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La maldición de Paraná

Por tercera vez consecutiva un intendente tropieza en el intento de buscar su reelección. Características de la ciudad y tradiciones partidarias se confabulan contra las aspiraciones de dirigentes que controlan el Palacio Municipal.
Luz Alcain
Por: Luz Alcain
@luzalcain

En cualquier ciudad entrerriana, si hay un vecino que tiene chances de ser electo intendente es quien ya está ocupando el cargo y busca permanecer.

Sucede en todo municipio. Pero acá, en Paraná, es distinto. Desde 2007 a la fecha tres dirigentes políticos buscaron dar continuidad a su gestión y trastabillaron en el intento.

Podrán confluir distintos ingredientes en esta alquimia. Pero la gestión en un edificio a cinco cuadras de la Casa Gris no es un dato menor. Casi todos los intendentes -salvo Blanca Osuna- estuvieron en algún momento anotados para la Gobernación, allí, tan cerquita del Palacio Municipal. Y eso mismo, supuso que hubiera casi siempre chispazos con el gobernador de turno del mismo signo político.

Se añaden seguramente factores de la tradición de los partidos tradicionales en Paraná que podrían confabularse, en distintos contextos, en contra de la construcción política desde el Palacio Municipal.

El radicalismo, del 83 a la fecha, no llevó nunca una boleta a elección general en la capital provincial que tuviera otro apellido que el de Varisco. Tanto Humberto como Sergio supieron liderar mayorías heterogéneas, pero esta vez el intendente -jaqueado por la causa judicial por narcotráfico y por el ninguneo en muchos casos de la dirigencia nacional de Cambiemos- se sostuvo en su entorno más cercano, sin hacer pie en el abanico radical de la ciudad.

En el caso del peronismo de Paraná, la cuestión también debe leerse en clave de internas. Pero de una interna de tal intensidad que casi siempre resta. Es así que los pases de gestión de Julio Solanas a José Carlos Halle y de Halle a Osuna nunca expresaron continuidad. Por el contrario, mediaron casi siempre airadas denuncias mediáticas y judiciales, al calor de los enfrentamientos internos. Quedará en manos del electo intendente, Adán Bahl, ver si tiene margen para liderar un proceso que cambie el rumbo del barco peronista en Paraná.

2007

No estuvo siempre la posibilidad de reelección. Recién en 2.007, una ley modificatoria de la Orgánica de Municipios, habilitó esa opción ratificada un año después por la Constitución provincial reformada.

Fue una zanahoria con la que entonces se intentó evitar la interna peronista: se le daba la opción de refugiarse en Paraná al entonces intendente Julio Solanas. Pero Solanas desechó la propuesta y lideró un espacio como candidato a gobernador, enfrentando en las elecciones generales a quien era entonces el caballo del comisario: Sergio Urribarri fue el nombre del PJ para la Casa Gris.

Solanas bendijo para su sucesión a quien llevaba su apellido, su hermano Raúl, fallecido en 2011. Pero en 2007, se quedó con Paraná el oficialismo partidario con José Carlos Halle que iba en la boleta de Urribarri.

2011

Cuatro años después, para 2011, Halle ya era parte del peronismo disidente de entonces, liderado por Jorge Busti que fundó el Frente Entrerriano Federal (FEF) y tomó distancia de Urribarri y el kirchnerismo.

La candidata del PJ fue Blanca Osuna y fue ella quien frustró el primer intento reeleccionista alzándose con el triunfo frente a Halle.

Osuna obtuvo 47.364 votos (36%) contra 30.230 (23%) del Halle en la boleta del FEF que se convertía en tercera fuerza con Busti como candidato a gobernador.

2015

La intendenta fue el segundo intento de reelección frustrado en la ciudad. En 2015, tras una interna dura en el peronismo, se convirtió en candidata a un nuevo mandato.

Fue en la boleta de Gustavo Bordet en comicios que marcaron el inicio de la era de Cambiemos que estuvo cerca (a 8 mil votos) de quedarse con el gobierno de Entre Ríos.

Sergio Varisco se alzó con un triunfo contundente con 21.515 votos, en la boleta de Mauricio Macri y de Alfredo De Angeli. Varisco sumó 71.134 votos, contra 49.619 de Osuna.

2019

Varisco lo intentó este domingo y le fue mal. Tampoco hubo reelección para el intendente de Paraná en el marco de una derrota de Cambiemos en buena parte del territorio provincial.

Bahl lo aventajó en 10 puntos. Con el 99,3% escrutado, el candidato del peronismo alcanzaba a 69.585 votos (45.5%) contra 53.785 (35,18%) de Varisco. La maldición operó otra vez.

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