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Legislatura provincial

El día que el debate volvió a Diputados

Por primera vez en el modo de sesión virtual que impuso la cuarentena, los diputados protagonizaron un debate sobre un tema de fondo: el rol del Estado y cómo financiar la emergencia que produce la pandemia.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

El disparador fue un proyecto por el que la Cámara de Diputados de Entre Ríos declara su apoyo y adhesión a una iniciativa que el peronismo todavía no formalizó en el Congreso de la Nación, para establecer un impuesto único y extraordinario a las grandes fortunas del país, con el propósito de hacer frente a la crisis sanitaria y económica causada por el Covid 19.

En la defensa del su proyecto, el diputado Néstor Loggio resaltó que el gravamen que se impulsa en el Congreso es por única vez, coparticipable a las provincias y alcanza sólo a las grandes fortunas.
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El legislador oficialista recordó que el Estado nacional se puede financiar con emisión monetaria, con toma de deuda o con impuestos. Y marcó que cada una de estas políticas tienen que ver con el posicionamiento político-ideológico del gobierno de turno. “Las escuelas neoliberales van a decir que la emisión monetaria trae inevitablemente el aumento de la inflación, y sin embargo la historia reciente argentina demuestra que se secó la plaza, no se emitió, se hizo un gran endeudamiento y sin embargo tuvimos alta inflación”, cotejó.

Loggio hizo notar que la formulación de impuestos en los distintos países del mundo tiene características diferentes. En Argentina, el 77% de los ingresos del Estado nacional tienen que ver con impuestos. El más importante es el IVA y el segundo, el impuesto a las ganancias, dentro del cual, “los que más aportan son los asalariados y no las grandes fortunas”, destacó.

“En Argentina los impuestos representan el 30% del Producto Bruto y vamos a escuchar de sectores neoliberales que nos van a decir que la imposición fiscal en Argentina es muy alta y que por eso somos un país inviable. En Francia, los impuestos representan el 40% del producto; en los países nórdicos el 45%. A veces se nos dice: estoy de acuerdo con que se paguen más impuestos, pero si tenemos mejores servicios. Pretenden tener servicios de países nórdicos pero pagando impuesto como en Zimbabue”, cuestionó el dirigente del Frente Grande.

“Tenemos que hacer impuestos cada vez más progresivos y las herramientas que tiene el Estado para financiar no son infinitas. Hoy se está emitiendo para ayudar a pagar salarios de trabajadores con el IFE, pero necesitamos que aquellos que más han construido riquezas en este país aporten más para poder financiar los gastos de la pandemia y que este ingreso sea coparticipable”, cerró Loggio.

Objeciones PRO

Todo pudo haber quedado ahí. Y, como mayoritariamente ha venido ocurriendo desde que las sesiones son remotas, pasar a votación sin más vueltas. Después de todo, se trataba sólo de un proyecto de declaración que en nada modificaban de modo directo la vida de los entrerrianos. Pero se metió la política; se metieron las discusiones que por estos días enfrentan a peronistas y cambiemitas en todo el país. Volvió la política a un recinto donde la mayoría de los diputados estaban presentes de modo virtual.
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La diputada de PRO, Ayelén Acosta fue la que arrojó la primera piedra. Dijo estar en contra de “aumentos de impuestos” durante la pandemia. Y señaló lo que a su juicio fue una doble contradicción: “Vamos en contra de lo que hace el mundo entero” y hasta los propios diputados entrerrianos que en esa misma sesión aprobaron “la disminución de impuestos para distintos sectores en la provincia”.

“No estamos de acuerdo con quitarle capital o capacidad a nadie, y mucho menos a empresas que, tal vez, en algunos casos ayuden a otras pymes o productores o puedan dar empleo”, acotó.

Para Acosta, la movida que impulsaba Loggio “muestra realmente hacia dónde quieren ir. Vicentín, aumento de impuestos a las riquezas, Latam. Es un plan sistemático de meterse en el capital privado”, interpretó.

La legisladora planteó una alternativa de financiamiento para la emergencia. Propuso que la Cámara de Diputados de Entre Ríos pida “que se traten leyes como la extinción de dominio. Ahí está la falta de inversión en la salud, educación y seguridad. Nos gustaría que se devuelva todo lo robado para hacer esas inversiones”.
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En la misma línea, Nicolás Mattiauda se opuso a que “promovamos que el gobierno nacional ponga impuestos a nuestras empresas y a nuestros ciudadanos” y lo consideró una “persecución” contra esas empresas.

El diputado de PRO dijo además que el proyecto ponía al gobernador Gustavo Bordet “en una situación de mendigo” para que se coparticipe ese impuesto extraordinario.

Se mostró preocupado por una “definición filosófica” del proyecto, según la cual para un gasto público importante se requiere un alto nivel de recaudación. “Nosotros estamos pensando en un país en donde la disminución de impuestos genere las condiciones para que las empresas se puedan reactivar”, se diferenció.

También puso el acento en la “calidad de empleo que queremos promover”, que sólo pueden proporcionar “empresas fuertes con alta capacidad de inversión”. Subrayó que el Estado “muchas veces da trabajo, pero no genera riqueza. Si no hay riqueza no hay ahorro y si no hay ahorro no hay inversión”

Coincidió en la necesidad de una reforma impositiva progresiva, como la que planteó Loggio. Pero observó que nunca se implementa una reducción de impuestos a los que menos tienen. Reparó en que no se pudo sostener en el tiempo la quita del IVA en alimentos. Y lo explicó en la necesidad recaudatoria del Estado para sostener su “gasto desmesurado”, tanto en la Nación como en la Provincia.

Defensa kirchnerista

Tras las críticas macristas, el kirchnerista Julio Solanas contestó en un tono que evitó la confrontación, aunque no dejó de señalar que Cambiemos viene de perder las elecciones luego de cuatro años de “evasión fiscal, paraísos fiscales, desdeñamiento de las pymes”.
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Ese tono le sirvió para tachar de “epíteto” a la afirmación de Acosta sobre el “robo” de cierta dirigencia kirchnerista. “Son apreciaciones que no sirven para ponernos de acuerdo”, le respondió Solanas.

El diputado de Paraná puso el acento en que el impuesto que se pedía apoyar es por única vez y alcanza sólo a personas que tienen más de 3 millones de dólares, lo que implica el 1,1% del total de los contribuyentes y el 0,08% de la población económicamente activa. “No es verdad que se está atacando a las empresas”, subrayó.

En relación con la expropiación a Vicentín, Solanas resumió su posición en una frase: “Me da la sensación que los amigos de la oposición quieren proteger al dueño, a Vicentín. El proyecto de Fernández (no aclaró cuál de los dos) quiere defender a la empresa estratégica, a sus trabajadores y a los productores que reclaman que la empresa no les pagó”.
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Más tarde, Juan Huss le dijo a Acosta que el proyecto de extinción de dominio fue rechazado porque “violaba el principio de inocencia” cuando no hay sentencia firme.

“Claramente estamos discutiendo el rol del Estado en este debate. Algunos creen que el Estado tiene que ser eficiente, otros que sostenemos que tiene que ser eficaz”, diferenció el dirigente de La Cámpora.

Recordó que muchos países del primer mundo “que tanto admiran” en Cambiemos, están discutiendo impuestos extraordinarios a las riquezas. “Parece que no quieren defender el interés nacional, sino algunos intereses particulares”, sintetizó Huss.

La mirada radical

En auxilio de Acosta llegó Eduardo Solari. El diputado radical fue breve y concreto. “En las elecciones no se puso a consideración los fallos firmes de la Justicia”, diferenció.

“Una de las formas de recaudar plata muy rápidamente es aplicando el decreto de extinción de dominio para que se devuelva lo robado en los casos de sentencia firme, que los hay y muchos y no se ha aplicado este decreto, como en los casos de Boudou, Milagro Salas, Jaime, López, etc. Son sentencia firme de la Justicia Argentina”, remarcó.

No se extendió más porque advirtió que “estamos tratando un apoyo a una ley que no está presentada en el Congreso de la Nación, un proyecto que no existe”.
Cusinato
Algo similar dijo luego Gustavo Cusinato. Aunque, a diferencia de sus pares en Cambiemos, dejó abierta su posición en el debate de fondo. “No me puedo oponer ni apoyar algo que no sabemos de qué se trata y cuando de esta crisis no sabemos de qué manera vamos a tener que salir a recomponer la economía y la cuestión social”, dijo.

El jefe del interbloque de Cambiemos le dio un enfoque más político a su intervención. Tras recordar que las últimas elecciones en Entre Ríos (las nacionales de octubre, no las provinciales de junio de 2019) fueron ganadas por Cambiemos, Cusinato planteó que en el debate que desató la iniciativa de Loggio no se debía analizar sólo la fotografía, sino que había que ver toda la película.

Recordó que “los que hoy son oficialistas se subieron al Tren de la Esperanza, marcharon hacia la derecha cantando la marcha peronista, privatizando todo en el país: Entel, YPF, creando las AFJP. Ese proceso tuvo su correlato también en la provincia: vendieron la empresa de energía, vendieron el Banco de Entre Ríos, terminaron con el Banco Municipal y aplaudieron todas las políticas de (Carlos) Menem durante ese gobierno”.

“Después subieron a otro tren, un tren bala porque fue bastante más rápido, y pasaron a la izquierda, estatizando las misma empresas y hasta los mismos que habían fundamentado en un sentido, lo hicieron en otro”, completó su metáfora ferroviaria.

“Uno puede tener las mejores intenciones, pero si la administración cae en manos de corruptos o ineficientes, todo aquello que uno quería defender termina siendo caótico y lo paga el pueblo argentino. Como radical, a lo largo de la historia hemos sido defensores del Estado. Nos opusimos a las privatizaciones, hicimos marchas y reuniones por las AFJP y luego voté por su disolución. Cada uno tiene sus antecedentes”, dijo Cusinato.

El presidente de la bancada de la UCR puso de relieve que se estaba evaluando “un proyecto nacional que no existe, con fundamentaciones de un partido que ha tenido distintas posturas a lo largo de la historia”. Por eso propuso esperar a que llegue el proyecto y “ver de qué se trata, a quién incumbe y si es o no necesario en esta crisis”.

Desde el bloque oficial vino luego una breve respuesta. El presidente de la bancada, Reynaldo Navarro dijo que en el peronismo “nos hacemos cargo de toda la historia”. Y acotó: “Me imagino lo que pensarán hoy la mayoría de los radicales al ver la alianza con un partido como el PRO, que nada tiene que ver con sus ideas”.

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