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La UCR debate qué hacer con los concejales que se fueron con Gainza

Varisco quiere expulsar de la UCR a los concejales de su espacio que se asociaron con el aspirante a la intendencia de PRO. Pero no parece haber clima para que el pedido prospere. El Comité Provincial no se ha metido en otros casos similares del interior y, además, muchos radicales no ven mal a una jugada que muestra un perfil renovado en Paraná.
Pablo Bizai
Por: Pablo Bizai
pablobizai@gmail.com

Los reagrupamientos en la oposición política del Concejo Deliberante de Paraná no provocaron mucho ruido. Tal vez por el particular contexto de crisis –económica y sanitaria–, que domina la agenda pública; tal vez porque la jugada cayó mejor de lo que se podía suponer en la UCR.


Los que están claramente enojados son los varisquistas, o lo que le queda al ex intendente Sergio Varisco después de la diáspora que sufrió este año el grupo que por décadas fuera el más importante de la UCR de Paraná.

Varisco conserva su predicamento sobre el Comité Capital de la UCR, que salió a condenar la decisión de dividir el bloque radical en el Concejo Deliberante de Paraná, adoptada por los ediles Francisco Avero y Walter Rollandelli, que integraron la lista de candidatos a concejales por el varisquismo.

Se espera que el malestar llegue a la conducción provincial de la UCR bajo un pedido para que el Tribunal de Disciplina sancione con la expulsión del partido a los concejales que desoyeron el mandato del congreso partidario, que ordena para la Legislatura provincial y los concejos deliberantes la conformación de bloques de la UCR, integrados en interbloques de Juntos por el Cambio con las bancadas de PRO.

Clima

Pero el Comité Provincial no se ha metido en otros casos similares producidos en concejos deliberantes del interior provincial. Más allá de ese antecedente si se quiere más administrativo, desde el punto de vista puramente político se valora al caso de Paraná de un modo distinto. Algunos los ven como un paso de renovación, que aleja a la UCR de la capital de la figura del histórico líder que por estos días cumple condena por narcotráfico y que el año pasado completó la peor gestión de la historia del radicalismo al frente de la Municipalidad.

Que dos de los tres concejales radicales (y varisquistas) hayan fracturado el bloque de la UCR para aliarse al concejal del PRO que está alineado internamente con un aspirante a la intendencia (Emanuel Gainza), desnuda en todo caso un problema para la UCR: no se ve a ningún radical anotado para la municipalidad.

Algunos argumentan que, en un caso como este, lo único que hay que evaluar es “cuanto te acerca o te aleja de la consideración de la gente, de lo que reclama el votante de Cambiemos”.

La movida opositora en el Concejo no es, por cierto, tan sencilla de entender fuera del círculo rojo de la política: dos radicales y un macrista armaron un bloque que se llama Juntos por el Cambio, pero eso implicó dividir sus respectivos bloques de la UCR y del PRO. Rompieron para unir ¿Se entiende? Sólo bajo la lógica de las internas en marcha en cada partido.

Más allá de la trascendencia pública, la noticia política hubiese sido más fuerte si el quiebre se daba por partidos: la UCR por un lado y el PRO por otro. Eso hubiera podido verse como un síntoma de fractura de Cambiemos, como una grieta que comienza en la capital y amenaza con extenderse al resto de la provincia. Nada de eso sucedió en Paraná.

Varisco aún conserva leales en el Comité Provincial, pero está en franca minoría. De modo que resulta muy difícil que prospere un eventual pedido de sanciones hacia los concejales que abandonaron al viejo líder caído en desgracia para asociarse al joven candidato de PRO. Además, a muchos les resulta incómodo que la UCR sea noticia por estas cuestiones en un contexto como el actual.

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