Los informes dan cuenta del desfinanciamiento de las provincias. El último difundido por la Fundación Encuentro, basado en datos oficiales, señala que Entre Ríos perdería más de $281.000 millones de recursos nacionales. El proyecto de Presupuesto prevé una caída de US$ 5.000 millones para las provincias. No obstante, este fin de semana, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dijo lo que se esperaba: al Presidente “no le preocupa que el Presupuesto no se apruebe”.
Rogelio Frigerio viene de pasar un mal trago sobre el proyecto que se suele llamar ley de leyes. El texto borró de un plumazo 150 obras que habían sido incorporadas en el acta acuerdo entre el gobierno provincial y Francos, el 4 de junio pasado. Desde la administración local aseguran que las negociaciones para encauzar aquel “Acuerdo Marco de Colaboración en materia de Obras Públicas” están abiertas. En off reconocen que lo hablado puede quedar solo en palabras. Los ajustes en marcha así lo presumen.
Hace dos semanas Frigerio visualizó un inconveniente político en la calle. Fue en las dos marchas (de docentes y universitarios) en las que la narrativa conectó al Gobernador con Milei. Esa percepción expresada en la explanada de Casa de Gobierno tiene su basamento en el comportamiento de la gestión provincial, en rigor de Frigerio respecto a la Casa Rosada. No solo no se registra un desaire, sino todo lo contrario. El mandatario provincial ha hecho punta en apoyar al jefe de Estado nacional.
Esa conexión Frigerio igual Milei, en pleno conflicto docente, tuvo como respuesta menciones a la interna gremial en Agmer. La historia reciente del gremio mayoritario podría contradecir esta hipótesis gubernamental. La interna histórica entre Agmer Central y Agmer Paraná (agrupación Rojo y Negro) se saldó durante el gobierno de Mauricio Macri. Las conducciones, lejos de la centro derecha, licuaron diferencias y se unificaron para enfrentar al gobierno del PRO, que caracterizaban de neoliberal. Es probable que ante la era Milei, ese criterio de unidad en la diversidad fluya con más margen.
La propuesta del gobierno provincial a los docentes es buena. Ya lo era, por lo menos aceptable para la conducción, antes que ingrese en la negociación la reposición del Fonid. Cuando el Gobierno expresa su sorpresa ante las negativas de los congresos de Agmer y revela que en conversaciones con la conducción gremial todo parecía que iba sobre rieles, no miente. Sucede que quienes están en pie de guerra son los maestros. Las bases.
El gobierno nacional ya no es solo libertario, sino también macrista. El PRO fue el mayor aportante al veto de la reforma previsional y, prácticamente, el motor del veto a la ley de financiamiento universitario. En estas semanas, Frigerio debió manejarse con cautela. En el primer veto, la macrista Nancy Ballejos acompañó al oficialismo sobre la hora, cuando se sentó en la banca del radical Pedro Galimberti que no alcanzó a levantar su despacho en la Cámara de Diputados para instalarse en CTM. La UCR perdió un voto. Francisco Morchio se ausentó. La semana pasada Ballejos empujó el mandato de Macri de apoyar el veto y Morchio lo hizo por la negativa. El ausente fue el chubutense Jorge Ávila, a instancia del gobernador Ignacio Torres. Ávila como Morchio integran el bloque Encuentro Federal, que conduce Miguel Pichetto y que respondería a los gobernadores.
La foto quedó clara. Los mandatarios del PRO tienen sus acciones en ese bloque. Y, a partir de allí, calibran las relaciones con Nación. Por eso Morchio, al terminar la sesión que convalidó el veto contra el financiamiento a la educación superior, difundió un comunicado para conectar a Frigerio con el apoyo al financiamiento universitario. Morchio igual Frigerio.
La relación del Gobernador con Nación tiene por delante un escenario de incertidumbre. El primer interrogante es qué saldrá, para Entre Ríos, de la discusión del Presupuesto. El segundo interrogante es el rol del PRO en su conjunto en el Congreso. ¿Harán fuerza para las provincias o alcanzará con blindar Ciudad Autónoma de Buenos Aires? Del último encuentro entre Macri y Milei salió la devolución del 2,95 de coparticipación que Alberto Fernández le había sacado a la Ciudad.
Frigerio no puede romper con Nación. El 70 por ciento de los recursos provienen del Estado nacional. En Casa de Gobierno recuerdan -con mensaje al radicalismo- que la última vez que se rompió con la Casa Rosada no salió bien. La historia remite al corte de la Coparticipación y la emisión de bonos en el marco del conflicto entre Sergio Montiel y Domingo Cavallo. Pero además, la estructura jurídica fue modificada en los últimos años. La Constitución provincial ahora prohíbe la emisión de cuasimonedas, mientras que la posibilidad de un endeudamiento externo requiere de la autorización del gobierno nacional.
Fuente: Página Política
