
Jorge Barreto (*)
Preocupa mucho la imagen “camaleónica” que intenta dar Frigerio, encarando plenamente una campaña proselitista en el peor momento de la pandemia. Preocupa por un lado, porque todas y todos estamos trabajando en menguar la devastación de esta pandemia que llegó luego de la pandemia macrista, de la que él mismo formó parte, pero también porque entre el 2015 y el 2019, su lenguaje, sus decisiones, sus acciones apuntaban a las grandes corporaciones, a las clases altas, pero ahora, necesita mimetizarse, hacer como el camaleón, y llegar con un lenguaje más asociado a lo popular, incluyendo conceptos como militancia, democracia fortalecida, convicciones. Todos estos, porque la gente repudia profundamente a quienes los hicieron sufrir.
Llama poderosamente la atención que su proclama a fortalecer la oposición. ¿De qué oposición está hablando? Cuando ellos fueron gobierno, no les interesó en ningún momento el “consenso” con la Legislatura. Lo único que hicieron fue imponer el endeudamiento, destruir el salario y aniquilar las instituciones. Una mayoría de JxC en la legislatura hoy, significaría trasladar el “anti todo” a las decisiones que hoy el gobierno nacional necesita tomar para poner de pie a la Argentina, y con esto no desmerezco el rol de la oposición que es tan necesario, pero el debate debe plasmarse sobre argumentos sólidos.
Llegar luego de esconderse por dos años para criticar el deterioro del entramado social que ellos mismos se encargaron de destruir, pasando de un 9 a un 55% de pibes sumidos en la pobreza en el año 2019, es de un cinismo inusitado. Cuando los pibes, los jubilados buscaban comida en Buenos Aires, su propio gobierno se encargaba de gasearlos y dispararles con balas de goma.
Me llama la atención que hable de un sentido común que no primó en el momento en que les tocó ser gobierno. Llegar para criticar el Estado, luego de haberlo destruido y, en el caso de su función haber tenido una quasi nula gestión para con los municipios, obligándolos en muchos casos a endeudarse en dólares para sostenerse, favoreciendo a la vez la bicicleta fiscal que facilitó la fuga de divisas, no puede quedar en el olvido de los entrerrianos y entrerrianas.
Cientos de pequeños y medianos prestadores de servicios y productores entrerrianos, debieron arrendar sus campos y vender sus maquinarias por no poder competir con las grandes multinacionales que depreciaban el valor de su trabajo y de sus granos, liquidándolos en el exterior y fugando hasta sus obligaciones.
Si miramos hoy día, a estos productores, quienes de a poco se van recuperando, con una campaña récord gracias al sostenimiento de las tarifas de servicios y del precio de los combustibles (no olvidemos que los aumentos de combustible en la época de la Alianza Cambiemos significó un promedio del 250% anual), es lógico pensar que ni siquiera los sectores que en algún momento los votaron engañados por el macrismo, vayan a querer volver a elegir a quienes les hicieron perder todo.
Hoy necesitamos levantarnos, necesitamos ponernos de pie con una legislatura que acompañe las decisiones de gobierno pero que sobre todo, contemple las necesidades del pueblo. Es hasta ilógico pensar que quienes trajeron el hambre, la pobreza y la destrucción social y económica tengan intenciones de que la gente pueda recuperarse, a menos que hagan como el Camaleón, que “cambia de colores según la ocasión”.
(*) Diputado nacional período 2013-2017.
Fuente: Página Política