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La oposición reclama profundizar el debate

Se quejan porque no han recibido de parte del oficialismo una devolución a sus aportes y correcciones sobre el proyecto de reforma política. Perciben un apresuramiento del Ejecutivo por sancionar la iniciativa, en desmedro del consenso necesario para alcanzar un dictamen conjunto. Los ejes del debate.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

De la reforma política se viene hablando en firme en Entre Ríos desde el mes de mayo. Hubo varias reuniones con distintos partidos y charlas en diferentes puntos de la provincia. La intención declamada del oficialismo fue siempre consensuar la reforma, tomar en cuenta la opinión de todo el arco político y social de Entre Ríos.

Por eso fue que el proyecto demoró en ser enviado a la Legislatura. Recién el 28 de agosto, la iniciativa del Ejecutivo ingresó a la Cámara de Diputados.

Pero desde el peronismo -que tiene la llave para la aprobación, como principal bloque opositor en Diputados y bancada mayoritaria en el Senado- se afirma que el debate en comisión comenzó hace apenas 20 días, porque las primeras reuniones fueron meramente informativas.

La discusión se dio en las últimas tres reuniones de comisión, cuando comenzó la revisión artículo por artículo. El peronismo se encontró, en principio, con una posición permeable del oficialismo para aceptar cambios que, sin embargo, luego -afirman- mutó en un apuro por emitir dictamen aún cuando la discusión no estuviera resuelta.

En comisión pasaron temas importantes, como los cambios que involucran a los municipios en materia electoral, o correcciones en las atribuciones de la Dirección Provincial Electoral que se crea en el nuevo código. Hubo propuestas del peronismo que fueron recibidas, pero los diputados de la oposición se quejan porque eso ocurrió sólo de manera verbal y  aún no han visto una versión revisada del proyecto.

Así se avanzó hasta llegar a temas más nodales del proyecto, como la propia boleta única de papel (BUP) y la manera en la que se podrán hacer las adhesiones de precandidaturas en las PASO. En este último caso, el peronismo se opuso a que las restricciones al pegado de boleta que se imponen (para que la BUP no se convierta en un gigante mantel inmanejable) se resuelvan a favor del precandidato a gobernador y en desmedro de los intendentes. Advierten aquí una reforma a la medida de los intereses de Frigerio, a quien ven buscando su reelección en 2027.

Sobre la BUP, una de los pedidos de la oposición fue que se adaptara al formato de la boleta única nacional recientemente sancionada por el Congreso. En la disposición de columnas y líneas, la nacional sigue el modelo de Mendoza, mientras la entrerriana el de Córdoba, que es inverso.

Aunque en el caso de una elección provincial simultánea con la nacional ya no habrá arrastre porque se vota en con boletas únicas separadas (una nacional y otra provincial), el argumento es que el formato inverso de ambas BUP puede llevar a confusiones en el elector.

 

Conversaciones informales

Estas y otras objeciones opositoras quedaron sin responder en la reunión de comisión del martes pasado. Sin esos temas cerrados, se avanzó en otros asuntos importantes, como campañas electorales y financiamiento de partidos.

La propuesta del oficialismo fue terminar de cerrar cada punto pendiente en una reunión informal, más chica, con la participación sólo de presidentes de bloque, que podría tener lugar este jueves, vía Zoom, de manera de llegar a la próxima reunión de comisión -prevista para el martes- con mayores chances de emitir dictamen.

El peronismo, en principio, se mostró reticente a trasladar la discusión fuera del ámbito formal de la comisión, aunque estaría dispuesto a participar en estos diálogos informales si permiten avanzar en el consenso.

También está irresuelto, por caso, el pedido del vecinalismo de separar la BUP provincial de la municipal:

Se trata de una propuesta que coincide con un planteo que habían hecho los intendentes del PJ:

Queda por resolver además la discusión por el plazo para convocar a elecciones provinciales, que se acorta de 150 a 110 días previos.

En este punto, el oficialismo estaría dispuesto a ceder. Tal vez acordar en 120 o 125 días, de manera que para febrero del año electoral se sepa si el gobernador se elige el mismo día que el presidente. Ya sin efecto arrastre de por medio, se descomprime la disyuntiva entre simultaneidad y desdoblamiento, aunque la incidencia en la campaña electoral siga existiendo.

 

Apuro y demora

El oficialismo ha manifestado el interés por acelerar el trámite legislativo hace ya un par de semanas.

El apuro por sancionar el proyecto antes de que expire 2024 se explica en la necesidad de evitar que el próximo año electoral contamine el debate, más allá de que el instrumento normativo en confección se aplicará recién en 2027, para las elecciones provinciales.

La premura oficial contrasta con el retraso que el peronismo exhibe para fijar una posición orgánica sobre la reforma, tal como lo encomendó el congreso del PJ, hace ya dos meses. Se espera que en estos días los distintos estamentos partidarios salden esa asignatura pendiente.

Dentro del peronismo, la BUP, que es el corazón de la reforma  electoral, sigue estando discutida.

Tanto que, con el estudio minucioso del nuevo sistema, algunos legisladores peronistas que venían defendiendo la BUP tienen hoy muchos interrogantes y no pueden aseverar si votarán a favor o en contra. Todavía no se ha hecho un poroteo al respecto entre la principal bancada opositora.

Como están hoy las cosas, la idea original de consensuar un dictamen se aleja. Aunque algunos legisladores del PJ afirman que mantienen esa voluntad y que por eso es que han intervenido activamente en la revisión artículo por artículo. Argumentan que les hubiera resultado más sencillo redactar su propio dictamen de minoría.

 

Fuente: Página Política
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