
Sergio Massa no deja nada al azar. Todo lo que se pueda acumular, acumula. No pudo tener un mejor sobrenombre que el de “ventajita”. Recorre obras en diferentes provincias como si fuese un funcionario más. Entre Ríos no fue la excepción. El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación estuvo en Paraná hace un mes. Vino con un soldado de su escudería, el ministro de Transporte Mario Meoni, para firmar un convenio entre la provincia y la cartera nacional para concretar la inversión de 250 millones de pesos en dragados y mantenimiento de los puertos de Diamante e Ibicuy.
Se mostró con Adán Bahl, de quien se ha convertido en el canal para llegar a Casa Rosada, según reconstruyó Página Política.
El Intendente de Paraná intentó con dirigentes de La Cámpora en un primer momento conectar con el gobierno nacional, pero no pudo pasar más allá de los despachos de funcionarios de segundas líneas. El jefe comunal-hay que decirlo- hizo su esfuerzo para recomponer tras no haberle atendido el teléfono a Alberto Fernández cuando éste aterrizó en esta ciudad en carácter de lobista de Cristina Kirchner para impulsar el “plan unidad” que lo ungió Presidente. Se negó a llevar a Stefanía Cora en la fórmula. Luego, la referente camporista quedó afuera del Senado de la Nación, haciéndole perder el quórum a Cristina. “Todo está guardado en la memoria”, dice la canción de León Gieco.
Lo cierto es que Bahl encontró en Massa una soga para llegar al poder central. Podría probar con la diputada provincial, Paola Rubattino, quien se reúne con Santiago Cafiero con asiduidad.
El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación hizo pie en Entre Ríos en 2013 cuando se impuso a Martín Insaurralde en provincia de Buenos Aires en un proceso electoral en el que se desconocía que el tigrense llegara a jugar. Fue el inicio de la guerra de Cristina con los servicios de inteligencia. Le mintieron sobre esa candidatura.
Massa armó primero con Jorge Busti y luego se sumó Andrián Fuertes que, seguro de que no iba a estar en el radar de Sergio Urribarri, jugó la carta del Frente Renovador. En 2015 el massismo debió conformarse con diputados provinciales que rápidamente pasaron al oficialismo. Fuertes ligó el Ministerio de Turismo.
A cinco años de aquellas jornadas, el massimo silvestre de Entre Ríos encontró espacios en la estructura. Daniel Koch es el responsable de Vialidad Nacional en Entre Ríos. Como Enrique Cresto en el Enosha, se muestra como embajador en la comarca.
La otra pata es la ex diputada provincial Mariela Tassistro, designada en mayo como directora nacional de Control Portuario y Vías Navegables, cargo que desempeña en Buenos Aires.
La gualeya -según se deja trascender en el plano del rumor – sería otro de los contactos que tiene la gestión local en Capital.
Fuente: Página Política