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Interna opositora

JxER arranca el primer tiempo para 2023

Las PASO marcaron la cancha de la interna en Juntos por Entre Ríos. Frigerio se encontró con un bloque opositor más grande del que suponía. No está solo en el armado del frente para 2023. Cómo será la campaña para noviembre junto a su competidor por la gobernación.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

En la lista que encabezó Rogelio Frigerio para a la interna de Juntos por Entre Ríos eran pocos los que creían que sus adversarios podían alcanzar el piso del 25% de los votos para obtener la minoría. Pero la incorporación de Pedro Galimberti a la lista que llevará el frente opositor a las elecciones del 14 de noviembre terminó siendo una buena noticia.

La presencia de Galimberti en el tercer lugar de la lista que encabeza el líder del PRO contiene, o por lo menos limita, las posibles fugas de votos que apostaron por un candidato radical en las primarias (o, si se prefiere, jugaron contra Frigerio) y que el 14 de noviembre podrían emigrar a otra propuesta radical, como la que encabeza Lucía Varisco, por afuera de JxER, con un discurso claramente crítico hacia el PRO.

Las primarias se hacen para eso: definir quién encabeza la propuesta electoral de una fuerza política. El sector que pierde la interna debe acompañar al ganador en la elección general. Es más posible que eso efectivamente ocurra (que el derrotado milite por el ganador) si, como establece el estatuto de JxER, se permite la incorporación de minorías a las listas. Galimberti en la lista de JxER ayuda a que los que votaron en septiembre en contra de Frigerio, voten en noviembre al ex ministro de Mauricio Macri, porque en su lista va Galimberti.

No es ninguna garantía, porque ningún dirigente es dueño de los votos y en política casi nunca dos más dos es cuatro.

Así es el sistema. Pero este proceso electoral no es como otros. Lo que se está poniendo en juego supera ampliamente a la elección por la que se renueva parcialmente la representación entrerriana en la Cámara de Diputados de la Nación. Esta elección se inscribe en lo que va a ocurrir dentro de dos años, en 2023, cuando los entrerrianos deban elegir al sucesor de Gustavo Bordet.

 

Dos tiempos, dos candidatos

En JxER muchos ven a este proceso político como una única elección que se juega en dos tiempos: 2021 y 2023.

Ya empezó la campaña para 2023. El 14 de noviembre es el primer tiempo de un partido en el que la oposición aspira a terminar con 20 años consecutivos de gobiernos peronistas en Entre Ríos. Y el desembarco electoral de Frigerio en la provincia abrió un proceso de reordenamiento de las relaciones de fuerza al interior del frente opositor que involucra, centralmente, a la UCR.

Será interesante ver cómo se desarrolla la campaña para el 14 de noviembre de la lista de JxER en la que conviven dos dirigentes que buscan lo mismo: la gobernación. Hay quienes creen que Frigerio y Galimberti no compartirán muchos espacios. Que, de algún modo, seguirá cada uno con la campaña que venía haciendo para las primarias. Cada uno por su lado y cada tanto alguna foto juntos.

Es un asunto que todavía no está conversando internamente.  Este sábado, el grupo que lideraron Galimberti y Darío Schneider convoca a su primer plenario provincial luego de las PASO, que se desarrollará en horas de las mañana en el comité radical de la ciudad de Villaguay.

 

Casi un tercio

El 32% de Galimberti – Schneider alcanzó el objetivo que se había trazado la dirigencia radical que entendía necesario darle pelea interna a Frigerio en 2021 para no dejar que defina solo el armado hacia 2023, porque eso supondría relegar nuevamente a la UCR, en especial para el frente que proyecta el líder del PRO para dos años, con más peronismo.

Una discusión interesante, en este sentido, se dio dentro de la corriente Illia, a propósito del temprano acuerdo que su dirigente más conocido, Atilio Benedetti, cerró con Frigerio. Página Política lo reflejó oportunamente en la siguiente nota:

El 32% de Galimberti – Schneider tiene más peso aún si se toma en cuenta que la lista que armaron estuvo lejos de ser la opción radical que se proponían inicialmente, porque no acordaron con otros grupos importantes de la UCR  y Frigerio fue sumando cada vez más apoyo de dirigentes radicales; incluso de algunos que, como el presidente municipal de La Paz, Bruno Sarubi, habían sido fundadores del grupo de los intendentes.

Esta interna dejó bastante claro que los acuerdos de cúpula no garantizan votos. Un ejemplo es la buena elección que hizo Galimberti en la ciudad de Paraná, donde el 90% de la dirigencia radical jugó con Frigerio.

Antes de la interna, se especulaba que la oposición a Frigerio debía alcanzar el umbral del 25% para sostener la posibilidad de una competencia por la gobernación.

Con el 32%, esa competencia pasa de posible a probable.

Y aunque no hubiera crecimiento de ese espacio en los próximos dos años como para dar la pelea por la gobernación, ese piso obliga a Frigerio a sentarse a negociar con el sector de Galimberti y Schneider el armado electoral para 2023. Si no hubiera acuerdo y volviesen a dar la interna, esa base presume una minoría suficiente como para integrar un tercio de la lista de diputados provinciales. Es un bloque de poder importante que, hábilmente utilizado, puede representar una considerable injerencia en un eventual gobierno de Frigerio.

El peronismo sabe mucho de sentarse a negociar espacios de poder con el gobernador de turno. A los radicales les falta gimnasia. No sólo porque no son gobierno hace 18 años, sino porque cuando lo fueron tuvieron en el Ejecutivo a un caudillo como Sergio Montiel, poco dispuesto a las negociaciones.

Frigerio, en cambio, es hombre de diálogo. De eso se jacta todo el tiempo.

 

 

Fuente: Página Política
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