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Urribarri 2015

La renuncia de Mauro, un mensaje y un anuncio

Poderosa señal dieron los Urribarri con la renuncia de Mauro a ser candidato. La primera consecuencia: se ordena Concordia y facilita el camino a Bordet. La segunda: el Gobernador baja a su hijo pero a cambio intentaría ordenar el peron
Luz Alcain
Por: Luz Alcain
@luzalcain

Con bombos y platillos, Mauro Urribarri hizo pública su decisión de no ser candidato. Todas las especulaciones lo ubicaban como postulante a la intendencia de Concordia, por lo que su dimisión impacta de lleno en la interna de la ciudad comandada por Gustavo Bordet.

No habían pasado más de tres horas de las declaraciones del secretario de la Cámara de Senadores, el sábado, cuando su padre, Sergio Urribarri, enalteció el gesto de Mauro. Edulcoró sus declaraciones con anécdotas infantiles de su hijo para, luego, dar el mensaje de fondo: “Las decisiones deben ser tomadas mirando el conjunto por sobre los intereses personales”, dijo. “Ojalá que se repita en todos los ámbitos”, auguró y quedó a la espera.

Del fin de semana queda, entonces, una renuncia de “los Urribarri”, un mensaje en clave de la interna cuando todavía hay cinco precandidatos a gobernador formalmente lanzados y un anticipo: el mandatario provincial empezaría a mover las piezas, en cuanto le fuera posible, en función del armado de la oferta electoral del Frente Para la Victoria de cara a las PASO.

Al respecto, vale la pena recordar que la semana pasada se inició con otra renuncia de la familia Urribarri: la del gobernador a su postulación presidencial. Podría haber sucedido, sin demoras, que sus adversarios en el escenario nacional, Daniel Scioli y Florencio Randazzo (los únicos que han quedado tras la seguidilla de renuncias que le siguieron a la del entrerriano) empezaran a mover sus piezas en el tablero entrerriano. Sin embargo, nada ha cambiado sustancialmente: la construcción del gobernador bonaerense sigue siendo demasiado tibia; la del ministro del Interior, más que tibia, es nula y hasta un misterio que se reaviva cada vez que alguien pregunta: ¿Quién le pega los carteles a Randazzo?

Concordia, en paz

La renuncia de Mauro aquieta las aguas, definitivamente, en Concordia. Las especulaciones siempre ubicaron al secretario de la Cámara de Senadores como postulante a suceder a Gustavo Bordet en la Intendencia.

El problema era que para ese puesto ya estaba anotado –desde hace bastante tiempo por no decir desde que nació-, el senador provincial Enrique Cresto. Eso no sería nada si no fuera porque el legislador es expresión de un espacio de poder nada despreciable en Concordia (los Cresto, el crestismo o como se quiera llamar), que tiene su historia, su peso y su capacidad casi intacta de sumar o de hacer daño.

Con Mauro subido a la disputa por la Intendencia (y en tanto es el hijo del gobernador, el mayor elector del peronismo de Entre Ríos) la interna se complicaba en Concordia. Los armados posibles, en ese caso, ubicaban de un lado a “los Urribarri”, del otro a “los Cresto”, impactando en el escenario de la interna provincial. La renuncia de Mauro evita disparar la contienda en Concordia, fortalece a Bordet porque encolumna al grueso del departamento tras su figura y, del otro lado, minimiza las chances de que los adversarios de Bordet –el ministro Adán Bahl, específicamente- pueda entrar con paso firme en Concordia de la mano de los Cresto, llevando a alguien con ese apellido en la fórmula.

No se vé por qué, sin amenazas ciertas a su proyecto y en una interna en la que nunca se puso en debate ni la cuestión ideológica, ni la programática, el crestismo no acompañaría al postulante a gobernador de la ciudad que pretenden volver a comandar.

Las fichas

El gobernador “cedió” las aspiraciones de Mauro. Pidió que “el gesto” se repita. Es de esperar que tras haber renunciado a la presidencial (aunque no todavía a una fórmula) empiece a mover las piezas en pos de “ordenar” a su modo la oferta electoral del Frente Para la Victoria de cara a las PASO.

Con cinco precandidatos todavía en danza –dos de la costa del Paraná (Julio Solanas y Adán Bahl) y tres de la costa del Uruguay (Gustavo Bordet, Marcelo Bisogni y Juan José Bahillo)- se podrían empezar a dar los movimientos en pos de sacar no más de dos fórmulas de ese cúmulo de pretensiones. Una sola, si fuera posible.

En esas maniobras no aparece claro aún que quienes fueron hasta hace pocos días adversarios de Urribarri en la compulsa nacional tengan intenciones de “pasar la ambulancia”.

Hasta el momento, la construcción de Scioli no pasa de tibia pese al correr inexorable del tiempo. Su aliado de más peso es el intendente de Gualeguay, Luis Erro; y su presencia publicitaria más visible se da de la mano del diputado Pablo Mendoza.

Randazzo ni figura. No hay un solo dirigente o militante siquiera que se presente como referente local del ministro, que prometa cuidarle los votos o ser su candidato.

A tan poco del cierre de listas, ese vacío sugiere que, en definitiva, para cualquiera de los dos anotados para la Presidencial lo prioritario es “pegar” en Entre Ríos al armado que disponga Sergio Urribarri.

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