Martín Piaggio es, hoy, precandidato a gobernador. No lo va a decir. Ya se lo preguntaron este viernes en una entrevista en su ciudad. Sólo atinó a expresar: “Encarar una campaña electoral cuando llegue el momento lo veo muy difícil, no tengo plata para eso, si ocurre lo tendríamos que hacer desde plena austeridad”; “hoy no es un tema prioritario en lo personal”.
La semana pasada el intendente de Gualeguaychú se reunió con un grupo de dirigentes que impulsan su nombre: Hernán Orduna, Juan Javier García, César Etchart y otros dirigentxs que por el momento prefieren no salirse de la discreción. En Gualeguaychú el soporte es el grupo Militancia con Daniel Irigoyen a la cabeza.
Cerca del jefe comunal aseguran que no dirá nada hasta octubre. Sin acordarlo, la decisión coincide con la idea de Gustavo Bordet, que pretende frenar todo hasta fin de año, momento en que deba decidir si las elecciones se adelantan o no. Mientras tanto, Piaggio, abrió una serie de charlas informales para certificar sus intenciones. Muy por abajo.
El intendente de Gualeguaychú, para un peronista clásico, podría expresar algo diferente. Sin ingresar en una opinión, la agenda que suele proponer tiene matices diferentes a lo que se escucha desde el 2003 difundido desde Casa de Gobierno. Su precandidatura haría atractiva una interna en el peronismo en general.
Laura Stratta y Adán Bahl son los nombres a los que se le allana el camino en la consideración de Bordet. La vicegobernadora es naturalmente la candidata del mandatario, mientras que el Intendente de Paraná pretende serlo luego de varios años de desencuentro. En su entorno hicieron circular, como publicó Página Política, una encuesta que muestra a la gestión capitalina remontar en la aprobación. De allí se desprende la idea de que Bahl esté pensando en otro mandato, como el camino más corto ante una complicada elección contra Rogelio Frigerio. Un fenómeno inusual es que la capital provincial aparezca como el sostén del Gobernador en detrimento de Concordia, hoy tierra hostil para el peronismo.
Los tiempos se aceleran y la política se pone en modo electoral, aunque la definición si se desdobla o no Bordet la llevará hasta el último momento. La albertización del mandatario podría cambiar el plan que todos suponen, que es adelantar los comicios. A continuación una lectura sobre esa coyuntura:
A Piaggio se le critica viajar más a Buenos Aires que venir a Paraná. Eso lo repiten, mucho, en Paraná. Es el libreto de quienes lo acompañaron en un principio y luego se pasaron a las filas de Bahl, a quien ven más competitivo para mantener la empresa. Aquí no hay ideología. Eso está claro.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el intendente de Gualeguaychú escuchó una hipótesis sobre el futuro. Juntos por el Cambio se impondría en las elecciones nacionales, por lo tanto el kirchnerismo duro daría la interna para quedarse con una minoría “pura” que sea oposición a quienes tomaron la deuda y que a partir de 2025 tendrán que empezar a hacer los desembolsos a los acreedores privados y al FMI.
Piaggio podría trasplantar ese análisis: formar parte de una minoría con aspiraciones a futuro. Ya no estaría la tentación de arreglar con el Gobernador de turno como ha sucedido en los últimos 20 años, porque según esa hipótesis, quien se sentaría en el sillón de Urquiza es Frigerio.
El año pasado Piaggio estuvo con Juan Grabois en un palco en Plaza 1º de Mayo. Las organizaciones sociales, estables, es la que mira el gualeguaychuense como base territorial. Por caso el Movimiento Evita y la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP). En el mundo de las organizaciones cohabitan grupos que no se conciben como tal pero miran algo novedoso ahí. Referentes del ambientalismo y la cultura que no están ni cerca del PJ.
Para el gualeguaychuense no competir lo dejaría afuera de cualquier esquema. En el de Bordet, ya no está.
Fuente: Página Política
