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Peronismo

Mayda, la delfina de Enrique

La ex diputada recorre el espinel desde una fundación que le permite interactuar con entidades. Qué le ofreció Bordet y rechazó.

Cuando Enrique Cresto asumía la primera gestión en la Municipalidad de Concordia, en una conversación informal, su hermana Mayda decía que su futuro no era otro que el que su hermano menor le indicara. Eso debía traducirse de la siguiente manera: el proyecto es Enrique y haré lo que me diga.

Cresto sucedió a Gustavo Bordet y al poco tiempo se diferenció. Dejó trascender – a su entender – algunos desequilibrios en la gestión municipal. Nada nuevo para una relación tirante y permanente.

Al segundo año de la gestión de ambos, con el gobierno nacional a cargo de Mauricio Macri en su mejor momento y el peronismo dispuesto a perder por paliza en las legislativas, Concordia estuvo en la boleta que finalmente fue derrotada. Mayda Cresto dejó la dirección del Instituto Becario, fundado por su padre Juan Carlos en 1991 y en la que es empleada de planta, para secundar a Juan José Bahillo.

La labor parlamentaria no está en la sangre de Mayda. Así lo reconocen en su entorno. Su ingreso a la Cámara de Diputados fue para ser un soldado del oficialismo. Quedó explícito cuando el peronismo de los gobernadores – el movimiento Frigerio al decir de Martín Rodríguez – aprobó todas las iniciativas que el macrismo pedía a cambio de fondos para las provincias. Por caso la reforma previsional.

Ya en la gestión de Alberto Fernández debió enfrentarse al proyecto que legalizaba la interrupción voluntaria del embarazo, medida con la que el crestismo estuvo siempre en contra. Mayda no sabía qué hacer, pero su hermano le aclaró el panorama. Le recordó la idea de “soldado”. Le dijo que los proyectos del Presidente se acompañan. Esa iniciativa fue la única que interpeló a la política ideológicamente. Esta vez no hizo caso. Votó en contra.

Desde el 10 de diciembre pasado, Mayda no ocupa ningún cargo institucional. Quienes tienen trato a diario aseguran que Bordet le ofreció volver al Becario y la vicepresidencia en la expectante Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU). Expectante, sobre todo, porque el sueldo es de 8 mil dólares.

Enrolada en el proyecto político de su hermano, desde la fundación La Delfina Mayda despliega un trabajo social que con seguirla en las redes sociales se puede tener una idea. Desde servir chocolate el 25 de mayo en un merendero hasta ponerse al frente de la campaña solidaria “Abrazá con un abrigo”. La entidad fue creada durante la primera gestión municipal de Enrique, que luego ella se encargó de que la Cámara de Diputados de la Nación la declare de interés. Su sede está en Paraná, el año pasado obtuvo personería jurídica y está habilitada para desarrollar actividades a nivel provincial. Desde allí, la ex diputada visita semanalmente una entidad, cooperadora, club, sindicato o asociación.

Hace tres semanas estuvo en el panel en el que quedó inaugurado el Centro para la Concertación y el Desarrollo, un espacio político que se presenta como laboratorio de diagnóstico y diseño de políticas públicas desde una perspectiva federal y que conduce Nicolás Trotta. La semana pasada el ex ministro lo presentó en Paraná.

 

Mayda sigue la hoja de ruta que le señala su hermano. Con la fundación como plataforma recorre la provincia. La vuelta de Enrique Cresto a la Municipalidad- revelada por Página Política – está bajo estudio. ¿Podría asumir su hermana el lugar del Enohsa? Las especulaciones se emiten, corren y luego se descartan.

Durante el gobierno de Bordet, los hermanos Cresto asumieron candidaturas con la derrota ya escrita. En 2023 esa certeza, la de la derrota, se empieza a insinuar cada vez con más volumen. ¿Habrá otra vez un Cresto para ese escenario?

La vuelta del funcionario nacional, o el momento, develará sus planes. Y también el de Mayda.

Fuente: Página Política
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