Todo es consecuencia de la pandemia, que en 2020 obligó a postergar la renovación de la conducción partidaria de la UCR para 2021. Los radicales entrerrianos venían eligiendo a sus autoridades partidarias en los años pares, los años no electorales. Eso era una ventaja porque evitaba que el proceso partidario se mezclara y distorsionara con el proceso de selección de candidatos para las PASO y las generales. Pero, debido a las restricciones que imponía la pandemia, los radicales volvieron en 2021 a votar en años impares.
La actual conducción radical, que con Jorge Monge a la cabeza asumió en mayo de 2021 (con fecha de internas el 18 de abril de ese año), tiene mandato hasta mayo de 2023. Así se lo confirmó la Justicia Electoral luego de una consulta de las autoridades partidarias para despejar las dudas que algunas dirigentes planteaban respecto a la duración del mandato de las actuales autoridades: sostenían que los dos años de la presidencia de Monge debían contarse a partir de la finalización del mandato anterior, a cargo de Leandro Arribalzaga, en noviembre de 2020.
El problema está en que el proceso de renovación de autoridades en la UCR se podría superponer con el de las elecciones provinciales, si es que el gobernador Gustavo Bordet decide desdoblar los comicios en Entre Ríos.
Se presume que Bordet podría convocar a elecciones provinciales para el mes de junio de 2023, lo que implica PASO en abril y cierre de listas en febrero. Estamos hablando de una elección general en la que se renueva gobernador, senadores, diputados, intendentes y concejales. Y de una elección partidaria en la que se eligen a los miembros del Comité Provincial, de los comités departamentales y de ciudad y del Congreso partidario.
Es fácil advertir la complicación que supone llevar adelante un proceso de renovación de conducción partidaria prácticamente en simultáneo con las elecciones provinciales: si los mandatos vencen en mayo, la interna radical sería en abril, el mismo mes de las PASO.
Si, en cambio, Bordet no desdobla y las elecciones provinciales de 2023 se desarrollan en simultáneo con las nacionales en el mes de octubre, la interna partidaria de la UCR tendría más posibilidades de llevarse adelante. Estaría dentro del año electoral, habría interferencia de un proceso con el otro, pero no superposición.
Pero la mayoría de la dirigencia entrerriana apuesta a que Bordet desdoblará. Y que esperará para tomar la decisión todo lo que pueda, a fin de evaluar el escenario más favorable. Tiene tiempo hasta fin de año.
Las dos opciones
En cualquier caso, renovar sus autoridades en años impares es una complicación para la UCR de Entre Ríos donde, a diferencia de lo que ocurre en otras fuerzas políticas de la provincia, el control del partido siempre fue importante para resolver quién o qué grupo manda entre los radicales. Los procesos internos, así como los congresos partidarios, han sido instancias clave para definir poder.
Para volver a votar en los años pares, los radicales tienen dos opciones: que renuncien todos los miembros del Comité Provincial y de los comités departamentales y locales y se convoque a elecciones en octubre de 2022; o que se prorroguen los actuales mandatos hasta 2024.
La segunda opción parece ser la más viable. Y sería la única si se espera a fin de año para saber si Bordet desdobla.
Como antes
Desde 1983, en Argentina se ha votado cada dos años. Los años impares han sido los electorales. Dentro de ese proceso de reapertura democrática, la primera elección de autoridades partidarias en la UCR de Entre Ríos fue también en 1983. Como los mandatos partidarios duran dos años, en la siguiente década los radicales renovaron su conducción en años impares. Años de elecciones generales.
Eso fue así hasta 1994, cuando la UCR de Entre Ríos fue intervenida nacionalmente, en virtud de la oposición del caudillo Sergio Montiel al Pacto de Olivos que firmara el ex presidente Raúl Alfonsín con el entonces presidente Carlos Menem para declarar la necesidad de la reforma de la Constitución Nacional. Esa anomalía hizo que se alterara el calendario de renovación de autoridades y, con la normalización partidaria, las elecciones internas pasaran a los años pares.
De este modo, la discusión por la conducción del partido se ha dado en las últimas dos décadas en los años no electorales. Hasta que la pandemia corrió el calendario a los impares.
Fuente: Página Política