
Aun así, los gobernadores de JxC podrían ser pragmáticos sin renunciar a sus convicciones republicanas. De hecho, Maximiliano Pullaro fue el único mandatario radical que no suscribió una declaración conjunta de los gobernadores de ese partido a favor del DNU de desregulación de la economía. Pullaro pertenece a la línea interna de Lousteau.
También era de ese espacio el presidente del bloque radical de diputados, Rodrigo De Loredo, pero el cordobés también firma el documento junto a los otros gobernadores de la UCR. El movimiento abre interrogantes sobre la posición de la diputada entrerriana Marcela Ántola, que también es parte de Evolución Radical y pone en dudas el número de votos de Frigerio en el Congreso, como se describe en la siguiente nota:
Rogelio Frigerio no es radical. Por el contrario, integró en los 90 el gobierno más liberal de la historia reciente, a cargo del peronista Carlos Menem, considerado por Milei como un prócer de la estatura de las figuras decimonónicas que se estudian en la escuela.
Tiene entonces Frigerio muchas menos perturbaciones de conciencia que un radical para avalar un DNU inconstitucional. Su pragmatismo se basa en la urgencia del auxilio nacional para rescatar a la provincia del ahogo financiero en el que se encuentra, producto de una combinación entre la herencia recibida del peronismo y la motosierra de Milei. Más de lo último que de lo primero.
Esa es la más obvia razón de gobernabilidad que lleva a Frigerio a soslayar las formas y apostar a que el alineamiento sea el boleto más seguro para llegar al Pacto de Mayo y la restitución del país federal, lo que supone un previo auxilio fiscal para las provincias.
Frigerio lee encuestas y ve que los políticos mejor considerados del país son Villarruel, Milei y Patricia Bullrich. Así de corrido a la derecha está el electorado argentino y eso explica por qué se sigue soportando este inclemente ajuste, inédito en sus dimensiones. Con independencia de que Milei se crea, de verdad, un elegido de las “fuerzas del cielo” o todo no sea más que una estrategia política de supervivencia, el discurso de confrontación contra la “casta” es lo que lo sigue sosteniendo. Si no hay pan para todos sus votantes empobrecidos, que al menos haya circo.
Y en Entre Ríos, Frigerio comparte electorado con Milei. Enfrentarse en este momento, aunque más no sea para exigir un poco de república, le reportaría costos entre sus propios votantes. De eso puede dar fe el diputado del PRO Francisco Morchio, cuando en febrero tuvo que salir a explicar a su electorado que no era un “traidor” por haber votado tres incisos en contra de la ley ómnibus que afectaban intereses de la provincia.
Todo es más complejo de lo que parece. La senadora Olalla votó a favor del DNU y seguramente debe cargar, como radical, con más peso de conciencia que De Angeli o que el propio Frigerio. Pero Olalla jugó con Bullrich en la interna de JxC. Es decir que dentro del radicalismo hay un ala de derecha que deja a la izquierda a franjas de la dirigencia del PRO, como Frigerio que, aunque fue prescindente en la interna nacional, siempre estuvo más cerca de Horacio Rodríguez Larreta.
Es útil, a esta altura, recordar una nota que publicó Página Política en octubre de 2022, sondeando a la dirigencia de Juntos por Entre Ríos sobre el balotaje presidencial en Brasil entre Lula da Silva y Jair Bolsonaro:
Hace un año y medio, fueron muy pocos –entre ellos Ayelén Acosta y Gustavo Hein– los que se atrevieron a expresar sin pudor sus simpatías por Bolsonaro. Hoy todo el PRO y una amplia mayoría de la UCR avala en Argentina a un Presidente que tiene como referente a Bolsonaro en Brasil, a Donald Trump en Estados Unidos o a Vox en España. “Daniel ¿en qué te has transformado?”, diría Macri.
Fuente: Página Política
