La adopción de la boleta única de papel (BUP) es el cambio principal que introduce el proyecto de código electoral que se comenzó a discutir en la Cámara de Diputados de Entre Ríos. La iniciativa que impulsa el gobernador Rogelio Frigerio propone ponerse en sintonía con las provincias de la región centro del país, reemplazando el sistema de boleta sábana partidaria por la BUP.
En la región, la provincia de Mendoza se nutrió de la experiencia de Santa Fe y de Córdoba para definir su modelo de BUP, que se estrenó en las elecciones de 2023. Y Entre Ríos busca hacer lo mismo con las tres provincias para definir su modelo propio que, de ser aprobada, se estaría estrenando en las elecciones provinciales de 2027.
El proyecto toma como antecedente, en muchos aspectos, la iniciativa de código electoral que impulsó el ex gobernador Gustavo Bordet en 2018. Pero no en el modelo de boleta. Bordet seguía el sistema de Santa Fe donde se vota en cinco BUP separadas, una por cada categoría de cargo: gobernador, diputados, senador, intendente, concejales.
Frigerio, cambio, prefiere el modelo de Córdoba y Mendoza, donde toda la oferta electoral se contiene en una sola boleta. Eso permite el voto por lista partidaria completa. Esto es, con sólo marcar una cruz, un elector puede votar a los candidatos a gobernador, diputados, senador, intendente y concejales de una fuerza política. Si no marca esa cruz de voto por lista completa, puede armar su propio menú optando en cada cargo por candidatos de distintos partidos o, incluso, no marcar ninguna cruz en algún cargo (lo que se toma como voto en blanco en esa categoría).
Pero Entre Ríos no copia a Córdoba o a Mendoza. Toma lo que considera mejor de cada experiencia y aporta innovaciones. Particularmente en el diseño, con el propósito de facilitar la lectura de las opciones electorales.
En Córdoba, la BUP presenta un aspecto uniforme, con colores apagados y predominio del gris y negro. Los candidatos se diferencian solo por la foto y el escudo que a su izquierda identifica al partido o frente electoral por el que son candidatos. El voto por lista completa se produce marcando una cruz en la columna negra.
La BUP de Mendoza es mucho más colorida. El contraste con el fondo blanco permite una identificación más clara de las opciones electorales. Pero el ordenamiento es inverso al de Córdoba.
En la boleta de Córdoba, las columnas (verticales) identifican las distintas categorías y las líneas (horizontales) a las opciones electorales. En la de Mendoza es al revés: las líneas son las categorías y las columnas las fuerzas políticas. Es también un cuadro de doble entrada, pero invertido con respecto al modelo de BUP Córdoba.
A juicio del secretario de Asuntos Políticos, Julián Manerio, el modelo Entre Ríos es “superador”, según afirmó en la presentación que la semana pasada hizo de la reforma electoral en la reunión de comisiones de Legislación General y de Asuntos Constitucionales, Juicio Político y Peticiones, Poderes y Reglamento de la Cámara de Diputados.
De Mendoza rescata su “claridad”, aportada por el fondo blanco. Pero la BUP entrerriana agrega, para una más rápida identificación, el color que adopta cada propuesta electoral. De ese modo se mantiene el criterio que venía adoptando la boleta sábana en los últimos turnos electorales. “Eso no está ni en Córdoba ni en Mendoza. Tampoco en Santa Fe”, hizo notar Maneiro.
El color de cada partido o frente electoral va a ser especialmente útil para identificar, en las PASO, a las distintas listas que compiten en la interna. Por ejemplo, si alguien quiere votar en las primarias del peronismo, le ayudará encontrar las listas de precandidatos porque estarán pintadas de azul, si es que esa fuerza electoral mantiene el color que le ha venido dando a su lista sábana partidaria:
El proyecto de ley no contempla tamaño máximo para la BUP. En cambio, prevé un tamaño mínimo que garantice una correcta lectura de la oferta electoral. No se fija un tamaño mínimo de la hoja de la boleta, sino del recuadro donde se escriben los nombres de los candidatos, para garantizar su legibilidad: con independencia de la cantidad de partidos, el recuadro no puede ser menor de 95 por 30 milímetros.
Puede ser más grande, pero no más chico. En consecuencia, el ancho es estandarizado. Donde puede crecer la boleta es hacia abajo, en función de la cantidad de agrupaciones políticas y de listas internas.
Según estimó Maneiro, en el 70% de los municipios de Entre Ríos, no hay habitualmente más de tres o cuatro fuerzas compitiendo. Si fueran dos o tres las agrupaciones que compiten, se podrían agrandar los espacios y facilitar aún más la lectura y la identificación de las opciones partidarias y de los candidatos con su nombre y foto.
El proyecto de ley le otorga al Tribunal Electoral la facultad reglamentaria de modificar la boleta en su tamaño. “No va a ser lo mismo en Lucas Gonzalez que en Paraná, o en Villa del Rosario”, ejemplificó el funcionario. “Las boletas no pueden pensarse de tamaño uniforme. Hay que establecer criterios generales para adaptar al número de listas que compitan”, acotó.
Aunque en un distrito con muchas listas anotadas para las primarias la BUP puede terminar adquiriendo un importante tamaño, Maneiro cree que siempre será más ordenado votar de esta manera que con la maraña de listas sábanas que se vieron en las últimas PASO por ejemplo, en los cuartos oscuros de la ciudad de Paraná.
Además, valoró que ese boletón se apoya en un pupitre, donde el elector puede tomarse el tiempo de leerlo detenidamente antes de marcar su opción. El tiempo de votación tampoco sería un problema porque la habilitación de dos o tres boxes en cada mesa permite que dos o tres electores puedan votar en forma simultánea.
Descargar reforma política boletas