Por Lucio Amavet (*)
Argentina enfrenta desafíos de magnitud que solo pueden ser resueltos por un líder político con experiencia, capacidad de gestión y decisión para afrontar los problemas. Un candidato que entiende la necesidad histórica de conformar un gobierno de unidad nacional que pueda definir políticas de estado que trasciendan las gestiones. Y no uno que solo promete exterminar al que piensa diferente.
Una victoria de Sergio Massa es la mejor posibilidad que tiene el país para construir los consensos necesarios para llevar adelante las reformas económicas que el país necesita. Estamos ante una formidable oportunidad de terminar de una vez por todas con la grieta, con la grieta política, social, económica y cultural, pero sobre todas las cosas, estamos ante la posibilidad cierta de definir políticas públicas activas para la producción de los próximos 10 años, y dar un salto de calidad en nuestra producción.
Mientras el candidato Javier Milei y su notoria carencia de profesionalismo insiste con expresiones violentas y exabruptos sin retorno sobre los adversarios, el gobierno y hasta el Papa, Massa propone medidas concretas y consistentes para los dientes ámbitos del Estado y la sociedad. Por otra parte, la debilidad conceptual del autodenominado libertario, se hizo patente el mismo domingo electoral, cuando tras los resultados adversos viro brutalmente. Como por un hechizo, la que definió como “montonera asesina de niños” se transformó en una potencial garantía de la seguridad pública. Ahora Milei dice que el partido que definió como de los “inútiles y viejos” es el mejor aliado para cogobernar. Y el adalid anticasta sello una alianza espuria, de muy dudosa consistencia y duración con una parte de la repudiada “casta”.
Massa se presenta como el modernizador de un movimiento político que hace tiempo busca nuevos líderes y de un país que reclama transformaciones razonables, sin saltos al vacío y con eje en el trabajo, la producción y los vínculos de Argentina con el mundo. Todos temas de los que Massa ha demostrado tener una visión acabada e integral.
Massa sabe que la salida es mediante la unidad nacional y la convocatoria a todas las fuerzas populares y democráticas. El hijo de inmigrantes que alcanzó mejores oportunidades por la grandeza nacional y la promoción social generada por el Peronismo, ama a su país, el ethos fundante de la argentinidad. La grieta se debe terminar. Es insostenible y paraliza. Nadie debe exterminar ni aplastar a nadie.
Estamos convencidos que, con un gobierno de unidad nacional (en el que convivan las diferencias) será posible concretar políticas sustentables. Mediante un consenso de mediano y largo plazo, fijando reglas claras para favorecer un desarrollo virtuoso de la economía que sin duda impactará en nuestra provincia. Debatiendo y avanzando en una eliminación gradual de las retenciones, como ya se eliminaron las retenciones a las economías regionales.
Con una administración seria y responsable de la macroeconomía que nos permita robustecer nuestras reservas e ir reduciendo la brecha cambiaria y liberando el cepo cambiario.
Impulsando el aumento de la producción, pero sobre todo profundizar el agregado valor en origen, de todas nuestras cadenas de valor, es cómo vamos a ir aumentando el valor promedio de nuestras exportaciones y proveer de mano de obra el mundo.
Un presidente que cree en la industria nacional y que tiene un proyecto que consolidará la agroindustria entrerriana a través de la incorporación constante de ciencia, tecnología e innovación al servicio de la producción con una fuerte alianza con la universidades públicas y el INTA.
Massa apuesta firmemente a la obra pública indispensable para llevar adelante un plan de inversión pública para el desarrollo de infraestructura al servicio de la producción. Esa infraestructura productiva tiene que apuntalar la Logística, la conectividad y los Mercados regionales e internacionales; planteamos el Desarrollo Rural con Arraigo reivindicando la importancia del sector Cooperativo y todos los sectores que fortalezcan la organización.
En definitiva, hay dos modelos muy claros en disputa. El que plantea Sergio Massa con un país ordenado, que dé previsibilidad al sector privado, que proyecte un sector productivo cada vez más industrializado, que invierte recursos en desarrollar la ruralidad con puertos, ferrocarriles, caminos y conectividad, que sostenga y defienda la política exterior con nuestros socios comerciales y que diagrame un sistema financiero donde haya créditos con tasas productivas para los distintos estratos de productores.
En cambio, MiIei, propone cortar relaciones con nuestros principales socios comerciales. Qué sería de la vida de nuestra cadena avícola o de nuestra producción de granos o del mercado que mayor tracción hace a nuestra ganadería bovina entrerriana como lo es china. Un candidato libertario que en función de reducir el déficit suspendería todos los programas y líneas de financiamiento nacional e internacional que gestionan las provincias para desarrollar las cadenas productivas. Por supuesto que tendremos tarifas dolarizadas como ya sucedió con el gobierno de Mauricio Macri, lo cual dolariza más del 70% de los costos de producción de nuestros productores.
Sin dejar de mencionar que la economía de nuestro país se mueve por el empuje del mercado interno y cómo afectaría la dolarización en la pérdida estrepitosa del poder adquisitivo del salario que traicionaría a la baja la demanda de los alimentos y el deterioro en el precio de los alimentos que nuestros productores entrerrianos producen.
Por todo ello considero que es central apostar por un candidato que comprenda y entienda cuáles son las medidas que hay que tomar para ir a un país con más educación, más producción y más trabajo mejorando la distribución del ingreso.
(*) Secretario de Agricultura y Ganadería de Entre Ríos.
Fuente: Página Política
