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¿Una calle para Roca? Debate que se reaviva en Concepción del Uruguay

El exdiputado Artusi reclamó una calle que recuerde, en su ciudad, al expresidente, jefe de la Campaña del Desierto y estudiante del Colegio Histórico fundado por Urquiza. El docente y exconvencional, Americo Schvartzman dio sus argumentos, no sólo para no poner la calle sino para retirar el busto que lo recuerda en la institución educativa.
Luz Alcain
Por: Luz Alcain
@luzalcain

La historia está allí, agazapada, con su cúmulo de sentidos, vivencias, con un pastiche de lecturas del pasado hechas en uno y otro tiempo. Cada tanto, emerge, disputa sentidos en el presente, interviene, empasta y enriquece el debate político.

Con esta convicción, Osvaldo Bayer fue un obstinado militante del debate histórico. Siempre con una posición indubitable de hacer memoria de las batallas perdidas y de evocar a las víctimas en una y otra estación del tiempo en que se fue moldeando el presente argentino.

En esto de hacer memoria, de corroer la historia de los vencedores plasmada en bustos, calles, monumentos y manuales escolares, Bayer tuvo a su blanco predilecto en la figura de Julio Argentino Roca, el hombre de la Generación del 80, hacedor de la Campaña del Desierto o la etapa más cruenta del genocidio de los pueblos originarios, el constructor del territorio y las instituciones centrales del Estado, el artífice en buena medida de la distribución injusta de la tierra que padecemos hoy. También tuvo que ver con Entre Ríos, particularmente, ahogando como militar las últimas resistencias de las tropas de Ricardo López Jordán al proyecto político consolidado después de Pavón.

Por iniciativa de Bayer, el nombre del General Roca ha sido sustituido de calles, escuelas y plazas de más de 25 ciudades argentinas.

Pero el debate se reaviva siempre. Ahí están Roca y Eva Perón disputándose el billete de 100 pesos.

Por estos días de enero, se ocuparon de hacerlo con destreza dos dirigentes políticos de Concepción del Uruguay: el exdiputado radical, José Artusi; y el docente y exconvencional socialista, Américo Schvartzman.

 

Una calle para Roca

A propósito de la decisión del Concejo Deliberante de Trelew de quitarle el nombre de Roca a una calle de la ciudad, Artusi decidió reivindicar la figura del presidente argentino, uno de los egresados del Colegio Histórico de Concepción del Uruguay, fundado por Justo José de Urquiza.

Enmarcó Artusi la iniciativa de la política de Trelew en “la cultura de la cancelación y las políticas identitarias postmodernas o antimodernas”.

Dice en defensa del hombre de la Generación del 80 que “como todo hombre público cometió errores y tuvo aciertos” pero dijo intuir que la “demonización” de su figura se explica más por sus aciertos.

“Roca encarnó como pocos la fuerza progresista y modernizadora –con sus luces y sombras, como en todo el mundo– del liberalismo capitalista del siglo XIX, y muchos nostálgicos del viejo orden –colonial, feudal, reaccionario y clerical– no se lo perdonan”, advirtió Artusi que concede errores del dirigente del Partido Autonomista Nacional y particularmente señala “la falta de una política que garantice el acceso generalizado a la tierra para vivir y para trabajar”.

El dirigente radical pone de relieve los aciertos: la sanción de la Ley 1420 de educación pública, laica, gratuita y obligatoria. “Hemos dicho que el día que se promulgó la ley 1420, el 8 de Julio de 1884, el Presidente de la Nación, su Ministro de Instrucción, el diputado autor del proyecto de ley y el Presidente de la Cámara de Diputados compartían una inusual coincidencia: todos habían sido alumnos del Colegio del Uruguay, el ‘heredero de Urquiza’. ¿Casualidad? No creo. Tengo para mí que ese día dio uno de sus frutos más brillantes la semilla plantada por el Organizador de la Nación 35 años antes al fundar en Concepción del Uruguay el primer colegio laico del país y al procurar que tuviera los recursos necesarios y los mejores profesores de los que se podía disponer en ese momento”, rescata Artusi en la columna de opinión que publica el diario La Calle.

Marca el dirigente radical que la norma “iba a resultar fundamental como uno de los pilares de la Argentina moderna y republicana, que nunca dejó de recibir, abierta o veladamente, los embates reaccionarios de los nostálgicos de la Argentina colonial y autoritaria”.

Y como la historia y sus debates se reavivan cada tanto, Artusi recuerda que en tiempos del primer peronismo, en 1947, “durante los acalorados debates parlamentarios que se suscitaron ante la derogación de la ley 1420, el diputado Silvano Santander diría a modo de balance: ‘Los árboles, dice el Eclesiastés, se juzgan por sus frutos. ¿Cuáles han sido los resultados de esta ley? Una Argentina alfabetizada, sin problemas raciales y religiosos”.

Finalmente, propone “ir contra la corriente” e impulsar que “algún espacio público” de Concepción del Uruguay lleve el nombre de Julio Argentino Roca. “No hay nada en la ciudad que lo alojó como estudiante en su adolescencia que recuerde su nombre. Y como una ironía del destino, sí tiene una calle que recuerda a uno de los más férreos y enardecidos opositores de la ley 1420”, fustigó.

 

Un busto menos

La propuesta de Artusi motivó no sólo una réplica de Américo Schvartzman sino también una consulta abierta en redes sociales, entre los graduados del Colegio Histórico, pidiendo opinión acerca de la posibilidad de que sea retirado de la institución educativa el busto que recuerda a Roca.

Schvartzman, también periodista de El Miércoles Digital, repasó los argumentos de Artusi y contrapuso los suyos para proponer que se retire el busto del colegio, tras un minucioso repaso de la historia de Roca y su rol al frente del Estado así como también las contradicciones que respecto a su figura mostró la dirigencia política en distintos momentos y particularmente el peronismo. Se recomienda su lectura completa, en el portal.

“¿Necesitamos una calle con el nombre de ese personaje de nuestra historia? Sostengo que no. Y además sostengo que no es cierto que Roca haya sido demonizado, menos aún por la supuesta ‘cultura de la cancelación’. Al contrario: se lo está colocando en su justo lugar”, arrancó sus argumentos el exconvencional.

Tras repasar en detalle buena parte de la documentación que da cuenta de las violaciones a los Derechos Humanos cometidos por el Estado bajo el mando de Roca, Schwartzman considera que la propuesta del dirigente radical es “impropia de alguien como José Pepo Artusi, una persona de convicciones igualitarias y humanistas”.

Mete el dedo en la llaga al apuntar críticas del radicalismo contra Roca y su Ejército. Menciona, por caso el discurso de “el entonces senador Aristóbulo del Valle –fundador, poco después y con Alem, de la Unión Cívica Radical–” que en sesión del Senado de la Nación dijo: “La humanidad entera está interesada en que toda la tierra quede sujeta a la acción civilizadora, a objeto de que pueda responder a los grandes fines que la humanidad debe llenar; pero frente a este principio, incorporado al derecho público de todas las naciones, existen otros no menos respetables. (…) Entonces, pues, entre estos dos principios [los derechos de la civilización y el derecho a la vida], se produce el equilibrio, y las naciones civilizadas conquistan los pueblos salvajes introduciendo la civilización por medios pacíficos, y no usando de las armas, sino cuando es absolutamente indispensable para establecer la civilización”.

Añade la voz de “ex alumnos del Colegio” que “cuestionaban duramente lo que Roca y su generación hicieron con las tierras arrebatadas a los ‘salvajes’. Como Alejo Peyret, como Alberto Larroque (padre e hijo), como Francisco Barroetaveña, entre tantos otros. Un amigo de Larroque y Peyret, Alfredo Ebelot, acusa a Roca y sus adláteres de no haber aprendido nada de Alejo Peyret, pese a ser sus alumnos en el Colegio: en el momento decisivo en que les tocó proceder a la repartición de la inmensa extensión de tierra pública conquistada a los indios, nada les pareció más obvio, por egoísmo nato y mediocridad de espíritu, que organizar y consagrar legalmente el fatal régimen de los latifundios”.

Por si faltaban argumentos, el socialista agrega acciones de Roca contra el propio Colegio Histórico del que fue alumno. “En una entrevista reciente el rector de la Universidad de Concepción del Uruguay, Héctor Sauret, recordaba que la provincia de Entre Ríos, durante la presidencia de Roca, ‘fue apartada de la educación superior universitaria cuando Roca cierra las aulas universitarias del Colegio de Urquiza’. En efecto, el dato es poco conocido y mucho menos en el ámbito del propio Colegio, pero fue Julio Argentino Roca –egresado de sus aulas– quien en 1880 decretó el cierre de las carreras universitarias que se dictaban en la institución”.

“Es paradójico que haya sido Roca, egresado del Colegio, quien se ocupara de clausurar esa posibilidad. Se convertía así en el verdugo de su propio lugar de formación. El Colegio no recuperaría carreras universitarias hasta la creación de la Uader, bastante más de un siglo después”, señaló Schvartzman.

Fundamentó así la propuesta de “un grupo de ex estudiantes del Colegio del Uruguay” que opinan que “el busto y el cuadro de Roca deben ser retirados, precisamente porque en el balance de su acción, su legado es incompatible con los valores contemporáneos del Colegio y de la educación argentina”. “Proponemos la idea reparadora que consistiría en quitar su busto de la galería, así como el cuadro del Salón de Actos, y destinarlos al Museo Histórico del Colegio, con la correspondiente leyenda aclaratoria que explique los crímenes de lesa humanidad de Julio Argentino Roca”, presentó la iniciativa el dirigente socialista que reunió alrededor de un centenar de adhesiones que se lista en la nota publicada en El Miércoles.

Fuente: Página Política
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