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Nueva conducción

El PJ optó por un perfil opositor más duro

Para la renovación por lista única de la conducción del PJ entrerriano se priorizó el perfil de Cáceres, más libre de compromisos que un intendente y con más manejo territorial que Casaretto. Bordet, en su recién estrenada versión confrontativa, jugó un papel central en la definición. Se evitó la mala imagen de una interna débil. Las críticas de Frigerio contribuyeron a la unificación.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

Para el proceso electoral de renovación de autoridades del PJ de Entre Ríos se registraron un total de 5 mil nuevas afiliaciones. Un número muy importante para un partido aletargado por 20 años consecutivos de estar en el gobierno.

La gran mayoría de esas nuevas afiliaciones estaban en manos del sector oficialista, que tenía detrás a figuras como el ex gobernador Gustavo Bordet y los intendentes Rosario Romero (Paraná), Eduardo Laurito (Concepción del Uruguay), entre los dirigentes con más historia; Adrián Fuertes (Villaguay) como generación intermedia; o Gustavo Bastián (San José) como recambio generacional.

Afirman que al menos 4 mil de las nuevas afiliaciones jugaban para este grupo. Y que el sector que se le paraba enfrente, encabezado por el intendente de Santa Elena, Daniel Rossi no reunía más de mil. En una elección como la que se perfilaba en el PJ, con una participación mínima, quien manejara las nuevas afiliaciones tenía las de ganar. Los nuevos afiliados son los más movilizados para ir a votar.

Ese desnivel fue clave para persuadir a Rossi de dar un paso al costado. Uno de los más duros de convencer fue quizá su principal apoyo, el jefe de UPCN José Allende, que recién a última hora del sábado aceptó que ir a una confrontación en este contexto sólo acarrearía pérdidas, para su sector y para el peronismo en su conjunto. Bordet  fue quien terminó de convencerlo: el PJ, que es la fuerza política con más afiliados de  Entre Ríos, daría la imagen de un partido débil, luego de que el gobernador Rogelio Frigerio decidiera definirlos como enemigo en su duro discurso ante la Asamblea Legislativa.

Afirman que la dureza del discurso del jueves contribuyó a amalgamar los acuerdos en el principal partido de la oposición, algo que no había sido posible de alcanzar los días previos en tres reuniones muy importantes, desarrolladas en Villaguay, Maciá y Federación, donde después de muchos años la dirigencia de la primera línea del peronismo entrerriano se dijo las cosas en la cara.

 

Rol opositor

Por fuera de las peleas más chicas, uno de los ejes conceptuales que se debatió fue el rol opositor que debería retomar el partido y las limitaciones con las que se topaba un intendente a la hora de criticar al gobernador con el que luego debería sentarse a negociar fondos para su ciudad.

Por una razón de reconocimiento a los votos obtenidos en las elecciones, los primeros nombres que se echaron a rodar fueron de  intendentes: Lauritto, Romero, Fuertes, Bastián y, claro, también Rossi.

En esa lógica, dentro del oficialismo creció el nombre del ex diputado Marcelo Casaretto, que además de no tener ningún cargo había sido uno de los pocos críticos a Frigerio dentro del peronismo.

Pero finalmente se impuso Cáceres, que también había sido muy crítico de Frigerio, pero con un par de ventajas sobre Casaretto: su territorialidad y su probado compromiso con la vida partidaria. De hecho, afirman que unas 1.500 fichas nuevas de afiliación habían sido reunidas durante el verano por la agrupación de Cáceres que, aseguran, se quedó con ganas de dar la interna para demostrar esa superioridad. De cualquier modo, ganar una interna de pocos votos hubiera sido una pírrica victoria.

En el debate por el rol opositor, hubo quienes afirmaron que Rossi y Allende querían tener el control del partido para cerrar en mejores términos sus acuerdos con Frigerio. La foto del gobernador en la sede de UPCN fue todo un símbolo en este sentido.

Y Rossi ya tenía la suya con Frigerio de un par de años atrás, cuando el jefe del PRO caminaba la provincia para convertirse en diputado nacional.

En el caso de estos dos dirigentes, junto a los intereses políticos juegan también las causas en su contra que tramitan en una justicia siempre permeable al poder político.

Pero también a Rosario Romero se la ubica dentro de los referentes de muy buen vínculo con Frigerio. De hecho, en algún momento de las negociaciones temió que Cáceres y su vuelo político propio, pudiera complicarle las relaciones con el gobernador. Finalmente, Bordet la convenció de lo contrario: Cáceres sabe llamarse a silencio si es necesario.

La situación de Romero es delicada. Tiene el mandato electoral de continuar una gestión como la de Adán Bahl, caracterizada por haber conseguido muchas obras para la ciudad, gracias a sus buenas gestiones ante un gobierno nacional del mismo signo político. Hoy eso no estaría pasando y Frigerio al lado de Milei, es casi un compañero.

Romero, junto con Bordet, terminó definiendo los nombres del oficialismo para la lista de unidad, tomando en cuenta, claro, la opinión de Cáceres.

 

Otros sectores

En este proceso, Bahl no jugó un rol preponderante. En todo caso, el último candidato a gobernador del peronismo no obstruyó las jugadas que salían de su sector, el oficialista.

En el acuerdo fue clave también la disposición de Enrique Cresto para declinar su apoyo a Rossi, gesto que le valió que su hermana Mayda esté en los primeros lugares de la lista de unidad, después de Carina Domínguez, la segunda de Allende en UPCN.

La nómina, que hasta este lunes al mediodía no se había publicado porque no estaba del todo cerrada, se armó intercalando candidatos, con los números impares para el oficialismo y los pares para el sector que impulsaba a Rossi.

Tras 20 años en el poder, el PJ volverá a parecerse a un partido político. En la conducción hay sectores que quedaron muy disminuidos en su representación, como el del urribarrismo residual.

En la departamental Paraná, Sergio Paz declinó su postulación y, por decisión de la intendenta Romero, el partido quedará al mando de Jorge “Kinoto” Vázquez, que originalmente había sido impulsado por dos kirchneristras históricos: Blanca Osuna y Julio Solanas. Ninguno de los dos tienen presencia en la lista para el Consejo Provincial. El cristinismo está representado por el diputado de La Cámpora, Tomás Ledesma.

 

Fuente: Página Política
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