
La causa de los cuadernos K (aunque haya empresarios y hombres ligados al Presidente) tiene la misma particularidad que la de los bolsos de José López. La corrupción se puede escenificar. Después se verá si se puede puede probar. No sería para el gobierno nacional lo más importante. Ahí están los cuadernos, escritos y subrayados en toda la prensa nacional. El escándalo tiene sus imágenes para ratificar su existencia ante el gran público.
La corrupción vuelve a marcar la agenda política en el mejor momento de Cristina Kirchner y en el peor de Mauricio Macri. Esa ecuación los tiene en una paridad en intención de votos. Así lo marcan, a grandes rasgos, todas las encuestas que se publican semanalmente. Los números varían según el trabajo, pero ninguno supera los 37 puntos.
Esos mismos trabajos coinciden en que hay un 40 por ciento que se reparten entre algún candidato del peronismo no kirchnerista, los no sabe/no contesta, la izquierda dura y los indignados que no votaron jamás al kirchnerismo y no lo harán por Cambiemos, defraudados por la situación del país. Ese 40 es el que esperanza al conocido “peronismo racional”.
Un legislador nacional, alineado a Gustavo Bordet, le comentó a Página Política que esos números estimulan la constitución de una alternativa a la “grieta”. Otro funcionario provincial, que estuvo hace un mes en Mar del Plata en un encuentro del que participaron referentes del bloque Argentina Federal, se encontró nuevamente con la idea de “la avenida del medio”. Cuando este funcionario escuchaba a Diego Bossio y compañía analizar el cuadro de situación ingresó al hotel donde estaban reunidos Sergio Massa. Parecía preparado. Nada más ni nada menos que el fundador de esa corriente “del medio” que en 2015 se dio de bruces ante una sociedad claramente definida por uno u otro espacio político.
El tigrense vuelve a posicionarse como el candidato de ese lugar en el mapa electoral. Es un lugar en el que bien puede ubicarse Bordet. Ambos cerraron un acuerdo en las elecciones pasadas cuando Gustavo Zavallo apareció en el foco que fotografió a Bordet y Massa. Luego el diputado provincial se coló en el tercer lugar en la boleta.
En Entre Ríos la agenda de la corrupción también será libreto de la oposición. La constitución de Unidad Ciudadana oxigenó al oficialismo. Sergio Urribarri y Pedro Báez, sobre quienes pesan causas judiciales, quedaron de ese lado del abanico peronista. Pero en el oficialismo oficial quedó José Ángel Allende, sobre quien pesan procesos, incluso anteriores a los del ex mandatario y ministro. La titular de la Dirección Provincial de Vialidad, Alicia Benítez, también tendrá que dar explicaciones en el legajo donde se acumulan las fechorías que se hicieron durante la organización de la Cumbre del Mercosur.
El enfrentamiento entre Bordet y Urribarri parecía escalar hace dos semanas, pero las aguas parecieron aplacarse cuando se acordó una reforma política “abreviada”. El presidente de la Cámara de Diputados desafió al Gobernador en no darle la facultad de fijar la fecha de elecciones. Perdió la pelea.
Ante un escenario casi seguro de desdoblamiento, en no mucho tiempo empezarán las negociaciones políticas. Un funcionario joven se entusiasma con que Bordet sea, finalmente, la bisagra que no fue Urribarri en la renovación política.
El ex mandatario seguirá en la construcción de Unidad Ciudadana. Muy próximo podrían aparecer voces del derecho haciendo una lectura de la Constitución provincial que favorezca a Urribarri. Por las dudas Julio Solanas se para al lado de cada exponente kirchnerista que visita la provincia.
El gobierno nacional advirtió que los meses que vienen serán peores. Un repaso por las secciones económicas en los medios oficialistas lo confirman. La tormenta parece traer una cola más larga de la prevista. Bordet ha manejado la provincia con la lupa de su profesión, la de contador. Si se desata el vendaval, podrá responder varios meses. Como Néstor Kirchner, creó un fondo de crisis que le dará aire para llegar al otro lado de la costa.