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Radicalismo

¿Un turno electoral sin Benedetti?

El diputado radical viene encabezando la oferta electoral de su partido desde 2009. Es bien visto por la conducción nacional de la UCR, donde quieren que siga jugando. No logra el mismo consenso entre los correligionarios de la provincia. Y esta vez tendrá que lidiar con Frigerio.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

Su sueño de siempre fue ser gobernador. Pero tuvo un par de problemas para lograrlo: nunca consiguió encolumnar a todo el radicalismo y justo se postuló en los contextos más adversos: 2011 y 2019.

Aún así, Atilio Benedetti fue el dirigente más importante que dio el radicalismo de Entre Ríos en la última década. Desde que le devolvió el triunfo a la UCR en las legislativas de 2009, el ex intendente de Larroque dominó la oferta electoral de su partido. Fue candidato en todos los turnos electorales, con excepción de 2015, cuando la alianza con el PRO le costó a la UCR quedarse sin postulante a gobernador por primera vez en su historia.

La novedad de 2021 es que jugará Rogelio Frigerio, el  mismo que en 2015 hizo bajar a Benedetti de la candidatura a gobernador cuando le negó el pagado de boleta con Mauricio Macri, el precandidato presidencial más competitivo de la interna. Frigerio no hubiera sido tan efectivo, claro está, sin la ayuda de parte de la interna radical que vio con buenos ojos correr de escena a Benedetti.

El desembarco electoral de Frigerio en Entre Ríos modifica todo el escenario. Para empezar, pone en dudas una candidatura de Benedetti que, a esta altura, es casi una tradición en el radicalismo.

El presidente de Tierra Greda quisiera, naturalmente, renovar su banca en el Congreso.  Y con Frigerio en la cancha, tiene dos opciones: o le da la interna o acuerda. Pero es muy probable que, en cualquiera de los dos casos, termine tercero en la lista. Nada atractivo para alguien que quiera buscar la gobernación dos años después.

 

Afuera y adentro

A pesar de que lideró la línea interna provincial más estable de la última década (la corriente Illia), Benedetti no ha logrado conducir al conjunto de la UCR entrerriana y carga con el desgaste de dos traspiés en su intento por llegar a la gobernación (2011 y 2019), más una derrota que en 2013 le costó a la UCR perder el senador nacional por la minoría y que significó el ascenso político de Alfredo De Angeli, apoyado por Frigerio, en sociedad con el ex gobernador peronista Jorge Busti.

Sin embargo, tantos años de campañas electorales le han dado un grado de conocimiento que no posee otra figura dentro de la UCR provincial. Eso es lo que miden desde Buenos Aires, donde el interés está en que la UCR no pierda las dos bancas que este año pone en juego por Entre Ríos (las que ocupan Benedetti y Jorge Lacoste).

Desde la conducción nacional de la UCR ya le habían pedido en 2019 que enfrente al senador De Angeli, que iba por su reelección con el aval de Macri. Pero Benedetti optó por acordar y llevó a Stella Olalla en el segundo lugar para el Senado y a Gabriela Lena a la cabeza de la lista de diputados. Relegó a Gustavo Hein, el candidato de Frigerio, al segundo lugar, que de cualquier manera ingresaba al Congreso aún en caso de una derrota.

Bajo la mirada nacional, Benedetti sigue siendo el radical que está en mejores condiciones de darle la interna a Frigerio en Entre Ríos. Pero en la provincia admiten que es difícil que pueda ganarle. No sólo por la novedad, el conocimiento público y el peso político propio del líder el PRO, sino por lo ya dicho: las resistencias que encuentra Benedetti al interior de la UCR. Nadie duda que en una hipotética interna con Benedetti, Frigerio recibiría el voto de muchos radicales.

Es más, algunas franjas de la UCR que en estos años han sido refractarias al acuerdo con el PRO y que han propuesto volver a las fuentes del radicalismo (como Gracia Jaroslavsky o Alejandro Carbó) lo han enfrentado en la interna, aunque con magros resultados.

El problema excede a Benedetti. Lo tiene el conjunto de una UCR que, dividida en dos o tres opciones internas, difícilmente podría contra una propuesta que encabece Frigerio, probablemente con apoyo de un sector del peronismo y, seguramente, de varios radicales. De allí que algunos postulen la necesidad de encolumnar a todos los intendentes de la UCR detrás de un candidato común:

Si compite o si acuerda, a Benedetti  probablemente le estaría quedando el lugar 3 de la lista para las legislativas de octubre, ya que el lugar 2 es para una mujer. Una competencia interna es difícil. Pero un acuerdo sin dar pelea para ocupar el tercer lugar significaría, de algún modo, un reconocimiento de que Frigerio es el candidato para 2023.

 

Inoportuno

La oportunidad no ha sido lo de Benedetti. Las dos veces que compitió por la gobernación de Entre Ríos debió enfrentar a mandatarios que iban por su reelección. Son los escenarios electorales habitualmente más adversos en cualquier parte del mundo, porque hay que hacer frente a un poder constituido que quiere continuar y que, si lo intenta, es porque tiene las condiciones para hacerlo.

En 2011, Sergio Urribarri se vio potenciado por el esplendor electoral del kirchnerismo. En la misma boleta, Cristina Fernández obtuvo su reelección con el pico del 54%, que el entrerriano superó en la provincia, con el 56%. Le sacó 37 puntos de diferencia a Benedetti, candidato por el Frente Progresista Cívico y Social.

En 2019, se produjo la reunificación peronista a raíz del acuerdo de Gustavo Bordet con Cristina Fernández. Por primera vez en el siglo hubo un solo candidato a gobernador peronista. Y Benedetti fue por un Cambiemos desgastado por el fracaso económico de Macri, más algunos problemas locales graves, como el declive de Sergio Varisco, el hombre fuerte de la capital provincial. Bordet fue reelecto con el pico de 57% de votos y con una diferencia de 22 puntos sobre Benedetti.

El turno electoral de este siglo en el que el peronismo corrió más riesgo de perder la provincia fue 2015. El desgaste de 12 años de kirchnerismo había hecho crecer una ola nacional de cambio tan fuerte que terminó depositando a Macri en la Casa Rosada. Algo impensado para muchos, casi un milagro. Pero ese impulso no alcanzó para convertir en gobernador a De Angeli, que quedó a sólo 22 mil votos de lograrlo. En la provincia ganó Macri, pero el gobernador fue Bordet, con 3 puntos de diferencia sobre De Angeli.

Con el diario de ese lunes 26 de octubre de 2015, algunos dirigentes de Cambiemos evaluaron que, de haber sido Benedetti el candidato, probablemente otra hubiera sido la historia. Se podría decir que aquí el inoportuno no fue Benedetti, sino Macri y Frigerio, cuando le negaron el pegado de boleta en la interna. Salvo, claro, que prefirieran a un peronista (no kirchnerista) en la gobernación antes que a un radical.

Fuente: Página Política
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