Rogelio Frigerio se ha propuesto sumar peronismo a Cambiemos. Entiende que es indispensable para acceder al poder en 2023 y, sobre todo, para gobernar la provincia con una base de sustentación más amplia. Con ese norte es que dio sus primeros pasos de campaña como precandidato a diputado nacional, desde el mes de febrero.
Frigerio quiere sumar peronismo. Candidatos peronistas pero, sobre todo, voto peronista.
Para eso le vendrían muy bien dos cosas: 1) Que la lista de candidatos a diputados nacionales del Frente de Todos tenga un marcado sesgo cristinista y 2) Que no se presente una tercera alternativa peronista no kirchnerista.
En el primer caso, el escenario que dejaron las últimas elecciones de legisladores nacionales en Entre Ríos lo favorece. En octubre de 2019, el peronismo perdió con las listas de legisladores encabezadas por candidatos que respondían al gobernador Gustavo Bordet: Edgardo Kueider para el Senado y Marcelo Casaretto para diputados. Cristina llevó los segundos lugares de ambas listas: Stefanía Cora para el Senado y Blanca Osuna para diputados. Cora quedó afuera con la inesperada derrota de un peronismo unido que había logrado la reelección de Bordet con el 57% de los votos apenas cuatro meses antes.
En esas elecciones no ganó Mauricio Macri. Nadie lo premió por el fracaso de su gobierno. Perdió Cristina. La movida de Juntos por el Cambio logró en octubre de 2019 revertir la derrota de las PASO de agosto con un discurso que estimuló el rechazo al “regreso de Cristina”. Entre Ríos confirmó su perfil antikirchnerista.
Se presume que este año Cristina va a reclamar su turno de encabezar las listas en Entre Ríos, después de haber cedido ese lugar a Bordet en 2019.
Hace dos años, los lugares expectantes eran cuatro: dos senadores y dos diputados. Si se perdía, tres: un senador y dos diputados. En 2021 se vota sólo diputados y los lugares expectantes son los tres primeros. Si se pierde, dos.
Hace dos años, la derrota del peronismo en Entre Ríos dejó afuera a una candidata de Cristina. Se presume que ahora reclamará los dos primeros lugares, los seguros. Sería además una forma de obligar a Bordet –con su candidato en el tercer lugar– a militar la lista para ganar, algo que en el kirchnerismo aseguran que no hizo en octubre 2019, cuando ya tenía asegurada su reelección desde junio.
Si la lista del Frente de Todos mostrara un perfil cristinista radicalizado, aumentarían las chances de Frigerio para cosechar apoyos de peronistas desencantados, que votaron en 2019 a los moderados Bordet y Alberto Fernández. Con la cristinización de Alberto, en el equipo de campaña de Frigerio preferirían que la elección se nacionalice; que no se plebiscite a Bordet. Ven que el Gobernador cayó en imagen, pero lo reconocen como un competidor por el voto moderado.
Contención
En la oposición quieren evitar que haya una tercera alternativa electoral peronista. Es que una opción peronista no kirchnerista no sólo le restaría votos al Frente de Todos, sino también a JxC. Al menos limitaría su crecimiento; estaría compitiendo por el voto peronista no kirchnerista de Entre Ríos con el que Frigerio pretende ampliar su base de sustentación.
Por eso las conversaciones de estos días apuntan a la contención. Siempre con la zanahoria de 2023, ya que en 2021 son muy pocos los cargos para compartir. Frigerio busca el acuerdo para este año. Pero si no es posible, quiere que se juegue todo en una gran PASO de JxC, con los peronistas (habló de esto con Florencio Randazzo y con Miguel Pichetto), pero también con los socialistas y con los liberales de Ricardo López Murphy.
Macri también ayuda
Si quiere ampliar Cambiemos y ser un candidato con otro perfil (su discurso habla de un “gobierno de los mejores” y no de determinado partido político, para llevar adelante un proyecto de “transformación” de Entre Ríos), Frigerio va a tener que explicar que no quiere volver a 2019, cuando le puso el hombro a la campaña para la reelección de Macri.
De alguna manera, va a tener que explicar que no es responsable del fracaso del gobierno anterior, a pesar de haber sido ministro del Interior durante los cuatro años de la gestión.
Lo ayuda que Macri no lo quiera. Que haya llegado a culpar a ala política de la suerte de su gobierno. Y también que Elisa Carrió lo acuse de haber favorecido al peronismo desde el Ministerio del Interior. Al votante peronista, Frigerio le podría terminar cayendo bien por sus enemigos internos.
El socio de Emilio Monzó exhibiría, entonces, un perfil alejado de aquel gobierno de CEOs, más cercano a las tradiciones políticas nacionales, que lo vuelven aceptable también para la UCR. Menos derecha y más centro. Menos confrontación y más diálogo.
Fuente: Página Política