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Entrevista

Jaroslavsky: “Nos pagan para hablar y no hablamos”

La diputada preferiría una Legislatura con más debate, más discusiones, más caja de resonancia. En entrevista con Página Política, habló de la dinámica de la Cámara baja, de la coalición de JxER, de la vigencia de la paridad integral. Otros temas: Frigerio, Alberto Fernández, la UCR en el presente, el vínculo con halcones y palomas.
Luz Alcain
Por: Luz Alcain
@luzalcain

Gracia Jaroslavsky no desaprovecha su banca en el recinto de la Cámara baja. Es una de las voces más escuchadas en sesión y tiene la particularidad de plantear su posición sin mucho filtro, sin demasiados cuidados en lo que su palabra pueda suscitar en terreno propio y ajeno.

Por eso reclama más debates en la Legislatura, más visibilidad de lo que se discute, le gustaría que el recinto sea “caja de resonancia” como tantas veces se dice, de lo que preocupa a la sociedad.

Está entre las y los radicales que apoyan a Rogelio Frigerio en su proyecto provincial. Y explica por qué. Le gustaría un protagonismo de Martín Lousteau para la renovación presidencial del 2023 pero argumenta por qué deben dejarse de lado las posturas que antepongan los partidos a la coalición de Juntos por el Cambio.

Como dirigente mujer de su partido, fue protagonista en el debate de la paridad integral y desde allí evalúa el “andar” de la norma de cara al armado de listas para el 2023. Es de la idea que la ley es un avance en un proceso político y social más largo.

 

Oposición, 2023

–En la interna de JxC consideraste que el radicalismo tenía que acompañar a Frigerio porque tenía más posibilidades de disputar el poder. Con el correr del tiempo, de las elecciones, la campaña, ahora que conocés más a Frigerio ¿esa foto cambió? ¿Tiene condimentos nuevos?
–No lo conozco. Lo conozco bastante poco. Lo nuevo es que estoy viendo con mucho más fortaleza lo que son las alianzas, lo que es ser parte de un grupo en el que convergen diferentes pensamientos y donde todos esos pensamientos tienen que forjarse juntos para plantear un proyecto de gobierno.

–De todos modos, eso es una novedad. No pasó antes, en los tiempos de Mauricio Macri.
–Por supuesto. Macri fue Macri.

–Es sólo un proceso habilitado después de su derrota, en 2019.
–Claro. El gobierno de Macri fue de Macri, no de una coalición. Macri hizo cosas, algunas me gustaron, otras me parecieron un espanto. Hay cosas que me siguen pareciendo un espanto, que vas a hacer. Hay que encontrar un común denominador, hablar idiomas diferentes pero con la misma base para entenderse. Yo no me podría entender con un (Javier) Milei por ejemplo.

–Gerardo Morales ya lo descartó como aliado. ¿Vos también?
–Es que es más que eso. No lo puedo entender. Lo escucho y me parece que tiene una forma, una carga de violencia, conceptos tan arraigados de antipolítica. Lo veo por televisión, sólo desde ese lugar, y no lo votaría ni mamada. A lo mejor es una pose. A veces la política es un poco así. Como Menem que venía con las patillas y el caballo y nada que ver. A lo que iba, las coaliciones si uno logra comunes denominadores, si uno tiene una visión de gobierno, la respuesta a la pregunta quién lo lleva adelante es el que tiene más votos. Si no, no ganamos. Si es socialista, del PRO, o de Montoto Flores, y bueno, que va a ser. No pido que el que lleve el estandarte sea de mi partido. Sí quiero que mi partido discuta, defina el gobierno. Quiero gobernar de la manera que siento que la política puede transformar la vida de la gente, pero a mí no me van a votar. Y si hay uno al que lo votan, “bueno mijo, vaya”. Y parece que es Frigerio. Yo lo he acompañado en campañas y es increíble. A la gente le gusta, se acerca, lo saluda, lo conversa, se saca fotos. Yo tenía una gigantografía de él en la puerta de mi casa y la gente se paraba delante para hacer una selfie. “Acá pasa algo”, digo. Y eso no lo podés desconocer.

–La interna que dieron Pedro Galimberti y Darío Schneider, de todos modos, potenció la propuesta para la general, incluyendo en la lista a un radical conocido, expresidente del Comité provincial, intendente.
–Absolutamente. La interna fue fantástica, creo en las PASO y me parece bien que se presenten todos los que quieran presentarse. Ahora, yo quiero ganar. Voy a trabajar con el que las encuestas indiquen que es la opción más potente. Tendremos que construir una visión de estado y gobernaremos juntos. Lo importante es que sea un gobierno de coalición.

–Sería una novedad un gobierno de coalición en la Argentina, después del modo en que funcionó con Macri. Aunque está también el caso de la Alianza y el gobierno de Fernando De la Rúa.
–Ahí tampoco fue una coalición en el gobierno. Porque el Frepaso era un grupo absolutamente minoritario, con una idealización de cuestiones claves. Era más testimonial y sin una estructura sólida en todo el país. Ese gobierno fue de De la Rúa. Y De la Rúa hizo lo que hizo. Y al radicalismo no le gustó y miró para otro lado. Esa es la realidad.

–En este nuevo escenario, ¿ves dirigentes nacionales del radicalismo que aparezcan como posibles candidatos? La precandidatura de Ernesto Sanz en 2015 no implicó ningún escollo en el camino de Macri a la Rosada.
–Mira. A mí Horacio Rodríguez Larreta me parece un tipo mesurado, pero los otros días lo vi en un acto del PRO y dijo lo mismo que dicen los radicales y es el primer gran error. “El próximo presidente tiene que ser del PRO”, dijo Larreta. El próximo presidente no tiene que ser del PRO, ni radical ni un carajo. Tiene que ser el mejor candidato que tengamos dentro de la coalición, si no no estamos entendiendo la lógica de las coaliciones. Nos aferramos a estructuras partidarias. A mí me gusta mucho (Martín) Lousteau, lo que piensa, la forma de comunicar, un tipo muy claro, define situaciones con contundencia, no tiene grises, se muestra, lo podes ver, pero así como te digo que me gusta, le falta. Creo que no va a ser el momento de él. (Facundo) Manes también tiene muchísimo carisma, atrapa, es interesante pero le falta formación política. Habrá que ver en su momento.

–Si de encontrar aliados se trata ¿halcones o palomas?
–Yo soy un poco medio de los dos. A veces me enojo, soy mala. Pero mi esencia es consensuar, hablar y llegar a un acuerdo. Te diría que sintonizo más con las palomas. ¿Sabes cómo nos dicen a los radicales? Teros, nos dicen. Cacareamos en un lado y ponemos los huevos en el otro.

–Se supone que entre halcones y palomas, en el PRO, hay divergencias políticas ¿O sólo son modos?
–Hay diferencias. Si tengo que elegir entre (Patricia) Bullrich y Rodríguez Larreta, me quedo con Rodríguez Larreta. Es que todo lo que se manifiesta como más de derecha, no quiero decir de derecha, pero lo que se manifiesta como más autoritario, yo le saco el cuerpo. No me siento cómoda. Advierto sin embargo que la sociedad está buscando fortaleza, seguridad, orden, mando. Probablemente los personajes como Bullrich aparezcan más adecuados a la hora.

–¿Cómo ves al radicalismo de Entre Ríos en esta etapa? ¿Cómo se plasma esta idea del Comité provincial de elaborar una propuesta de gobierno?
–El partido está muchísimo más activo. El Plan Estratégico de Desarrollo para la Provincia se sigue trabajando. Hubo una reunión lindísima en Paraná, un día de lluvia, se venía el mundo abajo y éramos casi 400 personas. Muchas mujeres. Hubo encuentros preparatorios del próximo regional del Plan Estratégico. Muchas mujeres. Todo eso consolida, junta, genera affectio societatis y al partido le hace bien. El partido va a encontrar la posibilidad de poner todo lo que nosotros somos, nuestra ética y moral en la concepción del Estado. Vamos a aportar un enorme manto de franqueza y de honestidad a cualquier proyecto. El radicalismo tiene gente, está apareciendo, el proceso del radicalismo está muy bueno.

Debatir y legislar

–Unas sesiones atrás, en una discusión con la bancada mayoritaria por el trato hacia la oposición, hablaste de 14 floreros sentados en sus bancas ¿Tan pobre pensás que es el debate en la Legislatura? ¿Cómo te sentís en la dinámica de la Cámara de Diputados?
–No sé si es pobre. A mí me encanta, me parece que es una caja de resonancia fantástica para decir las cosas, así sea poco lo que te escuchen. No importa, hay que animarse a plantear los temas, a decir los temas con verdad sin problemas. ¿Cuál es el tema, cuál es el miedo que tenemos a decir las cosas? Si nos pagan para hablar y no hablamos, ¿qué esperamos de la sociedad? Yo creo que el grupo de mujeres peronistas es potente, hay minas potentes, que piensan, que tienen cabeza, que son inteligentes, un grupo muy interesante. Se dan discusiones interesantes pero aparece esto de que no son ellas las que mandan. Se enojaron cuando hice un planteo. Pero ¿por qué no voy a poder dictaminar en minoría? ¿Cuál es el problema si no corría riesgo el proyecto en debate? La Legislatura es interesante. Yo me siento muy cómoda porque digo lo que siento y lo que me parece que es importante decir, no para cambiar las cosas sino para poner otro punto de vista, que alguien diga alguien que diga “¿qué está diciendo esta loca? ¿De qué se trata? Llamar la atención sobre algunos temas importantes.

–Sucede que por ahí son más de 14 los floreros. No hay muchos legisladores con perfil alto, con pretensión de dar su opinión.
– Si, cierto. Hay floreros en el peronismo también. Pasa que en el peronismo a diferencia de nosotros, los radicales o Juntos por el Cambio que estamos obligados a ser horizontales, el peronismo está obligado a ser vertical. Nosotros tenemos una gigantesca diversidad y no nos queda más remedio que ser horizontales. Con este asunto de la paridad y las cuestiones de género hubo discusiones interesantes, hay puntos en donde no estamos coincidiendo y así está la sociedad. La Legislatura es un reflejo y reitero: el hombre se está sintiendo un poco forzado, acosado.

 

Un liberal golpeado

–En su campaña presidencial, Alberto Fernández planteó un discurso que buscaba empatizar con algunas fibras del radicalismo, las citas a Alfonsín, el enmarcarse en el liberalismo político. ¿Cómo lo escuchaste y cómo ves su devenir?
–Confieso que estuve muy entusiasmada con Fernández al principio. Pensé que iba a tener una lógica distinta, que podía traer mesura. Es un tipo que se acerca, que busca la empatía. Estaba realmente esperanzada, pero la verdad, no sé, hay una condena a los que entran a la Casa Rosada, se sientan ahí y se transforman. Hoy día lo veo y me da lástima, digo, este pobre tipo no sabe para dónde va, dice pavadas todo el tiempo, es muy raro.

 

Despedidos por la dictadura

–El último 24 de marzo, en la marcha por memoria, verdad y justicia que se hace en Paraná, se reflotó la consigna de resarcir a cesanteados por la dictadura. Vos presentaste un proyecto en ese sentido. ¿Ha tenido algún movimiento en su tratamiento?
–Yo soy seguidora como perro de sulky. Lo que logré es poner el tema en la agenda. El peronismo me ha prometido, (Juan) Huss que lo tiene en comisión, que lo van a tratar. Espero que lo traten. Es un grupo muy reducido de personas que sigue esperando. Tanto que hablan de Derechos Humanos, acá hay un grupo de tipos al que echaron sin nada, a su casa. Le van a dar a Nacha Guevara no sé cuántos millones por el exilio y a esta gente nada. Espero que salga. Yo al proyecto lo voy a seguir a muerte. Es hasta casi simbólico. Pero que el Estado tenga un gesto de una vez por todas. Que sientan que se los reconoce.

 

Camino de mujeres

–¿Qué expectativas tenés acerca de la paridad integral? ¿Esperas cambios en la dinámica de política entrerriana?
–Estamos en un proceso. No sé si vamos a tener los cambios que nosotros queremos. Lo que tenemos es una ley que nos permite competir en igualdad de condiciones. La pregunta del millón es, ¿estamos dispuestas a competir en igualdad de condiciones? ¿Lo hacemos con la prepotencia del trabajo? ¿Nos ponemos a la altura de ellos o esperamos que vengan y nos digan quienes son las que van? ¿o las que se quedan? Es un proceso. Obviamente, estamos mucho mejor. Por voluntad o por selección masculina a partir del 2023 la Cámara de Diputados de la provincia va a tener 50% de mujeres. Eso es muchísimo en relación a lo que veníamos. Ahora… estamos lejos todavía. Estoy participando en un foro de mujeres políticas latinoamericanas, y hay procesos que están más avanzados, grupos que ya están hablando de que la paridad no signifique 50 y 50 porque hay más participación de mujeres y si pasan el 50% se evita reflejar esa realidad. En algún momento llegaremos a que no importe el sexo que tenés. Pensalo, es una locura, no tendríamos que hablar de esto. Y sin embargo es una necesidad. Y eso implica un camino a andar. Estamos mejor. Hay más mujeres. Sobre todo en los partidos jóvenes. En el PRO, por ejemplo, que tiene más mujeres que las que históricamente hubo en el radicalismo. Pasa no sólo en los partidos sino también en las estructuras sociales más jóvenes.

– Hasta aquí, los partidos no han hecho nada en torno en a la paridad.
– Nada de nada han hecho.

–¿Les corresponde a los partidos militar la ley, divulgarla, prepararse para los cambios que supone o todo eso debiera pasar por otras manos?
–Yo creo que sí, deberían hacer algo. Pero los partidos están conducidos por hombres. Nosotras frente a cualquier situación nueva nos juntamos, nos capacitamos, charlamos. El hombre tiene otra lógica de construcción del poder. Y los partidos tienen una muy arraigada construcción machista, masculina, más allá de quien conduzca. Hay algo además que sucede y es que se mezcla la agenda del feminismo exclusivamente con la violencia.

–¿Ves acotada la agenda feminista?
– Claro que sí. El hombre se está sintiendo mal, se está sintiendo acosado, siente que con cualquier cosa que diga o haga puede ser señalado por violenta, se está generando un prejuicio que no ayuda a la paridad, no allana este camino que estamos dando.

–Para enriquecer la puesta en marcha de la ley, ¿no sería más útil una instancia trans partidaria?
–Yo creo que vamos a volver a ver el manoseo de nombres de mujeres candidatas. Se va a agudizar incluso porque tenés la obligatoriedad de cubrir el 50%. Así será en este primer proceso de 2023. Me gustaría una estrategia entre mujeres de distintos partidos pero digamos que no es fácil. Porque las mujeres tenemos nuestras cosas también, nuestros estereotipos para evaluar a otras mujeres. Lo bueno es que en la juventud ya no está pasando. La gente joven tiene otro chip en la cabeza, cambiaron hasta los estereotipos de belleza. Todavía va a ser complejo. Pero en dos o tres campañas más va a mejorar muchísimo, porque va a haber un cambio generacional también.

Fuente: Página Política
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